La mirada de ambas estaban fijas en la otra, Lucy estaba sorprendida y asustada por la presencia de Kara en el hogar de sus padres, su sorpresa iba en aumento porque Kara tenía a su hija en brazos. Kara por su parte tenía ganas de matar a Lucy en ese mismo instante por lo que le había ocultado y por el hecho de que maltrataba a su hija de la peor manera, Liam las miró interponiendo su cuerpo entre ambas, tomó a Lucy de la mano la metió a la casa para después darle una mirada a Kara indicando que era mejor que saliera con Gianna.
— ¿Qué hace ella aquí con mi hija?— Liam le dió una mirada amenazadora a su hermana.
— Mi hija también— Kara la miró fijamente tensando su mandíbula para después mirar a otro lado, Nia solo colocó su mano en el hombro de la rubia como forma de apoyo.
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— No tienes derecho alguno sobre Gianna— Lucy se acercó a ella con la intención de quitarle a la niña, La solo la bajó de sus brazos.
— Lo tengo, también tengo derecho porque es mi hija Lucy tomó el brazo con fuerza de Gianna haciéndola chillar de dolor.
— Suelte a la niña que la lastima— Nia habló firmemente acercándose a Lucy.
— Nadie me va a decir que hacer y mucho menos la tipa que se acuesta contigo, Kara— la rubia miró como a Nia frunció el ceño molesta, así que con un movimiento rápido Nia tomó la mano de Lucy y la esposó.
— Lucy Lane queda detenida por agresión a menor de edad— hizo un movimiento rápido haciendo que Lucy soltara a Gianna la cual lloraba escondiéndose detrás de Kara.
— ¡No pueden arrestarme!— gritó enojada y sus padres la miraron decepcionados.
— Si pueden porque son oficiales de policía y nosotros vamos a testificar en tu contra— la madre de Lucy tras decir esas palabras le dio la espalda a su hija, Nia tomó a Lucy dirigiendo a la mujer hacia el sofá donde la sentó.
— Llamaré a mi hermana que trabaja en la estación de policía de Nacional City— Nia tenía su ceño fruncido mientras miraba a Kara— vendrán por ella y abrirán el caso en su contras junto con la investigación— Kara le asintió en agradecimiento y Nia salió a hablar por el teléfono al patio trasero mientras que Kara se arrodilló frente a su hija.
— Gianna, cariño— acarició el cabello de la niña— todo está bien, estarás bien y nadie nunca más te va a volver a lastimar— la niña hizo un puchero llorando.
— ¿Lo prometes?— miró a Kara fijamente mientras lloraba y Kara limpiaba sus lágrimas.
— Lo prometo por mi vida— la niña la abrazó fuerte y Kara la alzó— vamos por ese helado y después venimos por Nia— la niña asintió y Kara caminó fuera de la casa.
