Epilogo 4 ♥️🏐

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Durante el tercer año, los chicos habían conseguido ir a las nacionales, pero incluso si avanzamos bastante en respecto a los dos años anteriores, quedamos terceros en el torneo. Estaba triste, porque todos se habían esmerado mucho en conseguir el primer puesto, pero Itachiyama fue más fuerte. Para ese momento, nos hospedábamos en un hotel de tres estrellas, cerca del Gimnasio Nacional Yoyogi. Ahí, apenas unos minutos atrás, habíamos realizado nuestro último partido de la temporada.
Estaba en el balcón de la habitación de los chicos, mirando el paisaje de Tokio que ofrecía aquel lugar, hasta que sentí que alguien ponía una manta sobre mis hombros. Volteé y me encontré con la mirada algo triste de Kageyama.

—Vas a pescar un resfriado cuando lleguemos a Miyagi pasado mañana —me rependió, aún que su voz no tuviese ánimos de hacerlo—, ojalá hubiésemos llegado a la final.
—Todos hicieron lo mejor posible —intenté reconfortarlo lo mejor posible, le brindé una sonrisa sincera y él solo me la correspondió. Ambos volvimos nuestra vista al frente, pegados codo a codo sobre el barandal—. Supongo que aquí no termina tu camino en el volley, ¿me equivoco?
—Por supuesto que no —expreso con algo de molestia, yo solo aguanté las ganas de reir—, es una promesa que le hice a mi abuelo hace tiempo y pienso cumplirla.
—¿A tu abuelo? —pregunté curiosa, él solo asintió.
—Digamos que él fue el responsable para que me guste el voleibol —su mirada cambió a una ensoñación profunda, un recuerdo muy preciado para Kageyama pasaba por su mente—. Solía jugar con el y con mi onee-chan cada vez que lo visitábamos. Me enseñó todo lo que sé, impulsó mi vida para que cuando surgiese la oportunidad, la agarrara con todas mis fuerzas. Desearía que estuviese aquí para ver lo que conseguí.
—Lamento oír eso, Kageyama-kun —puse una mano, sobre la suya, brindándole mi apoyo. El solo negó con la cabeza—. Supongo que ahora comprendo mejor de donde sacaste tanta energía para jugar en los partidos.
—_____________ —hubo un pequeño silencio entre ambos, nos miramos a los ojos y sentía que nuestras respiraciones se mezclaban—, gracias por escucharme. Eres la persona más genial que conocí, a la que me importa demasiado... Y, perdóname por lo que haré ahora.
—¿A qué viene esa dis...? —no me dejó terminar, ya que me plantó un beso en los labios. El cual no duró mucho, ya que escuchábamos voces de fondo.
—Oye, Bakageyama Deberías haber tenido un poco de sensibilidad con ____________-chan —comentó Hinata.
—¡Boke! ¡Hinata, boke! —se escuchó el grito del colocador del Karasuno por toda la habitación del hotel, no faltaría mucho para que el entrenador Ukai entrara y mandara a aquellos dos a una especie de castigo.
—Vaya, no creí que se te declararía aquí y ahora __________-chan —mi amiga salió a hacerme compañía en el lugar donde Kageyama había estado minutos antes—. De todas formas, se verán seguido con el asunto del equipo de voleibol nacional.
—Supongo que tienes razón —solté aquel comentario con una sonrisa boba, mirando como Yamaguchi intentaba manejar la situación entre los dos alborotadores, más algunos de primero que también causaban escándalo—. Y pensar que, aún que estemos en tercero, ellos mantienen ese comportamiento de cuando estábamos en primero. Además, nuestros kohais hacen honor al reto entre iguales.
—Ah... Me siento mal por Momo-chan —miramos a la manager de primero, quien hacía su mejor esfuerzo para callar a los de primero—, ahora entiendo lo que debió sentir Shimizu-senpai cuando me entrenó a mí.
—Había momentos en donde Kiyoko-san temía por ti, Hitoka —me reí al recordar esos momentos—. Pero a diferencia de ti, Momo-chan sabe autocontrolarse con esos niños enfrente.
—No te burles, ____________.

Al volver a Karasuno, la escuela nos recibió con ovaciones, chillidos y silbidos de felicitaciones. Nosotros, los de tercero, entramos a nuestras aulas sorprendidos por la pequeña fiesta que armaron nuestros compañeros en honor a nuestro puesto como el tercer mejor equipo del país. No tuve la posibilidad de hablar con Kageyama sobre lo que pasó aquella noche en el hotel, solo cuando fue la ceremonia de nuestra graduación.
Con los chicos, decidimos modificar un poco la tradición del club. Fuimos a cambiarnos, nos pusimos los uniformes oficiales y antes de hacer cualquier actividad, le pedimos a un chico de segundo que nos sacara una foto a nosotros seis. Hicimos un pequeño partido, en donde los de tercero tendrían todos los saques y los de segundo y primero jugarían con seis jugadores (considerando que Hitoka no jugaría).

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora