📍 Kim Sunoo es de esos chicos populares con una personalidad brillante. Lugar que pisa, lugar que se llena de su risa acogedora. Quienes lo conocen lo llaman la luz radiante que ilumina en la oscuridad.
Park Sunghoon es todo lo contrario. Un juga...
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—Nos iremos de viaje mañana.
Todo indicó a lo mismo que sucedía en todos los años que tiene de vida. Sunoo volvía a escuchar la misma frase salir de los labios de su madre. Hace exactamente una hora que toda la familia está reunida en la sala principal, escuchando lo que todos los años escuchan. Sus padres se irán a una cena importante mañana, y no regresarían hasta después de nochebuena. Lo mismo, sin excepción, desde que Sunoo tiene seis años. A su actual edad, adquirió una cierta madurez para terminar de aceptarlo.
Sin embargo, antes, siempre estuvo esa pregunta. ¿Por qué la época navideña es tan bonita, pero tan insignificante para él?
Con apenas nueve años, esa fue la primera vez que esa cuestión llegó a su cabeza. Hubo una primera vez en la que cayó en cuenta que, a pesar de que la navidad muchas veces se representa por un compartir en familia, regalos y felicidad; para todos no es así. Porque en cambio, se encuentra él parado frente a un árbol de navidad, que pese a ser llamativo con todas sus luces y adornos, ante sus ojos, este se mira opaco y extraño. No hay nada particularmente bonito o feliz. Y su corazón comienza a volverse ansioso. SunHee a su lado, se mantiene inquietante sobre el silencio. Los dos están sintiendo lo mismo.
Sunoo, a pesar de su corta edad, muy bien sabe que tampoco tiene muchas palabras de aliento para decir y reconfortar a su hermana menor.
Regresando al presente, mientras observa a su madre, Sunoo hace el esfuerzo de mantener una expresión serena.
—Espero que los negocios se manejen bien—dice, teniendo en cuenta que ahora está siendo observado.
La señora Kim sonríe.
—Así es.
[...]
Dos días después, la diferencia en la gran casa no parece distinguirse de un antes y después. Todo transcurre como todos los días. Un abrumador silencio se desliza por cada rincón de la casa. Los señores Kim se han marchado, los dos hermanos mayores han tomado su propio rumbo y solo quedan los menores. SunHee está en su habitación y Sunoo tamborilea los dedos sobre sus piernas.
Minutos después se levanta y abre el protector del piano de mesa y toca una pieza en específico para acabar con el silencio. Sus dedos se mueven veloces, creando una melodía fuerte pero sincera a como se siente en el momento. La empieza a su velocidad normal, y le sigue agregando intensidad hasta que suspira agotado, hundiendo los dedos casi con histeria en el último nivel que se permite llegar.
Estresado, se levanta y se dirige a la cocina. Minah se mueve de un lado a otro mientras hace algunas cosas. Es una mujer digna de admirar. Ha trabajado para la familia Kim desde que era joven, apenas solo cinco años más de edad que Sejeong. Su única familia siempre han sido los Kim. Y para toda la familia es un miembro más. A Sunoo no le gusta comparar, pero, su Nana Minah incluso es como una segunda madre. Una que lo conoce verdaderamente por lo que es.
