No podía creerlo. Simplemente no daba crédito a que pudiera haber ocurrido a pesar de saber lo que sabía desde un principio.
¿Me había estado engañando todo el tiempo?, ¿Habría sido solo esa vez?, ¿Quizá se estaban riendo los dos a mi costa sin yo saberlo?
Me había tragado su sinceridad. Creía de verdad que le gustaba, que le atraía, que se estaba enamorando de mi...
—Soy imbécil —susurré ladeando la cabeza sin saber que lo había mencionado en alto.
Todo estaba en silencio dentro de aquel pequeño habitáculo en el que solo nos encontrábamos Joan y yo a las cuatro de la mañana rumbo a casa.
Después del puñetazo que él le había propinado, Nicola no había vuelto a protestar, más bien no había tenido tiempo porque en cinco minutos ya teníamos las cosas metidas en el coche y partíamos en mitad de la noche. Ni siquiera sabía cuan dolido se sentía él, después de todo acababa de enterarse de la traición de su amigo con su novia, ¿Sentiría lo mismo que yo? Es evidente que lo de él sería mucho peor, a la vista estaba el ojo morado que le había tenido que dejar.
Ni siquiera me percaté de revisar bien si me olvidaba algo, lo cierto es que me daba igual, por no decir que aún llevaba la ropa interior algo húmeda pero me había colocado un chándal sin pensar.
—Tú no eres imbécil. Ese idiota no te merece, no te merecía desde el principio y traté de avisarte mil veces. Si solo me hubieras hecho caso una vez...
¿Avisarme?, ¡Él más bien quería imponerme que le dejara!
—¿Y que sabías tú? —alcé la voz algo indignada.
—Para empezar que esos dos llevan jugando al gato y al ratón desde sexto, y que la historia siempre termina igual de mal —contestó sin apartar la vista de la carretera.
No puede ser. ¿De verdad Joan sabía que Verónica le engañaba y aún así volvía con ella?
—¿Qué clase de novio permite que su novia se acueste con otro? —gemí no dando crédito a que él supiera todo.
—Ella es libre de hacer lo que quiera, al igual que yo.
Sus palabras me hicieron pensar que tipo de relación mantenían esos dos. ¿Acaso eran de esas parejas liberales donde no les importaban que estuvieran con otras personas al mismo tiempo?, ¿Tal vez por eso decía que eran libres? De ser así, podría tener sentido muchas cosas, salvo el hecho de que Nicola dijeses que Verónica solo le buscaba cuando rompía con Joan.
—No entiendo —admití en voz baja—. ¿Quieres decir que no te importa que ella esté con otros tíos? —pregunté siendo más explícita.
—No —negó y no supe si es que no le importaba que lo hiciera o que por el contrario si lo hacía—. Verónica y yo nunca tuvimos una relación de verdad.
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Andrea y sus neuras
Teen FictionCuando la locura se convierte en un arma poderosa. ** Andrea es divertida, espontánea y un poquito neurótica, "solo un poco, eh". Sus amigas son geniales...