capítulo #24: do not go

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—No quiero, Jake, déjame

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—No quiero, Jake, déjame. —se quejó Jungwon.

—Solo una, ¡quédate quieto!

—¡Debes irte a tu clase, no estar molestándome aquí! —exclamó Jungwon cubriendo su rostro para que el mayor no pudiera capturar su rostro en una foto. —Le voy a decir a tu profesor que me estás acosando.

—¿Por qué te haces el difícil?

—Porque... ¿soy difícil?

—Si fuera Jay seguro que le dejarías que te tome quinientas mil fotos.

Bingo.

Jake entornó sus ojos mientras, obligadamente, guardaba su móvil. No le gustaba como ese chico ahora ocupaba cada pensamiento del menor. Suspiró.

—Solo yo te puedo tomar fotos, él es un extraño.

—No de nuevo a esta conversación, Jake. Ya la tuvimos cientos de veces. —Jungwon también suspiró de manera agotadora.

—Entonces deja de pensar en Jay. Malas personas solo traen la mala suerte consigo.

—Jay no es una mala persona. É-Él me salvó.

—Y huyó.

Jungwon se hizo para atrás en su asiento cuando sintió el golpe de las palabras arrebatarle el aliento. Su ceño fruncido demostraba su enojo. Pero a Jake nunca le inmutó que él estuviese enfadado.

—Tu no lo conoces. —el tono de voz del coreano había disminuido.

—¿Y tu sí? —preguntó reprochante—. Admito que estuvo presente durante tu coma, te cuidó, pero en el momento que despertaste nunca más fue a visitarte, se esfumó en el aire. Siempre has sido tú el que va a buscarlo.

Sus ojos no lo miraban.

—No... No entiendes nada. —ahora su voz temblaba, lo que era mala señal dado que con el tiempo se había vuelto patéticamente sensible.

Jake nunca iba a entender el sentimiento que le producía la persona que conoció en sus sueños, era una lástima que su amor aparentemente solo haya florecido allí dentro, costaba más en la realidad que Jay se fijara en él. Ese chico siempre lo evitaba, cuando existía la oportunidad ni siquiera lo miraba y la mayoría de las veces el mayor intentaba terminar la conversación rápidamente para poder dejarlo.

—Quizás no sea yo el que no quiera entender que el chico en el que piensas no es más que un-

—No lo digas, Jake. —lo interrumpió. —Si eres mi amigo y como persona te queda un poco de sensibilidad, no lo digas.

El mayor exhaló. El timbre había sonado para ese entonces, indicando que la hora de descanso terminó y que cada uno debía regresar a su respectiva aula, así lo hizo Jake. Jungwon se acomodó en su lugar, apoyó su cabeza sobre su mano mientras miraba hacia la ventana, y durante las siguientes dos horas no tuvo intención de prestar atención a la clase. Sus ojos solo podían ver el cielo celeste y su mente solo podía estar ocupada por un único tema. Teorema de Pitágoras, como decía el profesor de matemáticas, no era, sino que Teorema de Park Jay, una fórmula con cálculos aún más difíciles de resolver; Jungwon era pésimo en matemáticas.

𝙎𝙐𝘾𝙃 𝙄𝘿𝙄𝙊𝙏 ཻུDonde viven las historias. Descúbrelo ahora