Capítulo 6.1

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Capítulo 6: "¿Qué mejor que poner a dos enemigos en aprieto juntos? "

Capítulo 6: "¿Qué mejor que poner a dos enemigos en aprieto juntos? "

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Todo el camino a casa fué un poco abrumador para Sunoo. Se la pasó pensando en un montón de cosas e incluso miró su teléfono con la inmensas ganas de teclear a Jungwon y contarle todo. Pero, obviamente esa no fue la mejor decisión que pudo pasar por su mente cuando repasó los claros inconvenientes que traería eso. De solo imaginarlo, lloriqueó por dentro y se la pasó pataleando hasta que llegó a su casa. Con una mueca, entró sin importarle mucho quien lo estuviera esperando detrás de esta, quizá porque ya sabía que de hecho, no hubo nadie cuando entró.

A pesar de que en su casa había días en los que no faltaba el ruido y los momentos desastrosos en familia. Predominaban mucho más los momentos de soledad y silencio. Los ánimos de Sunoo siempre recaían más cuando lo reodeaba el silencio. Caminó con los hombros caídos, dispuesto a subir las escaleras si no fuera porque alguien lo detuvo con un jalón en la mochila antes de que subiera el primer escalón.

— Sunoo, ¿Por qué no habías llegado a casa desde ayer?— Minah lo volteó y le dijo con el ceño fruncido, pero la mirada curiosa y preocupada.

Sunoo entonces gimió derrotado al encontrarse con el rostro de la mujer y sin pensarlo, se echó hacia la mujer como un niño pequeño, así como solía hacerlo antes. Sólo que ya no podía colgarse en la mujer como un pequeño koala, esos momentos dónde solo lo hacia por diversión o llegaba llorando directo a sus brazos porque se había caído antes. Sino que esta vez, ella lo recibió sin entender nada cuando Sunoo lloriqueó en su hombro.

— Todo me sale mal siempre.— se lamentó y la abrazó con fuerzas. La mujer acarició su cabello con suavidad y confusión—. ¡Estoy siempre mal en todo!

— ¿De qué hablas, cariño?

— ¡De todo! ¡Hablo de todo! — lloriqueó y sus lagrimales se llenaron de las primeras lágrimas de frustración, su garganta se fue sintiendo más y más pesada—. Mamá tiene razón cuando dice que hago todo mal...

Minah suspiró y relajó su cuerpo, alejando un poco a Sunoo para así mirarle a los ojos. Dos bonitos y grandes ojos que siempre habían tenido la alegría y pureza en ellos. Que muchas veces las miraron con miedo y desespero, pero que nunca dejaron de brillar con una asombrosa valentía. A la corta edad de diecisiete años, Sunoo era un pequeño con mucha valentía. Minah estaba orgullosa de él.

— No haces nada mal ¿Cuántas veces te lo he dicho?

Sunoo hizo un puchero.

— Para mamá lo soy...

—Pero para el resto de las personas no. — le aseguró, rodeándolo por los hombros y guiándolo a la cocina.

Sunoo hizo un puchero.

— Eso lo dices porque eres mi Nana...

—Cuando te conocí pensé que eras especial. Estabas tan animado. — se rió y le acarició el hombro. Sunoo se sentó en el taburete sin decir una palabra—. Eras un pequeño con una belleza salvaje e indómita. Te gusta ser amigo de cualquier persona y eres radiante como un sol. Estoy segura de que otras personas piensan lo mismo. "Él es especial. Quiero ser su amigo".

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