Capítulo 14

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—Encontré una caja de galletas de chispas de chocolate, estoy haciendo dieta pero pequé comiendo una y me encantó. —dijo Taehyung sentándose en el sofá de la sala de estar mientras masticaba una galleta.

Jungkook  quería decirle que él se las había traído pero sentía que arruinaría la emoción que notó en el tono de voz del mayor. 

 —¿Me convida una? —Preguntó el menor acercando la mano hacía la caja.

 —Déjame pensarlo. —Dijo el mayor poniendo una mano en la pera acariciándola— Sólo una.

 Jungkook sonrió y tomó una deleitándose con el sabor al chocolate cerrando los ojos. 

 —Qué buen trabajo hizo Seokjin hyung.

 —¿Quién es Seokjin?—preguntó el mayor y Jungkook quiso estallarse la cabeza con la primera pared que se encontrase.

 —¿Seokjin? Nadie, no es nadie.

 —Si tú dices.

 —¿Qué le pareció mi pintura? —cuestionó el menor cambiando el tema, casi lo cachan. 

 —Podría estar mejor, falta más sombra y algo de luz por algunas partes. —Contestó el mayor sacándose la miga que le quedaba en la comisura del labio.

 —¿Usted me ayudaría a mejorar? —preguntó el menor.

 El mayor pareció pensarlo pero asintió al final. 

 —Si eso significa que me dejarás de molestar dentro de poco y tocar mi puerta cada día, con mucho gusto.

 —Y yo con mucho gusto aprenderé a pintar con usted. —respondió el castaño al anterior comentario.

 —Tengo pensado enseñarte una técnica que aprendí cuándo empezaba con esto del arte. —comentó el rubio.

 —¿Y cómo empezó con esto del arte? —preguntó el castaño relamiéndose los labios los restos de miga de las galletas.

 —Empecé cuándo era muy pequeño, mi madre en el sótano de la casa cuando era pequeño guardaba pintura de sus manualidades con tela. Y yo lo descubrí, tomaba hojas de impresora para pintar, mi madre al descubrir que yo pintaba y que a mí me gustaba decidió enviarme a clases de arte y fui el alumno más destacado. 

 —¿Taehyung? —cuestionó el menor y el rubio alzó la vista.

 —Dime. 

 —Confíe en mi, soy un reportero muy diferente a los demás.

 Y la mirada de Taehyung cambió a una que el menor no pudo identificar por unos segundos, sólo unos segundos. 

 —No. —respondió el mayor cortante.

𝗘𝗡𝗧𝗥𝗘 𝗣𝗜𝗡𝗖𝗘𝗟𝗘𝗦 𝗬 𝗧𝗜𝗡𝗧𝗔 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora