06 🏐

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Terminado el partido contra el Seijoh, volvimos a la escuela. Lo malo fue que Oikawa nos esperaba en la entrada, listo para otro asalto de palabras. Gran parte de su discurso fue hacia los del equipo, pero antes de desaparecer de nuestra vista, se me acercó lo suficiente para susurrarme: "Algún día de estos caerás a mis pies y me rogarás para que seas mía". Se alejó a paso lento, con la mirada de Tanaka, Kageyama y Hinata puestas en él. Siempre buscando llamar la atención de cualquier persona.
Salteando unos días más, ahora de vuelta en Karasuno. En teoría, Noya volvería en estos días al club. Sin duda traerá más energía y problemas con su regreso. Durante su suspensión en el club, estuvo pidiendo favores para entrenar en distintos lugares. Hasta me pidió que fuera hasta su casa, para entrenar en la acerca frente a esta. Una pulga con energía al 1000%.

—¡Hey ______-chan! —Hinata me interceptó en el pasillo—. ¿Crees qué puedes hacerme unos saques?
—Claro, vamos a buscar la llave del gimnasio.

Íbamos en camino, rumbo al cuarto donde tenía la llave en completo silencio. Hasta que me preguntó sobre mi relación con Oikawa y lo que pasó hace seis meses. En cierto punto, no sabía si responderle o no... Le conté una parcela de la respuesta, lo conocí en aquel momento, no pensé que fuera un narcisista descarado. Hasta que su club de fans llegó y mostró al verdadero Gran Rey (como lo llama Hinata). Lo único que no dije, fue que dentro de ese encuentro había una tercera persona. Cuando nos acercamos al pasillo que guiaba al gimnasio, escuchamos una pelota que era golpeada. Miré la hora en mi celular y era hora de ir al club. Ambos nos dimos una mirada rápida y fuimos a investigar. Dentro, Kageyama estaba haciendo saques a una botella vacía.
Hinata entró casi corriendo a recibirla (no sin antes sacarse las zapatillas) mientras que yo, por otro lado iba a ponerme una ropa más apropiada para el entrenamiento. Tuve la suerte de que las chicas habían decidido adelantar su entrenamiento, por lo que el vestidor estaba despejado para que lo usara. Me cambié lo más rápido que pude, aún que cuando me puse la remera, Kiyoko-chan me miraba desde la puerta.

   —Perdón, pensé que estaría sola —dijo cuando entró—. Suerte que los chicos están dentro del cuarto del club.
   —Está bien, Shimizu-senpai —le respondí con una sonrisa—. Ahora voy camino hacia el gimnasio.

Cuando salí, se escuchaban algunos gritos desde el interior. Yo pensando que, de nuevo, Kageyama estaba implementando una especie de regimiento militar en el entrenamiento. Asomé la cabeza, a punto de poner a aquellos dos en su lugar, hasta que noté una voz en particular.

—¡No es motivo para que llores de alegría! Además, no me estás mirando desde tan arriba —ese chico nunca cambia.
—¡Oi, Noya-san/senpai! —sin darme cuenta, Tanaka, Sugawara y Sawamura habían llegado al gimnasio al mismo tiempo que yo.
—Hey Ryu. ¿No tenías clases, ________-chan? —me preguntó Yū con una ceja alzada, mientras pasaba la chaqueta sobre su hombro.
—El profe no ha venido y nos dieron el periodo libre —me encogí de hombros—, pero no evadas lo inevitable. ¡Me habías prometido que me avisarías cuando regresaras al club, idiota!
—Perdón, me he quedado dormido en la clase y se me paso —se rascó la nuca algo nervioso—. Aparte, te vi algo ocupada hablando con una de las chicas de tu clase y no quise molestarte.
—Por esta vez, te la dejaré pasar...

En ningún momento dejamos de tener las miradas extrañas de los demás presentes en la habitación. Yo les devolvía la mirada curiosa, porque era algo normal para mí que Nishinoya y yo tuviéramos ese estilo de conversación. Solo cuando me percaté del tono y el uso de las palabras en nuestra charla, por lo que caí en la cuenta que para ellos no era normal que me dirigiera así a un senpai. Noya-kun les explicó más a fondo nuestra relación desde el Chidoriyama, la escuela secundaria a la que asistimos antes del Karasuno.
Luego, Kageyama y él entablaron una conversación porque entre ellos se entendían. Ahí me enteré de que Kageyama había ido al Kitagawa Daiichi, la cual era una escuela fuerte. Yo solo me reía de que ahora, Noya-kun tenía un kohai que entendiera de lo que hablaba, significaba que contaba con un aliado que él reconocía muy fuerte. La cosa iba bien, hasta que saltó la pregunta que para los otros era una bomba detonante.

—¿Dónde está Asahi-san? ¿También volvió? —salvo los de primero, los demás parecían que no querían contestar aquella pregunta.
—No —dijo cortante Daichi.
—¡Ese maldito cobarde...! —soltó iracundo Noya.
—¡Hey Noya, no deberías dirigirte así a tu senpai! —le respondió Tanaka.
—¡Callate! ¡Un cobarde siempre será un maldito cobarde! Si él no regresa al club, tampoco lo haré yo —Noya-kun pegó la vuelta y salió del gimnasio.

Soy una tonta, no me había percatado en todo este tiempo que Asahi no estaba en los entrenamientos. Nos faltaba una parte importante en el equipo y no me di cuenta hasta ahora. Daichi me pidió que hiciera recapacitar a Noya, pero sabía que incluso con nuestra relación tan estrecha, tampoco le llegarían mis palabras. Por eso le pedí a Hinata que me diera una mano en esto. Le dije exactamente que decir, considerando que conozco cada uno de los "placeres" de Nishinoya.
Fuimos a buscarlo al patio de la escuela, en donde pusimos en marcha mi plan. Al principio, se resistió bastante como cabeza dura que es. No basto que Hinata digiera la palabra senpai, que Noya cambió de parecer. Una parte del plan estaba completa, lo que nos faltaba era que encontrara una manera de impulsar el regreso de nuestra estrella. Luego de unas clases, me armé de valor para ir hasta las aulas de tercero e ir a "implorarle" a Asahi para que volviera al club. Cuando llegué a su clase, no había un profesor. Pedí permiso para ver a Asahi, aún que no era la única quien tuvo ese plan, Suga ya estaba adentro hablando con él.

—¿_________-chan? ¿Qué estás haciendo aquí? —me preguntó Azumane una vez que estaba delante de su banco, a la izquierda de Suga.
—Supongo que por la misma razón que Suga está aquí, necesitamos que vuelvas al equipo de volley. ¡Por favor, Asahi-senpai! —hice una reverencia haciendo que se pusiera más nervioso, como de costumbre.
—No hace falta que hagas eso, _______-chan —cualquiera diría que le daría un ataque al corazón, solo oía a Suga soltar risitas.

Azumane Asahi, un grandote de tercero, que muchos considerarían como un matón a simple vista. Lastima que, para quienes lo conocemos bien, es completamente indeciso y un bobo como lo caracterizan sus coitanos. Es alto, pelo largo marrón atado en un rodete, ojos marrones y bien corpulento. La cantidad de historias que inventan de Asahi (las demás escuelas) cuando se tenían que enfrentar a él en partidos reales, son tan cómicas que hasta hemos hecho bromas con Daichi y Nishinoya. La estrella es increíble al momento de jugar, incluso tuve la posibilidad de practicar mis recepciones con él, gracias a sus fuertes remates de Asahi-kun. Diría que de los chicos de tercero, es el único quien demuestra ser muy sensible y algo miedoso, pero aparentemente cuando estoy cerca, esos momentos son menores.

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora