Dime por qué te gusto [COMPLETO]

Capítulo 56 - Una invitación inesperada

Mientras más se acercaba, comencé a alarmarme. Retrocedí lo más que pude hasta que choqué contra los casilleros.

¡Rayos!

-¿Qué...qué quieres?- me entró la desesperación.- Si...si te sigues acercando gritaré.-advertí con la esperanza de que detuviera cualquier plan que tuviera en mente.

Sin embargo eso no frenó sus pasos.

Justo cuando iba a gritar escuché un estallido de risas.

-Alan, sí que la asustastes.-dijo el chico que se había puesto en mi camino.

Ahora sabía que mi "compañero" de Historia se llamaba Alan.

-Tranquila, estábamos bromeando.-terminó de reír.-Solo queríamos hablar contigo.-explicó al ver mi cara de desconcierto.

Me alivié de que no estuvieran buscando problemas.

-¿Hablar?-le cuestioné.

-Nos parecía divertido arrancar una charla así.-explicó.-Pero..... veo que cayó muy mal.-sonrió incómodamente mientras se tocaba la nuca.

-Sí, muy mal.-confirmé.-No tengo nada que hablar con ustedes.-me aparté de los casilleros.-Con permiso.

-Lo sentimos, en verdad. -se apresuró en decir aún sin dejar libre mi camino.-Por la broma de mal gusto.-pausó.- Y también por lo que dije en la clase. Sólo escúchanos.-pidió.- No te quitaremos mucho tiempo.-agregó.

Sonaba bastante honesto sus disculpas, así que decidí escuchar lo que tenía para decir.

-Bien. ¿Qué es lo quieren?-volví a preguntar.

-Queremos invitarte a que formes parte del periódico estudiantil.-anunció.-Solo tómate el tiempo para pensarlo antes de rechazarnos.-se anticipó.

Dexter tenía dos medios de comunicacion para informar noticias: la cuenta de DeGo para chismes y el periódico escolar para noticias académicas. Aunque el último no era tan popular como el primero, era el favorito de los estudiantes interesados en el periodismo porque daba la oportunidad de trabajar con las grandes editoriales de la ciudad. Muchos trabajos estudiantiles del periódico fueron publicados en revistas y diarios reconocidos. Así que formar parte de él tenía sus beneficios.

Sin embargo, no era nada fácil ser miembro de aquel club exclusivo.

-Creemos que tienes mucho potencial. Eres todo lo que buscamos para nuestro periódico .-siguió persuadiéndome.

-¿Todo lo que buscan?-repetí dudosamente.

-Por supuesto.-afirmó sin vacilar.- Para ser honesto.... Nunca había escuchado a alguien utilizar la Guerra de Troya como analogía para insultar.-contestó emocionado.

-Yo no ... .-quise explicar.

-Además he leído tus otros trabajos de Historia y son muy interesante los puntos que abordas.-interrumpió.-Eres muy buena escribiendo.-añadió.

-¿Has leído mis trabajos?-pregunté sorprendida.

-Se ha leído casi todos.-reveló el chico que permaneció callado hasta ese momento.-De hecho apenas terminaron su clase no paró de leer tus trabajos.-no olvidó agregar.

Alan le lanzó una mirada de advertencia.

-No lo escuches, solo algunos.-dijo incómodamente.

¿Acaso se sonrojó o estaba alucinando?

-Piénsalo bien y dime en la próxima clase.-se apresuró en terminar la charla.-Vámonos.-les dijo a sus amigos.

Y cuando creí que se alejaron, el tal Alan corrió hacia donde estaba.