𝗘𝗡𝗧𝗥𝗘 𝗣𝗜𝗡𝗖𝗘𝗟𝗘𝗦 𝗬 𝗧𝗜𝗡𝗧𝗔 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ

Capítulo 04

Jungkook y Seokjin se encontraban en
una cafetería conversando del fracaso
que había cometido el menor.

—¿Lo intentaras otra vez?— preguntó
el mayor haciendo que el menor se
encogiera levemente de los hombros.

—No me queda otra opción, pero
necesito un favor— habló el menor
tomando un sorbo de café.

—Dime, ¿en qué puedo ayudarte?

—Quiero que prepares de esas famosas y deliciosas galletas que haces tu, quiero agradarle para hacer más eficiente mi trabajo.

—¿Mis famosas galletas de chispas
de chocolate?— cuestionó el mayor
y el castaño asintió— ¿Crees que a
el famosísimo pintor V le guste mis
galletas?

—¿Recuerdas que me empache por
comer muchas de tus galletas?— y
SeokJin soltó una carcajada asintiendo— por eso exactamente te las pido.

—Muy bien, ¿para cuándo las quieres?

—Para mañana— y el mayor abrió los
ojos sorprendido.

—Entonces te veo mañana en el
trabajo, tengo galletas que hacer
querido amigo— contestó el mayor y
se retiró de la cafetería dejando a un
Jungkook pensativo.

¿Por qué era así V?

Cuando Jungkook decía que conocía
a el pintor lo decía por una razón,
era demasiado indiferente y frío con
las personas. Le tocó leer tapas de
otras revistas diciendo que el famoso
pintor era un total creído, que su fama no era merecida, pero se notaba la indignación de que el pintor se negaba a responder sus preguntas. Había leído que una vez V, por que nadie sabe su nombre, había llamado a la policía por que una revista lo quería entrevistar, lograr sacarle una palabra sobre lavida del famoso pintor iba a ser un trabajo difícil, pero Jungkook iba a trabajar duro.

Por ejemplo, una vez le tocó hacerle
una entrevista a una famosa pintora y
ella le enseñó mucha de sus pinturas
yle contó cómo comenzó con esto del
arte.

Pero V era diferente, muy seco con las
personas. Más allá que las pinturas del famoso pintor le parecían maravillas sacadas de otro mundo, nunca pensó que el pintor era así.

Jungkook sentía una curiosidad de
conocer a el famoso pintor, pero sabía que hasta que éste no lo echara otra vez de su casa, no podría hacer nada.