Hola bellas florecillas!!!
Se va a liar pardita.... me lo veo venir!
No podía evitar ponerme nerviosa al pensar en la respuesta a dicha pregunta. ¿Acaso quería yo que lo sintiera?, ¿Podría plantearme si quiera la posibilidad de tener algo con ese italiano de ojos verdes salido del Olimpio de los Dioses.La idea me abrumaba, colapsaba mis sentidos no sabiendo en realidad la respuesta. Había fantaseado mil veces con esa posibilidad siendo muy realista de que jamás sería posible. Había coqueteado con el sentimiento de cercanía que él manifestaba hacia mi creyendo que solo formaba parte de aquel acuerdo. ¿Y si habían podido despertar en él alguna clase de sentimientos como me sucedió a mi?
Vale. Admito que enamorada lo que se dice enamorada no es que estuviera, pero no podía negar que él tenía un poder de atracción y seducción innegables para cualquiera.
Los impulsos de mi cerebro dictaminaban que si, que me lanzase al vacío ante cualquier propuesta, pero una vocecita interna me decía todo lo contrario.
¿Podría confiar en Nicola sabiendo que traicionaba a su mejor amigo con su novia? Hasta ahora ese hecho no me había importado, incluso creía que alguien como Joan no se merecía otra cosa. Además, yo había accedido a dicho acuerdo solo porque me beneficiaba de ello, pero jamás con la intención de que de aquella relación saliera algo que no fuera amistad o cordialidad. Desde un principio tuve claro que los sentimientos de Verdini por Verónica no cambiarían y menos aún que podría cansarse de ella o lo más improbable de todo; que yo pudiera gustarle —algo que por cierto aún no tenía del todo claro como había sucedido si es que en verdad había ocurrido—, era fácil soñar sabiendo que nunca se haría realidad, pero quizá la situación diera un giro de ciento ochenta grados y todo cambiara de forma drástica, ¿En verdad estaba preparada para ello?, ¿Estaba dispuesta a asumir los riesgos sabiendo que podría terminar escaldada y achicharrada por ello?
—¡Oh venga ya! —exclamé varios segundos después, lo suficiente para darse cuenta que había estado meditando su respuesta—. Te gusta demasiado Verónica como para posar tu vista en otra chica que no sea ella.
Le escuché suspirar, como si él mismo se sintiera enfadado consigo mismo por ello.
—Si. Quizá tengas razón, aunque encuentro tu compañía mucho más agradable que la de ella, no lo voy a negar —terminó sonriendo con esa mirada que provocaba que sus ojos se iluminasen con un destello—. Aunque esta noche preferiría no hablar de ella, sino de ti.
Su cambio de humor y de conversación hizo que mis alertas se disparasen. Antes únicamente hablaba de Verónica y ahora prefería no hablar de ella y en cambio deseaba que le hablase sobre mi. La conversación que había mantenido precisamente con ella en aquel baño vino a mi mente de inmediato. ¿Podría tener algo de verdad en sus palabras?
«Andrea frena tus pensamientos y no te precipites de inmediato que estás muy lejos de pueda suceder algo así»
En mis pretensiones estaba la idea de fingir que me acostaba con Nicola, no de hacerlo literalmente hablando.
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Andrea y sus neuras
Teen FictionCuando la locura se convierte en un arma poderosa. ** Andrea es divertida, espontánea y un poquito neurótica, "solo un poco, eh". Sus amigas son geniales...