capítulo #41: i want to eat you

2.3K 278 249
                                    

Jungwon se remueve vagamente cuando siente estar dolido en alguna parte de su cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jungwon se remueve vagamente cuando siente estar dolido en alguna parte de su cuerpo. Tantea con la mano sobre el colchón y advierte el extremo vacío. Abre los ojos de golpe encontrándose solo en la habitación. Se sienta y busca con la mirada su remera, al encontrarla se levanta de la cama y se la coloca.

Deja el cuarto para adentrarse a la sala de estar. Jay se encuentra en el sofá bebiendo una taza de quien sabe qué. El rubio al verlo sonríe, los cabellos del menor le producen ternura, aunque sus largas piernas vestidas únicamente con el bóxer, le hace relamerse los labios un par de veces.

—¿Tienes hambre? —preguntó el mayor. —Compré galletitas y algun-

Jungwon caminó hasta el sofá y se acurrucó al lado de Jay, allí cerró sus ojos nuevamente sintiéndose seguro. Park arqueó una ceja, pero de igual manera lo abrazó.

—¿Cómo estás? —Jay intentó entablar una conversación con el menor una vez más. —¿Te duele algo? ¿Te molesta... ahí?

Jungwon abrió sus ojos de golpe y evitó cualquier movimiento brusco que pudiera delatar su vergüenza. De pronto se sintió pequeño ante los brazos y manos del rubio que lo rodeaban.

—Sí, un poco... —respondió casi murmurando Jungwon. Jay apoyó su cabeza sobre la contraria no pudiendo controlar la sonrisa que brotó en sus labios.

—Lo siento. Quizás fui muy bruto —asumió la culpa Park mientras acariciaba una parte entre la cadera y muslo de Jungwon—, pero te lo advertí.

Jungwon mordía su labio inferior a punto de explotar. Hablar sobre el tema lo ponía demasiado nervioso.

—Me voy a bañar. —anunció Yang a la vez que se separaba del chico de sus sueños.

—¿Te ayudo, amor?

—No. —fue bastante rápido cuando contestó, pero sería sumamente desastroso si Jay y él tuvieran que estar otra vez desnudos en un mismo espacio. —Yo puedo.

Jay asintió regalándole una sonrisa. El menor desapareció de su vista en cuestión de segundos, le producía mucha ternura la forma en la que corría, como si diera saltitos en cada pisada.

Cuando estuvo a punto de regresar a su celular para continuar revisando las redes, una llamada de caracter privado lo sorprende. Duda entre responder y no hacerlo, por un lado siente desconfianza ya que no siempre esa clase de número lo contacta, pero por el otro teme saber quién es y ya conocer la conversación.

—¿Hola? —sin rodeos, atendió.

Buenas tardes, señor Park. Se le comunica desde el hospital Geumsan la pronta actualización de pago. Su cuota mensual vencerá la próxima semana.

—Oh, sí, ahm... —Jay pasó una mano por su frente queriendo no haber atendido. —Yo... pasaré en la tarde.

Ni siquiera le dejó cortar primero que la recepcionista lo dejó colgado en la línea.

𝙎𝙐𝘾𝙃 𝙄𝘿𝙄𝙊𝙏 ཻུDonde viven las historias. Descúbrelo ahora