capítulo #44.1: marriage

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Resulta tan extraña la manera en que alguien puede llegar a tu vida y cambiar las piezas de todo

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Resulta tan extraña la manera en que alguien puede llegar a tu vida y cambiar las piezas de todo.

Llega el momento en que quieres a una persona y empiezas a mejorar tu vida, no por ti, ni por terceros sino que por ese maldito niño de diecisiete (en el caso de Jay) que no hace más que quererlo con cada parte de su existencia; porque Jay no quiere encerrarlo en su mierda, en su mundo de basura y papel translúcido a punto de despedazarse. Pero desde el primer instante que empezó a amar exactamente cada parte de Jungwon no le importaba absolutamente nada, y ese es el preciso punto donde sabe que está mucho más que enamorado.

Y es como si estuviera obsesionado, con la forma en que su cabeza está sobre su pecho, cómo le gustan las cosas que Jay odia de sí mismo. Y, nadie lo sabe, o quizá sí aunque nadie mejor que él, pero con Jungwon, está dispuesto a volver a ver esperanza.

A veces es un desastre.

Cuando piensa demasiado en las pequeñas cosas que pasan por su cabeza, recordándolas y evitándolas al mismo tiempo, evadiendo un solo hecho y reluciendo otro para no nublar su vida y hacer las cosas mal; parece que siempre él le ayuda a recuperar el aliento en los momentos que no quiere seguir, pero luego lo pierde de nuevo cuando lo mira sonreírle a un chico rubio a punto de morir. Ese es el final.

Ahora que finalmente ha encontrado a la persona que ama, en ese mundo de ceros, Jay sabe que Jungwon es su 1 y único amor. Una luz en esa oscuridad sin fin que lo invade.

Y quisiera sacarle millones de fotos y llevarselas consigo, tenerlas para nunca olvidar ese pedacito de nube que lo salva una y otra vez, incontables veces, hasta el último minuto donde cierras los ojos y con sus besos lo regresan sanamente a la tierra.

Como ahora. Abrazados en la cama del menor miran una película, como si fuera un día común y corriente, despreocupados, Jay profudamente atrapado en el temor de echar de menos un momento así.

Acaricia la piel de sus brazos. Sus piernas entrelazadas. Sus manos jugando a tomarse. Sin prestarle atención en lo absoluto a la película.

Su vocecita quejándose cada vez que Jay hace trampa y acaban unidos en un beso. La lluvia de fondo.

—¿Tu madre no se enojará? —Jay preguntó.

—¿Por qué?

—Otra vez me estoy quedando.

—Ella te adora. Dudo que algo le moleste de ti.

Jay sonrió. Besó su cabeza para luego abrazarlo más fuerte.

—¿Y si nos duchamos? —el rubio volvió a preguntar. —No nos hemos levantado en todo el día, y aún estamos de pijama.

—No quiero.

—Jungwon...

—Así estamos bien, cielito, no quiero levantarme. —el tono de queja en el menor era tan adorable que juraría que podría oírlo miles de veces sin cansarse. Jungwon subió su cuerpo sobre el de Jay y apoyó su mentón en el pecho adverso. —Todavía quiero quedarme así contigo.

𝙎𝙐𝘾𝙃 𝙄𝘿𝙄𝙊𝙏 ཻུDonde viven las historias. Descúbrelo ahora