De no ser por Lexi, en su momento Cherry20, me hubiera rendido ante la oscuridad. Ella fue quien me salvó de convertirme en una persona más desagradable que mi padre, llena de odio y desprecio hacia la vida ajena. Todo lo que mamá quiso evitar.
Ella fue aquella luz que apareció cuando más lo necesitaba. Fue el motivo por el cual decidí enfrentarme a Roger Feller de una vez por todas. No quería seguir viviendo como su cómplice ni su marioneta.
Desde aquel momento, comencé a idear mi plan hacia la libertad. No fue nada sencillo, aquel hombre era demasiado astuto y vivaz. Por esa razón, tenía que asegurarme de que él no tuviera otra opción que dejarme ir. Quería no solo que me liberará, sino también que nunca jamás pudiera llegar a hacerme daño a mí ni a las personas que llegaran a importarme (aunque en ese entonces dudaba que los hubiera). De lo contrario, siempre habría alguna forma de mantenerme atado a su lado.
Mientras esperaba la oportunidad indicada para contraatacar, aún tenía que seguir complaciendo a toda mujer de gran estatuto que le sirviera a mi padre para expandir sus negocios.
Desde aquella primera noche cuando me arrodillé a los pies de la mujer con mayor influencia en el mercado financiero mundial para satisfacer sus necesidades, mi principal tarea se convirtió en cubrir el apetito sexual de personas muy poderosas. Cada noche era alguien diferente, pero todas hacían lo mismo: pasar sus manos por todo mi cuerpo y hacer trabajar mi boca. De querer más tenían que pagar un precio exageradamente mayor. Como yo no valía eso, para mi suerte nunca llegué a más que lo mencionado. Jamás entendí porque mi progenitor me había sobrevalorado en aquel aspecto. De igual modo no cambiaba el hecho de que fuera su mercancía.
Al principio, fue difícil superar la sensación de rechazo que tenía cuando mi piel era manoseada por manos desconocidas o cuando mi boca era invadida por lenguas sedientas. Sin embargo, con el correr de los días me fui acostumbrando.
Además no todo era malo. Si quedaban satisfechas y contentas con mi labor, me contaban secretos de otros como una especie de propina. Estos eran ni más ni menos que de las personas más poderosas del mundo. Cualquiera de estos secretos podían quitarles la riqueza y el poder en un sólo instante.
Con el tiempo estos fueron siendo cada vez más. Tanto que tenía suficiente material para "negociar" con mi padre a quien no le agradó para nada la idea de que lo estuviese extorsionando y que no tuviera otra opción que hacerme caso. Lo más irónico era que parte del éxito de mi plan era debido a su mérito, no solo por haber creado oportunidades para conocer "profundamente" a otro tipo de gente, sino también por haberme "enseñado" sus trucos. Había aprendido del mejor.
No fue fácil el camino hacia mi libertad, pero Lexi fue mi mayor consuelo durantes los momentos más difíciles. Ella alguna vez escribió que le gustaría que hubiera luz en la oscuridad, sin saber que ella se había vuelto la luz en mi miserable vida.
Jamás imaginé que alguien como yo pudiera llegar a tener una vida normal. De hecho incluso después que mis tíos me vinieran a buscar al aeropuerto, aún no podía creer que mi padre realmente me había dejado ir en paz y con las cenizas de mamá.
A pesar de ello, de a poco fui aceptando la idea de que tenía realmente una familia que le importaba. Mis tíos me trataban muy bien. Se preocupaban mucho por mí sobre todo al saber cómo había pasado mis años en la mansión Roger, tanto que Dylan comenzó a bromear que él era el adoptado. Por supuesto que solo conté lo que podía contar. Era mejor que no supiesen todo por su propia seguridad.
Me sentía muy agusto rodeado de ellos. Aunque al inicio sí me costó acostumbrarme. Por esa razón, decidí vivir solo. Y eso no me duró mucho porque por esas casualidades de la vida no sólo descubrí que Cherry20 yacía en la misma escuela a la que asistía, sino que también vivía en el mismo vecindario que mis tíos.
ESTÁS LEYENDO
Dime por qué te gusto [COMPLETO]
Teen Fiction¡El chico más sexy de la escuela está enamorado de mí! No soy de las más populares, ni de las más inteligentes y mucho menos de las más atractivas. Entonces, ¿cómo, cuándo y por qué pasó? Tengo tres reglas básicas para sobrevivir la secundaria que...