𝗘𝗡𝗧𝗥𝗘 𝗣𝗜𝗡𝗖𝗘𝗟𝗘𝗦 𝗬 𝗧𝗜𝗡𝗧𝗔 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ

Capítulo 13

—... como te decía, mi idea de sacar un disco fue desde el principio de año. Quería que fuera diferente y qué transmitiera algo diferente a mis fans. 

 —Fue un gusto entrevistarla, ¿podría posar para las fotos? —Preguntó el menor tomando la cámara y sacándole una foto a una famosa cantante.

 La chica posaba y Jungkook se ponía en diferentes ángulos para sacarle las fotos para la revista.

 —Me siento afortunado de poder hacerle la entrevista, muchos éxitos en su carrera. —Dijo el menor para estrechar la mano con la cantante y salir de su casa satisfecho. 

 Miró a sus alrededores y se acercó a la cafetería que se encontró frente a él y pidió un café. Salió con el humeado café mientras sostenía el paraguas que tuvo que tomar y abrirlo otra vez ya que la lluvia había vuelto. 

 Caminó hasta la estación de autobuses y esperó a que llegara uno. Se paró una vez que llegó este y se subió al autobús.

 Mientras viajaba a la gran mansión de Taehyung enchufó los auriculares a su móvil para escuchar música.

Había terminado todas las entrevistas que tenía pendientes y sólo quedaba la de Taehyung y podría tomarse unas pequeñas vacaciones. 

 El viaje había pasado rápido y ya se encontraba caminando hacia la mansión que ya la lograba divisar. 

 Tocó la puerta y esperó mientras lograba escuchar como las gotas de la lluvia hacían ruido.

 Abrieron la puerta y sonrió levemente al encontrarse con la figura de Taehyung algo despeinado y tenía la camisa mal abrochada. 

—Lamento despertarlo. —Habló el menor haciendo una reverencia. 

 —No, ya me desperté hace rato. Sólo me dio pereza arreglarme. —el rostro de Taehyung no reflejaba ninguna emoción— Gracias por traerme el paraguas.

 —No es nada, aquí tiene. —dijo el menor que seguía fuera de la casa entregándole éste. 

 El menor sintió cómo las gotas caían por su pelo y sonrió levemente, se estaba mojando. 

—Adiós. —se despidió el menor con otra reverencia.

 El mayor cerró la puerta frente a él y Jungkook suspiró mirando al cielo que se ponía peor, pero él no se movía de ahí.

 Giró sobre sus talones preparado para la corrida de su vida hasta la estación pero sintió cómo la puerta fue abierta y miró hacía donde provenía el sonido. 

 —Espera. —Escuchó decir— quédate en mi casa hasta que la lluvia pare.

 Y en ese momento supo que estaba empezando a ganar la confianza de aquel pintor. Y no tenía pensado dejar pasar esa oportunidad.