capítulo #32: maeumi

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Luego de que Sunghoon les haya dado una mano en aquella situación, Jay y Jungwon caminaban de la mano como si su relación hubiera sido de más de un año, como si se conocieran de toda la vida y tuvieran la suficiente confianza para emplear gesto ta...

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Luego de que Sunghoon les haya dado una mano en aquella situación, Jay y Jungwon caminaban de la mano como si su relación hubiera sido de más de un año, como si se conocieran de toda la vida y tuvieran la suficiente confianza para emplear gesto tan inocente. La verdad era que ni siquiera se habían percatado de ello, lo que quería decir que lo estaban comenzando a tomar como algo natural y habitual.

—Quiero besarte. —confesó Park de repente ante ese apacible silencio que reinaba desde hacía ya un rato. El menor abrió sus ojos en grande. Lo miró.

—¿Ahora?

—Sí.

—P-Podrías esperar a que lleguemos a mi casa, hay muchas personas aquí. —respondió envuelto en la tímidez.

—Por favor~.

—Ya me besaste mucho hoy. —quiso tratar de borrar ese poderoso puchero que le había dado el rubio. Debía ser más fuerte que esa ternura inimaginable.

—El último...

Si pudiera describir la manera en la que los ojos de Jay lo miraban sería complicado poner en palabras lo único y hermoso que lo hacían sentir. Ese extraordinario brillo. Sus labios abultados. ¿Es que acaso lo puede ignorar? ¿Existe alguien que realmente pudiera?

Jungwon miró cautelosamente hacia ambos costados antes de agarrar sus mejillas y dejarle un casto beso en los labios. Jay pronto plantó una sonrisa en su rostro luego de ver cómo al chico se le pintaban las orejas de un potente rojo. Le parecía tan adorable que ni siquiera levantara su vista porque estaba avergonzado.

No entiende todavía qué es lo que hizo para que ese muchacho se cruzara en su camino. Si en su vida pasada vivieron un momento tan cálido como este, aceptaría todo el dolor del mundo con tal de volver a ver esos ojos que centellean cada vez que se avergüenza.

—Eres muy lindo. —volvió a decir de imprevisto Park.

—Por Dios, basta. —Jungwon ya no sabía cómo reaccionar ante cada cumplido, halago y gesto dulce que Jay hacía o decía. Incluso le daba escalofríos. —¿Qué te pasa?

—¿Nada?

—Estoy seguro de que algo pasa, no por nada tu eres así. —ambos se detuvieron cuando luego de haber dado miles de vueltas para pasar tiempo juntos, finalmente llegaron a la casa del menor. Jungwon tomó su otra mano para que él lo observara fijamente. —Yo... me siento feliz que me dediques tu tiempo, eres dulce y me gusta, pero usualmente no te comportas amable o... no sé, y si voy a serte sincero, me asusta.

Jay comenzó a reír nervioso. De pronto sintió incómodo el agarre de sus manos y quiso escapar.

—Solo quiero demostrarte que tu también me gustas, no quiero hacerte sentir lo contrario, o que solo seas tu quien deba iniciar todo. —explicaba Park con la cabeza agachada, mirando la piel blanquecina que lo sostenía. —Fui malo contigo en el pasado, hice cosas que no fueron buenas para tí; me estoy esforzando para ser alguien que pueda cuidarte y recordarte cada día que te quiere un poco más.

𝙎𝙐𝘾𝙃 𝙄𝘿𝙄𝙊𝙏 ཻུDonde viven las historias. Descúbrelo ahora