Cuando la locura se convierte en un arma poderosa.
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Andrea es divertida, espontánea y un poquito neurótica, "solo un poco, eh". Sus amigas son geniales...
Como avisé por redes, intentaré actualizar esta historia cada LUNES y MIERCOLES y VIERNES
Mientras tanto os dejo con esta suculenta noticia para las que aún no me sigáis por redes o no tengáis mis libros, que se que unas cuantas se quedaron sin ellos la vez anterior que hice la promoción, así que esta vez ¡¡Estad atentas!!
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Y ahora, disfrutad del capítulo!
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Por más que intentaba concentrarme en clase y de vez en cuando Vanessa hiciera algún comentario dejando claro el poco interés que mostraba por la asignatura de cálculo, mi cerebro era incapaz de pensar en otra cosa que no fuera el idiota de mi hermanastro.
¡Hasta la degustación del beso con Nicola me había robado ese cretino!
En lugar de pensar en ese adonis de ojos verdes italiano, mi mente solo replicaba las palabras de Joan; llevaba esperando mucho tiempo a que lo hiciera, ¿Se refería a plantarle cara?, ¿Tal vez quería que le hubiera contestado en lugar de limitarme a esconderme de ellos?
No tenía lógica. Lo mirase por donde lo mirase, no comprendía para nada sus palabras, ni se justificaban con su forma de proceder para humillarme.
—Andrea, ¿Estás en este planeta? —preguntó Vanessa cuando evidentemente hacía un buen rato que debía estar hablándome y yo no la escuchaba.
—Si, lo siento... —respondí como un autómata, aunque en realidad mis pensamientos estaban demasiado alejados de allí.
—Lourdes y yo hemos pensado que este año, dado que ahora estás saliendo con Verdini y tu hermano parece dejarte tranquila, podríamos ir a la fiesta de Halloween del instituto.
Ni tan siquiera se me había pasado por la mente esa fiesta, como tampoco la de fin de año o fin de curso puesto que las evitaba como la peste y por fidelidad, mis amigas igual.
