-Te hice un favor.-respondió Lana.-Invité a Nathan a una cita.
-¡¿Que?!.-esta vez todas las personas de la heladería se giraron a verme.
-Tranquila. Ya me respondió.-mostró el mensaje.-Al parecer él también quiere verte.-puso su expresión de "lo sabía". Fue así como mi mejor amiga me dejó abandonada en el centro comercial en el que estábamos.....
Mientras esperaba fui al segundo piso a comprar las entradas de la única película que daban las 6 de la tarde.
Cuando mi reloj dió las 5:50, ví a Nathan caminar hacia donde estaba.
-Hola.-saludó.
-Hola.-contesté medio nerviosa.
-Lamento haberme ido tan apresurado ayer.-se disculpó.
-Supuse que ... .tenías algo urgente en tu casa.-me vino a la mente la imagen del "accidente" y mi rostro tomó un tono rojizo.
-A...algo así.-río incómodamente.
-Acerca de lo que paso...-me arme de valor.
-Olvídalo, fue un accidente.-me alivié al escucharlo.-Supongo que ya no jugaremos cartas, ¿no?
-Solo quitemos las prendas.-sonríe.
-Claro.-río.-Espérame aquí. Iré a comprar los pochoclos.
-Espera.-instintivamente tomé su brazo.-Invito yo esta salida.-lo solté al darme cuenta.-La otra vez invitastes tú la merienda.-explique con la cara ya colorada.
-Esta bien.-me devolvió una dulce sonrisa.
Una vez dentro de la sala de cine, no resistí la tentación y me comí la mitad de mi balde de pochoclos. Así que para evitar terminarlo antes de que comenzara la película, abrí el paquete de chocolates. Y en cada bocado comía un puñado de pochoclos.
-No sabes lo que te pierdes.-dije al ver la expresión de duda de mi compañero.-Esto.-alce el balde.-Y chocolate es la mejor combinación.-aseguré.
-¿En serio?
-Ten.-le acerque un pedazo del dulce.-Pruébalo.
-Sí que está bueno.-confirmó luego de darle una oportunidad.
-¿Verdad que si?.-dije orgullosamente.
Y entre nuestras risas, comenzó la película.
Luego de que terminara, pasamos por el piso de juegos del shopping. Mientras hablamos de lo buena que estuvo la película, mi atención se desvió hacia un pikachu gigante.
-¿Quieres jugar?-preguntó al notar mi distracción.
-Mmm...no soy muy buena.-me apene.
Era el juego de tiro al blanco con pistola.
-No te preocupes. Yo te ayudaré.
Y en ello, fue a comprar un boleto. Cuando el juego empezó, los tableros comenzaron a moverse rápidamente. No sabía hacia dónde disparar. Y de repente siento unas manos en mi cintura y el cosquilleo del tacto se expandió por todo mi cuerpo.
-Ponte aquí.-movió mi cintura y terminé unos pasos al costado.-Sujétalo así.-me dice al oído mientras sus manos envolvían las mías.
El calor de su respiración en mi cuello y mi corazón casi saliéndose no me dejaban pensar bien. Estaba claro que había perdido el control total del arma y de mis manos. Pues era él quien iba guiándome en cada movimiento.
A pesar del rojo de mis cachetes y de la falta de aire que sentía, extrañamente no quería huir de él como las veces anteriores. Quería seguir sintiendo sus brazos rodeándome, sus manos tocando las mías, su boca cosquilleando mi oreja....
¡BAM! ¡BAM! ¡BAM! Disparamos 3 tiros y sonaron las trompetas.
-Felicidades.- dijo la empleada al acercarse.- Dieron todos en el blanco. ¿Qué desean como premio?-pregunta.
-Ese de allí.-contestó Nathan.
Y ese día terminé con un pikachu gigante en mi cuarto....
NARRACIÓN EXTRA
-Ponte aquí.-movió su cintura y terminó unos pasos al costado.-Sujétalo así.-le dice al oído mientras sus manos envolvían las suyas.
A los ojos de Nathan Lexi parecía muy concentrada en ver los tableros del tiro al blanco que se iban moviendo. Pero a los segundos, se dió cuenta del rojo vivo de sus mejillas y no pudo evitar reírse por dentro.
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Dime por qué te gusto [COMPLETO]
Teen Fiction¡El chico más sexy de la escuela está enamorado de mí! No soy de las más populares, ni de las más inteligentes y mucho menos de las más atractivas. Entonces, ¿cómo, cuándo y por qué pasó? Tengo tres reglas básicas para sobrevivir la secundaria que...