📍 Kim Sunoo es de esos chicos populares con una personalidad brillante. Lugar que pisa, lugar que se llena de su risa acogedora. Quienes lo conocen lo llaman la luz radiante que ilumina en la oscuridad.
Park Sunghoon es todo lo contrario. Un juga...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nota antes de leer:
El siguiente capítulo está basado completamente en sucesos pasados. Además de, manejar contenido sensible y uso de malas palabras en algunos diálogos.
°
Eradifícil creer que Kim Sunoo llegaría hasta aquí, siendo amando por todos, recibiendo cariño y buenas palabras. Pero él lo hizo, de una manera sofocante pero efectiva. Apenas habían pasado cinco meses desde su llegada, y parecía que hubiese pertenecido aquí desde el comienzo. Nunca nadie intentó hacerle daño. Tal vez, las cosas serían diferentes si todo hubiera comenzado aquí.
Por alguna razón extraña, a su alrededor comenzaron a ver en él a una persona brillante con excesiva felicidad y amabilidad para todos. No había quejas, todo siempre era demasiado fácil de conseguir. Sunoo se encontró a sí mismo no pudiendo dejar de sonreír la mayoría del tiempo o, a veces, no dejando espacio para respirar con tranquilidad cuando se veía acorralado por terceros. Mucho movimiento, demasiada atención. Debía mantener la calma, para poder entender la razón del por qué lo hacía, de por qué debía hacerlo. Se convirtió en algún tipo de reto, cosa que no dejó que fuese más desafiante que él. Sin embargo, todavía al llegar a casa, estuvo con la mitad del rostro hundido en la almohada mientras lloraba silenciosamente. Ahogándose en sus propias mentiras. Porque sí, estaba viviendo una mentira.
Ymentirse se sentía mejor que vivir en su realidad.
Los sentimientos débiles eran mucho más fuertes que él, y Sunoo lo sabía. En cualquier momento todo se vendría abajo si no buscaba una manera de mantenerlos ocultos. La rutina se hizo insoportable en algún momento. Llegaba a clases, era recibido con sonrisas, cariño y amistades nuevas, y luego regresaba a casa en silencio, llorando en la soledad de su habitación como todo un mentiroso. Las voces en su cabeza se reían de él como parte de su día diario. Cosa que aumentó sus nervios y lo mantuvo despierto por madrugadas enteras.
"Eres débil, nunca dejarás de serlo"
"Incluso si finges o intentas cambiar, siempre vivirás con miedo"
Los ataques nerviosos de Sunoo comenzaron en su último año de secundaria, hace exactamente dos años atrás antes de su intercambio de instituto. La causa, por supuesto, fueron el grupo de cuatro chicos que comenzaron a molestarlo porque se les hizo divertido de alguna manera retorcida. Lo miraron con diversión por un tiempo, se susurraron con otros cuando pasaba cerca, o, a veces con intención, decían cosas denigrantes en voz alta para hacerlo sentir indefenso.
