-¿Dónde estabas?-preguntó Lana apenas me senté a su lado.-Te estuve buscando hace media hora. Ya va a ser el turno de nuestra escuela.-regañó.
-Emmm ... .-balbuceé.-En..en el baño.-traté de simular tranquilidad a pesar de que la imagen de Nathan desabotonando mi vestido apareció en mi mente.
-¿Tanto tiempo? ¿Y por qué no contestabas mis mensajes? Pensé que te habías perdido.-siguió regañando.
-Te daría un ataque si supieras qué estaba haciendo.-pensé.-Es...es..es que no llegue a mirar el celular.-expliqué.
-Ay Lexi.-suspiró.-Estaban a punto de cerrar las puertas del salón. Creí que te ibas a perder su primera ronda.
-Pero ya estoy aquí. Eso es lo importante, ¿no?-solté una risa incómoda.
-¿Estás bien?-notó la rojez de mis mejillas.-Estás muy roja.-comenzó a preocuparse.- Mmm ...pero no tienes fiebre.-dijo con su mano en mi frente.
-No es nada.-bajé su mano.-Ha...hacía calor en el baño.-intenté decirlo lo más normal posible.
-¿Si?-cuestionó.
Asentí muy segura con la cabeza.
-Muchísimo calor.-agregué por dentro.
¿Cómo no sentir calor si había unas manos despertando mis deseos y unos labios corrompiendo mi cordura?
-En ese caso es mejor que te bajes la chaqueta.-aconsejó ella.
-Te llevarías una gran sorpresa si vieras lo que oculto.-contesté en mi mente.-Estoy bien así. Se me pasará pronto lo rojo de mi cara.-insistí.
-¿Segura?
Asentí nuevamente.
-Mirá, ya están entrando los de nuestra escuela.-señalé rápidamente.
-¡Oh cierto!-Su atención quedó en los compañeros del taller.
Aliviada, volví a asegurarme de que la cremallera de la chaqueta no se hubiera bajado.
-Todo está bien.-me dije.
Nuestro equipo comenzó a entrar al escenario. Los chicos iban pasando enfrente nuestro y se iban acomodando en sus asientos. Cuando apareció Nathan, los gritos y los aplausos aumentaron descomunalmente dejándome sorda. Sin embargo, él se mantuvo inexpresivo hasta que me vio en el público. Cuando nuestras miradas se cruzaron, me lanzó una sonrisa traviesa.
Ante mi desconcierto se tocó disimuladamente el cuello y fue allí cuando ví desde lejos unas ligeras marcas rosadas.
¡Rayos!
Le devolví una mirada amenazante y él simplemente se rió.
Miré a los costados para asegurarme que nadie hubiera notado nuestra irrelevante interacción.
Por su culpa volví a ponerme colorada.
Sus labios besando lentamente mi cuello hasta llegar a mi pecho, el ligero ardor en esa zona y las marcas como resultado de sus tentaciones entraron a mi cabeza. Inevitablemente volví a recordar aquel momento íntimo que tuvimos.........
No satisfecho con dejar rastros de sus labios por todo mi cuello, Nathan terminó desabotonando la parte de arriba de mi vestido para dejar sus marcas sobre la zona de mi pecho. Cuando empezó a ir cada vez más abajo, me alarmé y le mordí directamente el cuello.
Sin embargo, esto pareció liberar a la bestia que tenía por dentro porque al instante tomó mis piernas y me alzó contra la pared. Al quedar por los aires, casi gritaba. Por suerte, me tapé la boca antes de que saliera algún sonido de ella. Después de todo, las dos personas que habían entrado aún seguían en el baño.
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Dime por qué te gusto [COMPLETO]
Teen Fiction¡El chico más sexy de la escuela está enamorado de mí! No soy de las más populares, ni de las más inteligentes y mucho menos de las más atractivas. Entonces, ¿cómo, cuándo y por qué pasó? Tengo tres reglas básicas para sobrevivir la secundaria que...