📍 Kim Sunoo es de esos chicos populares con una personalidad brillante. Lugar que pisa, lugar que se llena de su risa acogedora. Quienes lo conocen lo llaman la luz radiante que ilumina en la oscuridad.
Park Sunghoon es todo lo contrario. Un juga...
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Sunoo cumplió lo que prometió.
Él fue por Sunghoon el lunes, después de terminar su primera clase. Debió admitirse que se sintió raro, especialmente porque este piso en particular no era de su agrado. Las personas de aquí todavía seguían mirándolo como si fuera la persona más repugnante del mundo, el más obstinado y odioso. Sunoo se ha puesto a pensar y llegado a la conclusión de que en un punto él lo fue. Porque al principio, cuando se trasfirió, se creó una personalidad lo bastante odiosa y cansina que pudo crear un evidente rechazo en algunas personas. Lo sabe ahora y es de cierta manera decepcionante. El hecho de que, cabía la posibilidad de que para todas estas personas solo era alguien que en realidad buscaba llamar la atención con una personalidad animada y enérgica que al final, solo era una farsa.
Sunoo sacude la cabeza, decidiendo que no era momento para pensar en eso y que estaba aquí para buscar a Sunghoon, por primera vez; con una verdadera voluntad e intención. La confianza interna de Sunoo aumenta en cuestión de segundos con ese pensamiento, la impulsa para que suceda, de hecho, pero la cuestión es que lo hace sin detenerse y pensarlo demás. Se acerca al aula en donde está Sunghoon y puede ser consciente de que las personas que están saliendo se le quedan mirando con notable curiosidad. Bien es sabido que Sunoo nunca tuvo una relación amigable con las personas de esta sección en general. Se repugnaron entre si desde el primer momento. Por una tonta guerra de establecer quien era el más popular, por un mal entendido que hasta el día de hoy no se había resulto en su totalidad con la mayoría. Entonces sí, es incomodísimo toparse con las miradas de algunos y que estos coloquen esa expresión específica de disgusto. De todas maneras, Sunoo siempre ha tenido esa chispa odiosa característica suya, entonces solo puede ocupar la misma expresión y hacerse espacio entre todos ellos, sin prestar importancia. Le resulta fácil hacerlo. No lo ha hecho desde hace un tiempo, en realidad. Y eso es... de estar orgulloso.
Si alguien lo odia sin justificación, entonces esa persona es totalmente irrelevante para él.
Sunoo entra y el primero que nota su presencia cuando se acerca hasta ellos, es Jake. El muchacho primero entrecierra los ojos, como asegurándose de si era Sunoo la persona que estaba viendo, y una vez lo confirmó; sus ojos se expandieron con cierta maravilla.
—Oh—es lo primero que murmura—. Esto es algo muy nuevo. Y me agrada.
Cuando Jake dice aquello, Sunghoon mueve los ojos hacia su amigo y luego mueve los ojos con lentitud, siguiendo la mirada del susodicho y entonces se encuentra con Sunoo. Quien, a decir verdad, se vuelve vacilante cuando ambos intercambian miradas desde una prudente distancia. Y para Sunoo no se trata de que esté aquí y esté avergonzado por ello, o por el contrario, que sea el centro de atención ante todos. Es más bien, porque cuando conecta mirada con Sunghoon, los acontecimientos de la noche anterior vuelven a invadir su mente y las sensaciones se ponen de acuerdo para molestarlo y hacerlo un cobarde de inmediato. Un cobarde de sus propias emociones florecientes. Sunoo pestañea. Sunoo deja de caminar. La corbata del uniforme parece que lo está ahorcando porque la respiración no fluye con normalidad.
