📍 Kim Sunoo es de esos chicos populares con una personalidad brillante. Lugar que pisa, lugar que se llena de su risa acogedora. Quienes lo conocen lo llaman la luz radiante que ilumina en la oscuridad.
Park Sunghoon es todo lo contrario. Un juga...
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—Es Nishimura Riki.
Sunoo apenas ha llegado de clases y ni siquiera se ha despojado de su mochila cuando SunHee le sorprende en la sala y le dice aquello, con los ojos lánguidos y la voz apenada.
—¿Qué?
—Se que estás sorprendido, pero no puedo guardarlo por más tiempo. No cuando te ha llegado otra nota ayer. Y si él es tu amigo, entonces esto debe acabar.
Sin embargo, la garganta de Sunoo se ha apretado hasta el punto de que no puede respirar con la normalidad que desea.
—¿Qué nombre has dicho?
—¡Que es tu amigo Riki el que está detrás de todo esto, Sunoo! —ella medio exclama—. Las pruebas apuntan a él y lo lamento, pero necesitas aceptarlo.
Los latidos del corazón de Sunoo resuenan sobre sus oídos. Se echa hacia atrás, con las esas palabras resonando en su cabeza. Pero no podía ser cierto porque Riki no era capaz de hacerle algo así, no era cierto por más que lo pensaba una y otra vez. Sunoo clavó sus ojos en su hermana, negando con la cabeza varias veces seguidas. La mirada que le estaba dando SunHee no ayudó para nada.
—No es verdad. ¿Cómo puede ser Riki? Es mentira…
SunHee se pasó una mano por la cara, frustrada y en parte angustiada por tener que decir algo como eso a su hermano. Que un cercano te traicionara no tenía dolor de comparación. Como una puñalada abrupta y severa.
—Lo siento, estuve tratando de decírtelo en varias ocasiones antes pero no se dio el momento—lo miró apenada.
—No puede ser Riki, SunHee—casi gruñó, los ojos temblorosos—. Estás equivocada. Dime que es una broma.
SunHee tragó saliva con fuerza, mirando a Sunoo unos segundos más antes de negar.
—Lo siento. Pero las pruebas indican que es él. Su letra es la misma que esa nota escrita a mano.
Ella contó lo que hicieron y cómo supieron que era Riki junto a sus amigas hace unas semanas atrás. Incluso se ofreció a buscar la hoja con la firma y letra del chico, pero Sunoo negó, diciendo que le creía y que no era necesario. Durante un largo rato no dijo una palabra más, tomando asiento en el sofá y mirando a la nada. Estaba pensando en tantas cosas a la vez que su mente estaba siendo un caos de horror y disgusto. ¿Cómo podía ser que todo este tiempo fue Riki? ¿Tenía sentido eso acaso? El chico llegó a su vida por casualidad, no lo conocía hasta ese entonces. ¿Entonces por qué…? Mientras más le daba vueltas, menos razones sólidas tenía.
Odiaba pensar que entre todas las personas que pudieron ser, resultó ser el chico de ojos tímidos y sonrisa inocente el que mandó todas esas notas al principio, sin otra razón aparente más que querer juntarlo a Sunghoon. No tenía sentido alguno. ¿Por qué su objetivo se basó en acercarlo a Sunghoon? Riki tampoco lo conocería si no fuera por Sunoo. O tal vez simplemente mintió todo este tiempo. Sunoo aspiró aire, negándose a aceptarlo. Riki siempre lo miró con una blandeza en la que Sunoo se reflejó por un tiempo, lo compadeció porque ellos compartían una vida similar. Pensar que fue él todo el tiempo sólo impulsó un desagradable malestar en el pecho de Sunoo.
