📍 Kim Sunoo es de esos chicos populares con una personalidad brillante. Lugar que pisa, lugar que se llena de su risa acogedora. Quienes lo conocen lo llaman la luz radiante que ilumina en la oscuridad.
Park Sunghoon es todo lo contrario. Un juga...
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—Me gusta un chico.
—¿Qué?
Sunoo miró sorprendido a su mejor amigo que estaba frente a él. La paleta de fresa que se encontraba saboreando, dejó de moverse dentro de su boca, quedándose paralizado por un momento. Procesando, o tal vez intentando no caerse sobre el concreto de ese pasillo en el instituto por tal información. Era la primera vez que escuchaba a su amigo desesperado y, por supuesto, nervioso con una declaración tan repentina como esa.
Sunoo no reaccionó al momento.
— Me gusta un chico. Sí, un chico. Masculino, hombre, sin órganos femeninos. Eso... ¿Me entiendes?
El de cabello azabache tuvo que sacar la paleta de su boca para poder soltar la carcajada divertida que lo atacó de repente. Por Dios, Yang Jungwon enserio era muy divertido cuando se lo proponía. A veces, Sunoo creía que su amigo era realmente muy inocente para ser cierto. Por ello, tuvo que apoyarse sobre los casilleros y reír ante el rostro estupefacto de este hasta que su estómago no resistió más.
—¡Se lo que es un chico, Jungwon!— se terminó de reír, sin darse cuenta que terceros comenzaron a darles miradas curiosas. Aunque, no era realmente nuevo que Sunoo estuviera riendo por todos lados. Jungwon, a su vez, estaba rojo de las mejillas y sus ojos brillaban de vergüenza. Él enserio no entendía porqué era un manojo de nervios. Sunoo apoyó su mano en el hombro de su amigo—. Vamos Jungwon, no es malo que te guste alguien. Ya era hora, de hecho.
— ¡Hey!
— Lo siento.—sonrió —. Pero lo digo enserio. Sabía que faltaba poco para que lo escupieras, lo noté desde hace un mes.
Jungwon hizo una mueca extraña.
— ¿De qué hablas?—preguntó alterado, agarrando de los hombros a Sunoo y mirándolo con sus grandes ojos —. ¿Se me notó? ¿Cómo que se me nota? ¡Dímelo!— exigió con la voz aguda y el rostro más rojo que hace un momento.
—Uyyy— se mofó Sunoo divertido.
—Vamos Sunoo, dime de que hablas. ¿Qué se me nota?—exigió una vez más la respuesta, pareciendo serio pero siendo por dentro una gelatina a punto de derretirse.
—Son tus ojos.— respondió juguetonamente—. Brillan extraño y además, tu compartimento era muy nervioso. Que recuerde... Creo que me di cuenta cuando ya no querías sentarte conmigo en la cafetería.
Bastardo traicionero. Pensó, recordando como desde hace un mes Jungwon había estado comportándose extraño. Al principio, Sunoo pensó que en algún momento dijo algo mal o hizo algo que a su amigo no le gustó. Para ser sincero consigo mismo, llegó a sentirse triste de que Jungwon, siendo su amigo más cercano, lo alejara tan de repente. Todos esos pensamientos abandonaron su mente cuando descubrió una cosa sospechosa. Todo ese tiempo, mientras Jungwon escapaba de su vista a la hora de receso, se veía con otra persona. No es como si Sunoo lo siguió, eso sería muy bajo de su parte. Más bien, se dio cuenta de que el castaño regresaba con una actitud bastante tímida y exagerada de rubor en las mejillas.
