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Las chicas fuimos las primeras en bañarnos, al mismo tiempo que los chicos de primero. Con Kiyoko-san y Hitoka-chan no parábamos de contar anécdotas graciosas, reírnos de estas y lanzar algún que otro comentario sobre el partido de hoy. Por primera vez en el día, lograba relajarme como la gente. El pie dejo de molestarme y, los chicos me dijeron que me prepararían algo mañana por los almuerzos de hoy (los cuales terminaron siendo como una merienda después del enfrentamiento contra la preparatoria Inarizaki). Las chicas habíamos salido del baño, ya cambiadas y listas para una pequeña reunión táctica para el enfrentamiento del año: Karasuno vs. Nekoma.
  Todo iba bien, hasta que Alisa me avisó que ella y Akane-chan estaban esperándome delante de la posada. Mi cara de shock y sorpresa debió preocupar a Hitoka-chan y Takeda-sensei, ya que fueron los primeros en preguntar si estaba todo en orden.

—Sí, sí, sí, sí. No se preocupen —aún que por dentro estaba que gritaba como loca y partiéndome en dos, al no saber que hacer—. Lo siento, olvidé que tenía un compromiso...
—Tranquila —dijo el entrenador Ukai—, nosotros nos encargaremos. Pero intenta volver antes de las 22:30, mañana tendremos que levantarnos muy temprano.
   —Claro, cuente con ello —antes de poder marcharme velozmente hacia la habitación que compartía con las chicas para cambiarme, Ukai-kun tenía una cosa más para decirme.
   —Una cosa más ________-chan —hizo un silencio de suspenso y luego prosiguió—, en el partido de mañana te quiero en la banca conmigo y el profesor.
   —¡¿Qué?! —gritamos las tres chicas juntas.
   —Con todo respeto Ukai-kun, yo no soy manager. Además, solo crearemos más conflicto del necesario —intenté razonar con él, pero parecía que no me escuchaba.
   —Ya verá ese Bakeneko que no puede meterse con nuestro espíritu —y ahí teníamos al aura maligna del entrenador Ukai nuevamente—. Le dije a Saeko que no estarías con el grupo de taiko mañana, así que está todo arreglado.
   —Ni siquiera voy a protestar —dije cansada, después de todo, siempre terminaba así.

  Fui a cambiarme por algo casual, pero con un toque elegante al mismo tiempo. Sabia que Alisa me pediría salir un día de estos, mientras estuviese en Tokio con el equipo. Me puse una remera de manga larga negra con cuello de tortuga, una chaqueta con abrigo en el interior blanca, unas calzas rojas y zapatillas naranjas. Para los que quieran burlarse, se los acepto, iba en una combinación Karasuno/Nekoma. A estas alturas, poco me interesaba la opinión de los demás. Tratándose de Akane-chan, no podía ir como siempre, porque sino, parecería que quiero darle batalla.
  Me dirigía a la entrada de la posada, cuando me encuentro con Ennoshita-kun subiendo por no sé cuál razón. Se detiene en el último escalón y llama mi atención.

   —¡Wow _______-chan! Te ves bonita, ¿por qué la vestimenta?
   —Gracias, Ennoshita-senpai —dije algo avergonzada por el alago—. Nada especial, solo quedé con unas amigas de Tokio para salir.
   —Oh, ya veo. Trata de no volver tan tarde, ¿de acuerdo? —me dio una sonrisa a la cual correspondí.
   —Seguro, ya el entrenador me lo ha dejado en claro. Nos vemos, que descansen.
   —¡Ve con cuidado!

  Vi a las chicas sentadas en unos sillones en la entrada de la posada, charlando de lo más casual. Cuando me vieron, ambas se levantaron inmediatamente y fuimos a un bar (que permitía menores) no muy lejos de la posada. En el camino, las chicas no paraban de preguntarme qué hacía en la banca del Nekoma en su partido contra la preparatoria Sarukawa. A la mayoría de esas preguntas, no sabia que responder, ni siquiera Nekomata-sensei había querido explicarme la situación. Lo único que pude decirles era, que aquel viejo me había "secuestrado" de nuestro partido contra Inarizaki, para atender a Kenma por su sobre exigencia física.
  Terminando nuestra reunión, Alisa me llevaría de vuelta a la posada, una vez que dejásemos a Akane-chan en la estación de metro. El problema surgió antes de que siquiera emprendiésemos nuestro camino. Saeko-neesan, Shimada-san y Takinoue-san estaban parados frente a nosotros, en la entrada del bar, con una cara sorprendida ante mis acompañantes.

   —¿Qué haces aquí tan tarde, ___________-chan? —preguntó Saeko-neesan—. ¿No deberías estar descansando para el partido de mañana.
   —De hecho, había quedado con mis amigas —señalé a mi compañía, Alisa solo saludó con la mano sonriente mientras que Akane-chan miraba desafiante a la rubia— para salir durante mi estadía en Tokio.
   —¿Acaso Ukai...? —atinó a preguntar Takinoue-san con una cara algo tonta, en mi cabeza la razón rondaba porque quedó flechado de Alisa.
   —El entrenador Ukai está enterado de todo —dije tranquila—, mejor será que ustedes no se queden toda la noche bebiendo como si fuese el fin del mundo.
   —¡Ni que fuésemos alcohólicos! —recriminó Shimada-san. Yo solo levanté una ceja, advirtiéndoles que no estaban siendo sinceros en ese momento—. ¡Aquella vez fue por una ocasión especial!
   —En fin, nosotras tenemos que irnos ya —intenté salir de la conversación lo más pronto posible, antes de que Akane-chan soltara su lengua filosa contra los mayores—. Los veo mañana y por favor, Saeko-neesan, no llegues tarde está vez.

  Tuvimos que arrastrar a la menor del grupo, porque todavía mantenía su penetrante mirada en la hermana de Tanaka. Cuando la dejamos en la estación (seguía molesta porque no me atreví a responderle, si los tres formaban parte de los animadores del Karasuno), nosotras volvíamos para la posada en donde me hospedaba. Vi el reloj de mi celular y eran las diez y diez de la noche, con suerte estaría allí para el toque de queda del entrenador.
  Noté en nuestro camino de regreso, que Alisa estaba algo inquieta. Si me preguntan, no tengo la mínima idea de la razón por la que se encuentra así. Intenté de todas las maneras posibles averiguar el porqué de su estado de ansiedad, aún que ella solo contestaba que una vez en la posada, tenía una sorpresa para mi. De repente, nos detuvimos frente a un edificio alto, con algunas ventanas iluminadas y un gran cartel en letras grandes: "Muji". Juraría que mi mirada era de miedo total.

   —Tranquila, te dejaré en la posada en menos de cinco minutos —dijo ella con una sonrisa, mientras me incitaba a entrar por la enorme puerta.
   —Pe.. Pe... Pe... —no podía hablar del miedo que tenía en ese momento, al generar una idea en mi mente de lo que pasaría en los próximos cinco minutos.

[...]

POV. Sugawara

  Estaba comenzando a amanecer el tercer día del torneo, hoy sería la batalla legendaria del basurero: Karasuno vs. Nekoma. Apenas si había podido dormir pensando en distintas estrategias o incluso pensando en posibles tácticas individuales contra ellos. Otra cosa también rondaba por mi mente, según me contó Ennoshita anoche, ___________ había salido con unas amigas de Tokio en un paseo nocturno. Las chicas nos dijeron que les mandó un mensaje, diciendo que se quedaría en el departamento de su hermano, para discutir de ciertas cosas. El entrenador lo confirmó, ya que Tenma-san había venido personalmente a pedir permiso.
  Supuestamente, nos encontraríamos con ella en el gimnasio dentro de unos minutos. Con mi bolso listo, me reuní con Asahi y con Daichi para desayunar junto al resto del equipo. Ninguno dijo pío con respecto a __________-chan, lo cual agradecía internamente. Ayer, el capitán se había puesto muy pesado con respecto a Kuroo-san y __________-chan. Hasta Asahi se había empecinado a seguirle la onda de "machacar" a los nekos, en caso de algún alarde sobre la chica. Vaya que apenas puedo lidiar con los de primero, que ellos también tienen sus momentos en donde a mí no sé me ocurre que hacer.

  El desayuno fue algo rápido, nos subimos al bus y nos encontramos cara a cara con los del Nekoma, antes de siquiera entrar al gimnasio. Una vez dentro, en las canchas listos para calentar, el entrenador Ukai comenzaba a impacientarse al no tener noticias de __________-chan, debido a que ella entraría en el lugar de Shimizu.

   —Le dije que intentara ser lo más puntual posible —miró su reloj de muñeca—, no es posible que...
   —¡Perdón! Tuve problemas con el transporte pero ya llegué —escuchamos la voz de la chica, acercándose a toda velocidad.
   —¡Ya era hora! Nos tenías preocupados a todos... —las palabras de Ukai-kun quedaron en el aire, todos volteamos a ver cual era el problema.

   ___________ traía puesta la chaquea del equipo puesta, con una remera deportiva roja debajo, unos jogging deportivos negros y unas zapatillas blancas. La sorpresa no venía por su vestimenta, antes ella llevaba el pelo suelto hasta por arriba de la cintura, que en una coleta alta le quedaba a mitad de la espalda. Ahora tenía el cabello hasta por debajo de los senos, bien ondulado y flequillo largo. Los del Nekoma miraron a nuestro lado de la cancha y, a más de uno, se le veía que se le caía la baba.

   —Sabía que esto sería una pésima idea —murmuró ____________-chan molesta.

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora