El sonido de la calle me sacó de mis sueños. Abrí los ojos y vi un leve rayo de sol entrando por el pequeño hueco de la cortina iluminando el oscuro cuarto. Aún con su tenue luz se podía notar el desorden de mi habitación. Todas las cosas que solían estar prolijamente sobre mi escritorio ahora yacían dispersas por el suelo o sobre la silla. Mis libros reposaban medio abiertos debajo de la cortina. Los lápices se encontraban por doquier. Mis anotaciones descansaban en la punta de la silla. Junto a ellas estaba el vestido colgando en la punta del respaldo.
Cuando lo ví, suspiré.
-No debí ceder. Me llevará toda la tarde ordenar este desastre....¿Por qué no me resistí a sus tentaciones?.-me pregunté.
Apenas me moví hacia el costado, sentí unos brazos jalando de mi cintura.
-¿Despierta?-escuché una voz áspera pero seductora a mis espaldas.
Sin esperar mi respuesta me abrazó aún más contra él y hundió su mentón en mi hombro.
El calor del tacto de su pecho recorrió mi espalda.
-Nathan.-intenté librarme de él.-Vamos...-insistí.-Necesito saber la hora.
-No es necesario. Todavía es temprano.-contestó con voz dormida.
Sabía que ni siquiera había abierto sus ojos.
Sus brazos no tenían intenciones de soltarme.
-¿Cómo sabes si ni siquiera has mirado el reloj?-cuestioné.
-Simplemente lo sé.-argumentó.
Su respiración cosquilleaba mi cuello.
-Es solo un segundo.-pedí.
Hoy era el primer día de clases de nuestro último año en la escuela Dexter y realmente no quería llegar tarde por dos razones. La primera era porque como estudiante aplicada no me gustaban los retrasos. Y la segunda era debido a que este año a los del periódico nos tocaba dar la bienvenida a los nuevos estudiantes y no quería darle explicaciones a mis compañeros de cómo mi novio no me dejaba salir de la cama.
-Bien.-cedió y me liberó de sus brazos.
Satisfecha extendí mi brazo para alcanzar el reloj sobre la mesa de luz. Sin embargo, justo cuando lo iba tocar, Nathan nuevamente tomó mi cintura y me arrastró hacia él.
-¡Nathan!-reproché girandome hacia él.
-Dijistes un segundo.-explicó aguantando las risas.-Y te dí un segundo.-apartó mi cabellos del frente al costado.
-Era solo una expresión.-repliqué.
Su mano acarició mi rostro.
-Un segundo es un segundo. Lo dicho esta.-me vi envuelta en su abrazo nuevamente.-Ahora a dormir-pasó su mano por mis cabellos y cerró otra vez sus ojos.
-Nathan.-suspiré.-Hoy comenzamos la escuela.
-Hay tiempo.-respondió sin separar los párpados.-Solo quiero estar un rato más contigo.-me abrazó aún más fuerte.
No tuve otra opción que acurrucarme en sus brazos sin poder disimular la sonrisa de mi cara.
Había pensado en una excusa muy buena para seguir durmiendo.
-No tengo remedios.-me dije.
-En la escuela también estaremos juntos.-miré su bello y perfecto rostro.
-Pero no en la cama.-replicó él.
-¡Nathan!-hundí mi dedo en su abdomen bien trabajado.
Él se rió y besó mi frente.
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Dime por qué te gusto [COMPLETO]
Teen Fiction¡El chico más sexy de la escuela está enamorado de mí! No soy de las más populares, ni de las más inteligentes y mucho menos de las más atractivas. Entonces, ¿cómo, cuándo y por qué pasó? Tengo tres reglas básicas para sobrevivir la secundaria que...