📍 Kim Sunoo es de esos chicos populares con una personalidad brillante. Lugar que pisa, lugar que se llena de su risa acogedora. Quienes lo conocen lo llaman la luz radiante que ilumina en la oscuridad.
Park Sunghoon es todo lo contrario. Un juga...
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Literalmente, para Sunoo fue imposible encontrar a SunHee después de esa noche. Era como si la rubia supiera en qué lugares estaría para no coincidir con él en ningún momento.
Sunoo se rindió con ella. Todo el caso contrario con JaeHee, al que Sunoo no sabe qué hacer cuando se lo topa en la casa. El mayor todavía lo sigue mirando extraño, como si intentara decirle algo. Sin embargo, lo único que hace es mirarlo por unos segundos a los ojos y pasar en silencio a su lado, sin abrir la boca. Sunoo todavía recuerda la vergüenza que vivió en ese momento. Sin saber que excusas poner y sintiéndose extremadamente sofocado por no poder explicarlo. Ningún tercero esperaría que ellos estuvieran hablando en un lugar, los dos solos, sin verse obligados a hacerlo. A pesar de que, de hecho, habían sido unas cuentas veces ya desde que lo venían haciendo.
Pero eso no lo sabía nadie.
Sunoo agitó su cabeza, intentando borrar esos recuerdos. Ahora lo importante era buscar a SunHee y si es necesario, obligarla a hablar. Debía haber una razón oculta para lo que hizo. Siendo que ahora supuestamente no le gustaba de manera romántica Sunghoon. Otra cosa que también debía aclararle.
Sunoo bufó irritado y se colocó la bufanda entre gruñidos cuando su Nana se asomó en su habitación y le recordó que se le haría tarde para entrar a su primera clase.
—¿Seguro que estás mejor? —ella preguntó, un tanto preocupada.
Sunoo se relajó cuando la vio.
—Nana... ¿Dónde está SunHee? —puchereó y comenzó a arreglar su corbata.
—Salió antes que tú—la mujer frunció el ceño—. ¿Por qué parece que se están evitando?
—Es ella quien se está alejando de mi—protestó—. Cuando la veas ¿Puedes encerrarla en su habitación por mí? Necesito respuestas y ella las tiene.
Minah se rió.
—No, nada de eso— replicó con gracia—. Mejor date prisa y baja, el chofer te está esperando.
Sunoo asintió y verificó la hora, abriendo los ojos en grande cuando ya se estaba haciendo tarde. Corrió hacia la entrada, tomó su abrigo y buscó al chofer. Los últimos de noviembre estaban pasando con un clima frío, no quería imaginar cómo sería en diciembre. Aunque nevaría, y a Sunoo le encantaba.
En un trayecto de quince minutos de viaje, Sunoo llegó a tiempo, por lo menos. Había un sentimiento extraño abrazándolo cuando se bajó del auto, el uniforme de repente comenzaba a sentirse demasiado caliente al momento de empezar a caminar, a pesar de que apenas había pasado una semana que no venía por aquí.
