Capítulo 52 - ¿Por qué te gusto?

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Lo primero que ví al despertar fue el bello rostro de Nathan a unos centímetros de mí. Como su brazo envolvía mi cintura, temía que cualquier movimiento brusco lo despertara. Y esa fue la excusa perfecta para seguir admirando su belleza.

La noche anterior decidí no guardarme nada. Exprese todo lo que sentía y lo que había vivido todos estos años. Me "desnudé" ante él.

Paz y alivio fue lo primero que sentí. Era como si las heridas de todos estos años que habían permanecido en mí, se hubieran cicatrizado. La sensación de libertad que me rodeaba, por no cargar más con dichas emociones ,me traía felicidad.

No podía negar que me gustaba cada vez más Nathan. No sabría decir si era su sonrisa, sus travesuras, su mirada o su compañía lo que más me cautivaba. Pero sí sabía que él conquistó por completo mi corazón.

Viéndolo no podía evitar curvar mis labios y por impulso besé su frente.

Al alejarme, noté que alguien ya había despertado.

-¿Estabas despierto?-pregunté.

-No, no lo estaba.-sonrió.

-Eres un mentiroso.-hundí mi dedo en su mejilla.

-¿No te he dicho que tengo el sueño ligero?-rió y atrapó mi dedo.-¿Cómo te sientes hoy?

-Mejor.-dije de buen humor.

-En ese caso....-se acercó más a mí.- ¿Crees que podamos hacer algo más en esta cama?-dijo en tono pícaro.

-¡Nathan!-me puse toda roja.

-Me refería a seguir durmiendo.-se defendió haciéndome ver como la mal pensada.-¿En qué pensabas?-preguntó a propósito.

Su mirada juguetona me ponía aún más colorada.

-Sólo sabes molestarme.-protesté al notar que no podía con él.

Él se rió ligeramente y me acorraló con sus brazos quedando pegada a su pecho.

-Así me dan ganas de molestarte aún más.-confesó.

-¿Con que alguien amaneció un poco gracioso no?-me dije.-En ese caso, solo prepárate para lo que se viene....

Entonces mis manos se prepararon para un ataque de cosquillas. Pero al tomar contacto con su abdomen se detuvieron. Pues sintieron unos abdominales bien marcados. No sabía el buen físico que tenía él. Nunca me había comentado que entrenaba y mucho menos lo había visto sin camisa.

Sin darme cuenta, estaba tocándolo demasiado. Y justo cuando quise apartarlos, Nathan jaló de mi cintura hacia él, quedando pegados nuestros cuerpos .

-Puedo tomar esto como una petición a algo.-sonrió el malvado.

-Yo...yo...yo...-me puse nerviosa.

Sentir sus fuertes abdominales en mi cuerpo y sus traviesos dedos jugando en mi espalda, sólo me generaba deseos perversos que nunca había tenido por alguien. Tragué saliva.

-Cómo se sentirá si ... . ¡Qué estoy pensando!-me regañé seriamente por dentro.

Sin embargo, antes de que siguiera con ello, Nathan se levantó y sujetó mis dos manos. En dicho movimiento repentino, parte de la sabana terminó en el suelo.

-No escuché un no.-se acerca a mis oidos.- Eso significa que.....

-¡Nathan!-dije toda colorada.-¡Es...es..estamos en el hospital!-solté.

-Ah...es cierto.-sus ojos me miraban seductoramente.-¿Entonces en casa si?

A estas altura mi sangre hervía, pero por el calor que mi cuerpo sentía.

Dime por qué te gusto [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora