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Comenzó el primer partido para saber quien pasaría a la segunda ronda, pero parecía que Hinata la estaba pasando de maravilla. Todos las jugadores en cancha eran como seis Hinatas, solo que tenían algo de conocimiento. No quiero imaginarme como se debe sentir Kageyama ante esta situación, teniendo en cuenta que siempre sabe como lograr que pasara la pelota por encima de la red, aunque suele venir acompañada de insultos o alguna aclaración gritona. También eché un vistazo a Tsukishima, quien obviamente mostraba una cara de desagrado. Yo solo me enfoqué en el partido desde arriba junto con Ya-chan y Takinoue-san.
Entonces pude ver que del otro lado de la cancha, lograba ver algunos chicos del Date. Probablemente, querían ver nuestro progreso en estos meses. Inmediatamente, Ya-chan me señaló la cancha, mostrándome que habían pedido tiempo fuera. Aparentemente Kageyama había recibido la pelota en la cara y le sangraba demasiado la nariz, por lo que Sugawara entraría a la cancha a jugar y tendríamos al chico de primero en una actitud berrinchuda.

   —¡Agh! No esperara que pasara tan pronto, deja que me encargue de este —le dije a Ya-chan—. El próximo es tuyo.

Bajé a las escaleras y fui a donde vi a Yamaguchi empujando a Kageyama fuera de la zona de las canchas, mientras que el colocador solo se excusaba diciendo que podía jugar. Cuando ambos me vieron con los brazos cruzados, alzando una ceja con una mirada algo acusadora, juraría que escuché a Yamaguchi tragar grueso y a Kageyama buscaba desviar su mirada. Le hice señas a Yamaguchi para que regresara con los demás, mientras yo me encargaba de llevar a mi compañero para que lo revisara una enfermera.
Como supuse que se pondría en posición de protesta, con una mano agarré su hombro mientras que con mi otra mano hacía que inclinara la cabeza hacia atrás para intentar que la hemorragia disminuyera. Yo era como el lazarillo de Kageyama, mientras nos encaminábamos a la enfermería ninguno decía o hacía sonido alguno. En la puerta de la enfermería, entré con Kageyama, quien se había calmado un poco, ante la insistencia de mi mirada y las circunstancias de que no le permitiría volver a la cancha si la enfermera no daba su consentimiento. Después de unos minutos, volvimos a la zona de las canchas en donde Kageyama salió corriendo a la banca, en espera de cambiar con Suga y yo fui directo al palco.

El marcador era algo que nos favorecía en el primer set y, lo gracioso del final, fue que el Johzenji intentó hacer nuestro ataque sincronizado. El segundo set si fue una batalla entre ambos equipos para mantenerse en el torneo, pero al fin y al cabo, la victoria fue para el Karasuno. Ya-chan estaba muy feliz por la victoria que quería ir a las escaleras para encontrarnos con los chicos lo antes posible. La acompañé a paso tranquilo y los del equipo ya nos estaban esperando en el pasillo. Tanaka y Noya fueron los primeros en querer abalanzarse a Ya-chan para chocar los cinco. El grito que soltó mi amiga era más el chillido de un cerdo en agonía, suerte para ella que Ennoshita detuvo a aquellos dos antes de que la aplastaran.

 El grito que soltó mi amiga era más el chillido de un cerdo en agonía, suerte para ella que Ennoshita detuvo a aquellos dos antes de que la aplastaran

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Volvimos a la escuela al terminar, ya que solo teníamos ese partido por hoy. De vuelta en el gimnasio, el entrenador Ukai hizo otra charla contra nuestros respectivos rivales de mañana, pero los chicos estaban tan confiados que solo pensaban en la victoria por venir. Al día siguiente, volvimos al gimnasio Sendai para nuestro partido contra el Wakutani Minami. Escuché de algunos espectadores, que su estrella era una persona excelente y, además, era el capitán del equipo. Fui con Ya-chan a colocar la pancarta en la platea y justo cuando veíamos a los chicos calentar, Shimada-san se nos acercó a saludar a lo que nosotras le correspondimos el saludo.

   —¿Hoy viene solo? —preguntó Ya-chan, buscando a Takinoue-san con la vista.
   —Takinoue tiene trabajo, dijo que quizás llegaría para la tarde —respondió con la vista al frente.
   —¡Genial! Esto sí que hace hervir la sangre —escuché la voz de una mujer, muy conocida para mí.
   —¡Saeko-neesan! —grité emocionada con una sonrisa. Tanto Ya-chan como Shimada-san me miraban con una expresión extraña.
   —Creí que tenías un hermano...
   —Sí, solo tengo a Nii-chan, pero Saeko-neesan prefiere que la llamemos así —respondí a su pregunta, mientras la mujer me abrazaba y me presionaban contra sus enormes pechos.
   —Hola, gracias por cuidar de Ryunosuke. Me llamo Saeko y soy su hermana —saludo a los otros dos presentes, todavía manteniéndome prisionera de su cuerpo—. _________-chan deja de crecer. Ya tengo suficiente con que Ryu me pase en altura, no me abandones tú también.
   —Apenas si estoy por alcanzar el 1,70. Solo crecí dos centímetros —dije cuando logré apartarme un poco, entonces ella se sujeto de la barra y comenzó a llamar la atención de Tanaka, aún que solo consiguió que Yū le contestara.

El partido contra el Wakunan comenzó y obtuvimos el primer punto del set con el ataque rápido de Hinata. Creíamos que eso desconcertaría un poco al oponente, pero aparentemente su capitán sabía como lidiar con la situación. Se veía la tensión y la disputa entre ambos capitanes, está era una batalla más estrecha entre Daichi y Takeru Nakashima del Wakunan. Con cada una de las jugadas del capitán del equipo contrario, sentía que algo me era familiar. Me costó notarlo hasta que en una jugada de remate por parte de ellos y un bloqueo de tres del nuestro, en donde Nakashima apuntó a los dedos para cambiar el ángulo de la pelota. Eran movimientos o decisiones que podría haber hecho mi hermano durante un partido.
Por un lado, sentía que Nii-chan había sido un ícono para los jugadores que no tenían una estatura promedio, esperable en jugadores de volleyball y eso me alegraba, en cambio por otro lado, me daba algo de fastidio que alguien intentara copiar el estilo de mi hermano con tanta arrogancia como si declarara que fuera su propio estilo. Me había distraído de maneras estratosféricas, que no me daba cuenta que el entrenador Ukai estaba intentando comunicarme que bajara a la cancha unos minutos.

No entendía exactamente el porqué, considerando que solo Kiyoko-san podía estar ahí. Fui a las escaleras, con el botiquín de primeros auxilios (pensaba que me llamaba porque se habían olvidado llevarlo a la cancha, ya que Ya-chan lo tenía en su hombro y se había olvidado de dárselo antes de empezar). Cuando llegué a la puerta, vi una escena que no me hubiese gustado presenciar de tan cerca. Daichi y Tanaka habían chocado para salvar la pelota, la cual había logrado pasar por encima de la red y darnos el punto. Lo peor fue que Daichi estaba en el piso y no se levantaba.
Mi cuerpo actuaba por si solo, me pusé las zapatillas adecuadas inmediatamente y corrí hasta donde estaba Daichi, todavía en el piso. Revisé que no hubiera daños graves, por suerte respiraba y estaba consciente. Intentó pararse con intensión de seguir con el partido, pero tanto Takeda-sensei como yo se lo impedimos. Entonces, noté que le empezó a sangrar el labio. Busqué rápidamente en el botiquín algunas gasas para dárselas, mientras Shimizu-senpai le daba algún que otro pañuelo descartable.

   —Cambio de planes —dijo Ukai—. _________-chan, necesito que te quedes con el profesor para ayudar a los chicos en el partido.
   —¡¿Qué? ¿Yo en reemplazo de usted?! —miré atónita al entrenador, pero los chicos no parecían estar en desacuerdo ante esa decisión—. Pero si...
   —__________-chan —Daichi apoyó una mano en mi hombro—, estoy de acuerdo con el entrenador Ukai. Además, miralos —eché una mirada rápida a todos los chicos del equipo. Daichi se acercó a mi oído para susurrarme—. Están demasiado tensos, confío en que podrás ayudarlos para que no arruinen el partido y quitarles la presión en mi ausencia.
   —De acuerdo, haré todo lo posible para serles de ayuda —miré decidida al entrenador y a Daichi—. Ahora, preocupate en que te revisen eso para que puedas volver al partido lo antes posible.

Daichi y el entrenador salieron de la cancha, le pedí a Ennoshita que entrara en su lugar sabiendo que tendría que acostumbrarse al tener en cuenta que gran parte del equipo quería que él fuera el próximo capitán. Por ahora todo en orden, pero luego recordé lo que me había pedido el entrenador antes de retirarse. Cuando le tocaba a Tsukishima sacar, hicimos el cambio con Yamaguchi y así hacer los saques flotantes. Con el miedo de volver a fracasar, hizo un solo saque flotante y otro normal. En ambos, obtuvimos el punto, pero noté que Ukai había vuelto en el momento del segundo saque de Yamaguchi. Al cambiar de lado, lo veíamos como se acercaba con una cara nada amistosa listo para liquidar al de primero.

   —¡¡¡YAMAGUCHI!!! —gritaba el entrenador mientras se acercaba, yo fui la primera en reaccionar y me interpuse entre ambos.
   —Entrenador, creo que él lo sabe mejor que nadie —vi que Yamaguchi quería decir algo, pero algo se autoimponía el silencio. Le dediqué una sonrisa, buscando tranquilizarlo—. Tenemos que seguir con el partido.

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora