11 🏐 (Special Nekoma pt. 1) 😺

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El partido contra el Dateko fue tan emocionante que varias veces no pude contenerme de la emoción. En especial, cuando Asahi lograba pasar los bloqueos del muro de acero. Finalizó el partido y yo salí corriendo en dirección a la puerta de salida de la cancha, esperando a que los chicos salieran para tomar el autobús que nos llevaría de vuelta a la escuela. Cuando salieron, yo salté sobre Asahi quien me recibió con un abrazo tardío.

   —Sabía que ese ataque nos serviría contra el Dateko —me baje de la estrella del equipo y eché una mirada rápida a todos los demás integrantes—. Estoy orgullosa de lo que han logrado hoy, hasta diría que sus rivales de mañana la tendrán complicada.
   —Sí, lastima que no estés aquí para vernos ganar la próxima ronda —dijo Daichi, revolviéndome todo el pelo—. Nos hará falta nuestro arcángel.
   —No sigas hablando, Daichi. Vas a hacerme llorar ahora —dijo Noya-kun, quien parecía querer pretender unas lágrimas enormes.
   —Oye _______-chan —interrumpió Hinata—, Kenma me dijo que te pasaras a practicar unos días en el Nekoma —maldito emo teñido, habíamos acordado que Nekomata-sensei y Lev mantendrían la boca cerrada con respecto a ese tema.
   —Sí, bueno... Le pedí permiso a Nekomata-sensei, de hacer unas prácticas en su cancha durante mi estadía en Tokio. No puedo evitarlo.
   —De acuerdo, pero dile a Kuroo de mi parte —comenzó a decir Daichi— que no se le ocurra hacer alguna estupidez.
—De acuerdo... Se lo diré.
   —_______-chan, ¿me ayudas a bajar la pancarta por favor? —me llamo Kiyoko-chan.
   —Claro.

Fuimos con Kiyoko-chan a buscar la pancarta y sacar todo lo que hubiéramos dejado en las gradas, por mi apuro en ir a festejar la victoria con los chicos. En nuestra vuelta hacia la salida, dos chicos nos acorralaron en el medio de las escaleras. No nos dejaban escapar de ahí y no le habíamos dicho a los chicos del equipo para venir con nosotras. Como nos vendría bien que Tanaka-senpai o Noya-kun estubieran aquí ahora mismo. De la nada, Hinata saltó entremedio de Kiyoko-chan y uno de los chicos que quería agarrarla del brazo. Digamos que en esa ocación, él había sido nuestro héroe.
Cuando nos reunimos con el resto, Noya-kun se acercó a mi preguntando si me encontraba bien. No sé si considerar que habrán puesto una especie de monitor en mi cuerpo, pero le respondí que todo estaba en orden.

A la mañana siguiente, tenía una valija grande en mano y mi bolso colgando en mi hombro. Pensaba irme caminando hasta la estación del tren bala, pero parece ser que alguien cambió mis planes. En el medio del recorrido hacia la estación, escuché una bocina de auto, mejor dicho de un transporte grande. Me asusté a tal punto que pensé que me desmayaría ahí mismo, pero los chicos asomaron la cabeza por una de las ventanillas.
Lo habían planeado el día anterior, en compensación a mi falta durante el partido de hoy. En serio, no sabría que sería de mi vida sin ellos cerca. Cuando por fin llegamos a la entrada de la estación, todos formaron un abrazo grupal. Hasta el entrenador Ukai se puso algo sensible conmigo. Me abrazo tan fuerte, rogándome que no lo abandonara con esos adolescentes disparatados y que volviera lo antes posible a Miyagi.
Ya de camino a Tokio estaba ansiosa por ver a mi hermano Tenma, quien no veía desde las últimas fiestas. Creo que era capaz de ponerme más inquieta que Noya y dar saltitos en mi asiento por la impaciencia. Llegué a la estación, me bajé lo más rápido posible y fui corriendo a la salida en busca de mi hermano. No lo veía por ninguna parte y comenzaba a preocuparme, ya que no conocía muy bien la ciudad y no quería perderme.

   —¡_______-chan! —vi a alguien conocido a lo lejos.
   —¡Lev! —fui a su encuentro y lo abracé. Odiaba que fuera tan alto, porque solo llegaba a su cintura.

Lev Haiba es un chico mestizo, mitad japonés y mitad ruso. Un chico muy alto (su maldito 1,94 me pone de nervios), pelo gris, ojos verdes y con parecido a los de un gato. A decir verdad, todos los del Nekoma tienen algo que los conecta con un gato, supongo que no por nada los llaman "neko". Lo que la mayoría piensa al verlo por primera vez, es que intimida tanto. De hecho, quienes lo conocemos a fondo, sabemos que es tierno, inocente y amable.
Conocí a Lev hace dos años atrás. Mi hermano acaba de mudarse a Tokio y yo había ido a visitarlo para escapar de la pareja de mi madre. Una vez, dando vueltas por la ciudad, sin saber dónde ubicar el departamento de mi hermano, terminé en un parque muy concurrido. Sin saber que más hacer, me senté bajo un árbol en donde canté una melodía que me ayudaba a calmarme. Sin darme cuenta, había conseguido un espectador. Lev era alto incluso en aquel entonces, pero al no conocerlo... Me asusté tanto, que por poco no amenazo a llorar. Al notarlo, hizo todo lo posible para animarme y mostrarme que era inofensivo. Digamos que desde ahí, nos volvimos amigos.

   —¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunté una vez que nos separamos—. ¿No te escapaste, verdad?
   —Juro que no, es más. Tu hermano me avisó que no llegaría a tiempo —Lev levantó las manos nervioso, mientras nos íbamos caminando—. Me pidió que te llevara al departamento a dejar las cosas y de ahí, el entrenador nos espera para la práctica de hoy.
   —Espero que no me uses de excusa para no llegar a la preparación física Lev, porque creeme que lo que traigo de Miyagi aquí —señale mi maleta— no lo llegarás a ver hasta quien sabe cuando.
   —No me tortures de esa manera ______-chan —dijo suplicándome, mientras íbamos de camino al departamento de mi hermano—. Los chicos apenas me dejaron algunas de esas cosas divinas... Por supuesto, los castigué bastante por eso.

Lev, el mismo chico tierno y "celoso" de los dulce que tanto conozco. Cuando dejé las cosas en el apartamento de mi hermano (del cual tenía una copia de la llave), fuimos casi a las corridas a la escuela, que para mala suerte nuestra, no quedaba cerca. En nuestro camino, había un gato que Lev quería atrapar sin embargo, lo miré mal ya que íbamos tarde para el entrenamiento. Volver a ver a los chicos del Nekoma y, aparte de eso, verlos entrenar será interesante. Entramos en el gimnasio, donde la mayoría ya estaban preparando la cancha para la práctica.  

   —¡Buenas! —saludamos Lev y yo al resto.
   —Vaya, me parece que creciste unos centímetros desde la última vez que nos vimos —me acerqué a Nekomata-sensei y el entrenador quienes hicieron una reverencia—. Espero que puedas darle un impulso a los chicos para mejorar nuestra estructura.
   —Gracias por recibirme, Nekomata-sensei —le sonreí, mientras veía a los chicos regañar a Lev—. Haré lo posible para serles de ayuda durante su entrenamiento.
    —De hecho, ______-chan... Los chicos te querían pedir un pequeño favor —me dijo el entrenador, interrumpiendo el intercambio de palabras que tenía con Nekomata-sensei—. En realidad, yo también quería pedirte uno.  
   —Claro, ¿qué necesitan?

[...]

   —Así que, cuentanos un poco más de ti ______-chan —dijo Inuoka-kun. Estábamos en un minimercado comprando comida después del entrenamiento—. La última vez, los chicos del Karasuno no nos dejaban acercarnos a ti o a la manager.
   —¿Cómo está Kiyoko-san? ¿Sigue tan hermosa cómo siempre?  —preguntó Yamamoto, quien esperaba a que su ramen instantáneo se calentara en el microondas.
   —¿Qué tipo de pregunta es esa Yamamoto? —preguntó Yaku-senpai—. Pregúntaselo después, idiota. Perdón, ______-chan.
   —Está bien, me hace sentir menos nostálgica de casa —les sonreí—. Aún que no me lo imaginaría a Suga regañando a Noya o Tanaka por estas cosas.
   —Realmente quieres a los chicos del equipo de volley —dijo Lev, quien ya quería comenzar a devorarse su comida, pero Inuoka lo detuvo—, ahora entiendo cuando los nombras con cariño.
   —Digamos que son como mis hermanos mayores o... Que sé yo, algo así. Me dicen que soy su arcángel, pero en realidad, ellos son quienes cuidan de mí casi todo el tiempo.
   —Volviendo a la pregunta original... —Inouka miró al resto con desdén—. Dinos ______-chan, ¿cuál fue el origen de tu gusto por el volley? 

Nos pasamos casi toda la tarde hablando de mi vida (por supuesto, no dije muchas cosas de mi familia), los gustos de Lev con los dulces y como fue nuestro primer encuentro. Muchas veces, algunos de los chicos se reían de las anécdotas, intentando imaginarse nuestra primera interacción con Lev. Mientras algunos se centraban en otra conversación, Kuroo y Kenma me preguntaban sobre el equipo. Fue como normarlos a la distancia que recibí un mensaje de Kiyoko-chan, probablemente del resultado del partido del Interhigh de Miyagi. El mensaje no era para nada alentador.

"Perdimos 2-1 contra el Aoba Jōsai. Un partido muy reñido y largo. El último set tuvo como resultado 33-31. Los chicos están destrozados en más de una forma, considerando que hasta Oikawa se aprovechó de tu ausencia para proclamarse tu futuro marido. Te dejo imaginarte la escena. Espero que estés bien, Kiyoko".

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora