𝗘𝗡𝗧𝗥𝗘 𝗣𝗜𝗡𝗖𝗘𝗟𝗘𝗦 𝗬 𝗧𝗜𝗡𝗧𝗔 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ

Capítulo 06

—Por favor, traje galletas— suplicó el menor a la empleada que lo miraba seriamente mientras cruzaba los brazos en su pecho.

—Escucha, te dejaré pasar, pero no hagas ruido ni toques nada. Si Ta... digo V no te deja hacer la entrevista desapareces, ¿hecho?

—Hecho— contestó el menor entregándole la caja con las galletas y adentrándose a la mansión.

—¿Dónde se encuentra el pintor?

—En la sala donde pinta, te guiaré hacia ella— Contestó la empleada tomando el brazo del muchacho y guiándolo hacia una gran puerta verde pino.

—¿Aquí es?

—Sí, tocare la puerta y me iré.

—Esta bien — y dicho y hecho la empleada tocó la puerta y se retiró a una velocidad increíble de ahí.

Jungkook mientras esperaba a que lo atendieran, dibujaba garabatos en su libreta con su pluma. Una vez que sintió cómo se acercaban a ésta retrocedió un paso y abrieron la puerta.

—¿Cómo es posible que ningún empleado me haga caso?— preguntó el pintor apretando los labios mientras desviaba la mirada.

—Qué raro que no llamó a la policía todavía— bromeó el menor riendo y el otro lo miraba sin ninguna expresión en su rostro.

—¿Quieres que lo haga?

—No no—contestó el menor asustado—sólo déjeme hacerle unas preguntas y ya.

—No quiero, vete.

—Por favor, serán solo unos segundos — suplicó el menor haciendo un lindo puchero.

—Que no.

—Que sí— y el menor logró entrar a la sala en un abrir y cerrar de ojos y se asombró al ver una pintura de una bella chica que se destacaba por entre todas las pinturas— wow, ¿quién es ella?

—No te incumbe, ahora vete— exclamó el pintor acercándose al castaño.

—Por favor — volvió a suplicar el menor girando sobre sus talones para encontrarse con la figura del famoso pintor.

—No me gusta que me hagan entrevistas, allí puedes ver la puerta, mocoso.

—No soy ciego. Pero escucheme una cosa, no me iré de aquí hasta tener mi reporte.

—Entonces tendré que llamar a seguridad.

—Usted es tan frustrante— y el menor bufo rodando los ojos mientras golpeaba la pluma repetidas veces contra la libreta.

—No le tengo por que contar a nadie sobre mi vida. ¿Lo puedes comprender?. Dile a tu jefe que deje de joderme las pelotas.

—Mínimo digame su nombre— y el pintor tomó de la muñeca del menor para llevarlo a la salida.
—No.

—¡Ay por favor! no sea malo.

—Taehyung, Kim Taehyung— contestó y le cerró la puerta en la cara al menor que sonreía victorioso.

—Taehyung— susurró el menor—bonito nombre.