📍 Kim Sunoo es de esos chicos populares con una personalidad brillante. Lugar que pisa, lugar que se llena de su risa acogedora. Quienes lo conocen lo llaman la luz radiante que ilumina en la oscuridad.
Park Sunghoon es todo lo contrario. Un juga...
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—¿Se canceló de nuevo?
Sunoo mira a SunHee, ella parece furiosa.
—Ni siquiera eres una jugadora—Sunoo dice entre risas—. ¿Por qué estás tan molesta?
SunHee respira una profunda bocanada de aire y se sienta en la orilla de la cama de Sunoo, todavía con ese entrecejo fruncido. Está así desde que Sunoo le contó que el partido se había reprogramado para dentro de dos días más. En realidad, SunHee había estado extraña desde el domingo, recuerda Sunoo. Con esa incomodidad en su expresión cada vez que ellos hablaban del partido y lo que SunHee tenía pendiente por contarle justo ese día. Por alguna razón que aún desconocía, incluso Sunoo llegaba a sentir temor de la importancia que tenía el partido para SunHee.
¿Qué era eso que tanto ansiaba decirle?
Sunoo se dirigió al espejo y comenzó a cepillar su cabello.
—¿Por qué no quieres decírmelo ahora?
Podía escuchar a SunHee tomar una respiración profunda antes de decir:
—Porque es mejor ese día.
Sunoo frunció el ceño. Seguro, no le creía.
—¿Quieres decírmelo en frente de alguien? ¿Es eso? —encuesta, y se gira para mirarla—. Lo que tanto me quieres decir, ¿involucra a otra persona?
Por la manera en que ella se remueve y evita mirarlo, Sunoo cree que está en lo correcto.
—Algo así...
—¿La conozco? Por la manera en que te comportas parece importante.
Sunoo alcanza su mochila y se la cuelga en el hombro izquierdo, todo mientras SunHee está todavía extraña en su misma posición, sin corresponder su mirada.
—No lo creo—ella niega con un movimiento de cabeza—. No es una persona que conoces en lo absoluto.
—Entonces dímelo ahora, es un buen momento.
SunHee suspiró.
—Es mejor ese día. Lo podrás confirmar con tus propios ojos.
Sunoo sonríe incrédulo.
—Bien... supongamos que lo soportaré hasta el jueves—bromeó, caminando hacia la puerta—. ¿Nos vamos?
SunHee lo sigue, mientras bajan las escaleras.
—Por cierto, ¿te sucedió algo?
—¿Qué?
—No lo sé, tienes esa expresión en tu cara—ella dice, tocando su hombro para mirarlo a la cara unos segundos. La expresión de Sunoo es confusa—. Estás sonriendo y siendo blando casi todo el tiempo desde ayer que llegaste.
