𝙎𝙐𝘾𝙃 𝙄𝘿𝙄𝙊𝙏 ཻུ

capítulo #22: such idiot

La tarde caía en la ciudad de Seúl, el cielo se bañaba de un anaranjado muy inspirador, el viento soplaba levemente mientras que Jay y Jungwon estaban recostados sobre una manta en el césped, alejados de cualquier alma que pudiera molestarlos en un momento tan especial como ese. Las copas de los árboles se mecían de un lado a otro, creando el paisaje más hermoso a admirar.

Ya habían pasado unas semanas desde que confesaron su más puro amor, todavía seguían tímidos al respecto, les daba un poco de vergüenza tomarse las manos, o besarse. Si bien lo último ya lo habían hecho aún sin saber muy bien cómo se sentían, lo olvidaban casi al instante, pero ahora que son conscientes de que sus sentimientos son recíprocos, les emergía cierta vergüenza.

Jay estaba descansando su cabeza en el regazo del menor, sintiendo cómo éste le acariciaba dulcemente cada hebra de su cabello.

El rubio pensaba profundamente con sus ojos cerrados en qué momento había empezado a querer a Jungwon. Pudo haber sido cuando su saludo se convirtió en horas de charla, o tal vez cuando aquel día lejano por más que tratara, sus ojos no podían dejar de mirarlo. Pudo ser cuando luego de estar unas horas juntos sintió que no podía separarse de él, o quizá cuando había pasado un tiempo sin verlo, despertó y su corazón no latía con la misma fuerza y alegría como cuando está con ese chico adorablemente pequeño. Pudieron ser muchas cosas que complementaron ese amor que ahora invade su corazón.

—¿Con quién estarías si yo no hubiera aparecido en tu vida? —dijo Jay de repente, interrumpiendo ese silencio tan tranquilo. Debía admitir que la pregunta lo tomó por sorpresa.

—No lo sé. Nunca lo pensé. —respondió, descansando sus manos en las mejillas de Jay.

—¿Crees que si no nos hubiéramos cruzado en ese puente a mitad de la noche, nos habríamos encontrado en otro momento?

Esa era una excelente pregunta, y confesaba que hasta ahora no se la había hecho con esa seriedad. Ellos simplemente andaban en la vida por diferentes rumbos pero en el mismo camino. Y, un día, el tiempo los encontró lado a lado, mano a mano. Sus ojos se miraron, y ahí mismo entendieron que habían llegado a donde estaban yendo. Que el destino eran ellos mismos, era ese lugar en los brazos del otro, que solo ellos tenían la exclusividad de conocer.

—Por supuesto que nos hubiéramos cruzado.  —Jungwon reanudó sus caricias, pero esta vez en la barbilla del mayor. —Vivímos en el mismo vecindario, en alguna circunstancia nos habríamos tenido que conocer.

—Me siento un idiota por haber creído que iba a poder terminar con mi vida si saltaba desde esa altura. —Jay exhaló ligeramente mientras levantaba su brazo para tomar una de las manos suaves del pelinegro, allí depositó un cálido beso. —Me hubiera perdido de ti.

—En ese momento justamente pensé que eras... tan idiota. —reveló Jungwon, a lo que el adverso rió un poco al respecto. —Quiero decir, tan idiota en el sentido de que... no entendía porqué estabas tan tranquilo en sentado en el borde del puente. Me pregunté tantas veces qué tan mal la estabas pasando como para estar con los ojos cerrados y los pies flotando en al aire. Aunque después de verte, no podía simplemente irme. Fue incluso difícil para mí acercarme, no sabía de qué forma ibas a reaccionar, o si yo iba a empeorar las cosas. Estaba asustado.