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POV. _____________.

Debido a mi fiebre, me habré quedado en casa por al menos unos dos días, incluyendo el día en el que Yachi y Yamaguchi habían venido a cuidarme. No recuerdo exactamente que pasó en aquel momento, pero sé que también habían venido Kiyoko-san y Tsukishima.
Ahora estaba volviendo a la escuela, después de varios días en casa, en donde los tres chicos de tercero habían venido a mi departamento, para asegurarse de que no me enfermara antes de ir al torneo de primavera dentro de unos días.

Había organizado con mi hermano que, cuando fuera a Tokio con los chicos, me hospedaría con el resto en la posada y que él vendría a verme de vez en cuando (si es que la editorial le daba un respiro). Mi cabeza estaba enfocada solamente en el torneo nacional y los posibles rivales a los cuales se enfrentarían los chicos una vez allá. Sabía que varios de los que conocimos durante la concentración juvenil, estarían con sus equipos en el torneo de primavera.
  En Miyagi, estuvo nevando mucho últimamente. Así que, tenía que tener bastante cuidado con respecto a como iba a la preparatoria, ya que la zona pavimentada suele congelarse bastante. Por suerte era sábado, así que no había mucha gente circulando la zona, porque normalmente era un día en donde se juntaban los clubes a practicar. Hasta donde sabía, nosotros éramos los únicos que teníamos competencia nacional próximamente, por lo que seríamos los únicos en la escuela.

Subía la colina tranquilamente, admirando un poco el paisaje, al mismo tiempo que caminaba hacia la entrada. Realmente quería correr al gimnasio, porque estaba llegando tarde al entrenamiento. Intentaba recordar algo que Ya-chan me había advertido sobre hoy, pero no lograba memorizar que era exactamente. En la entrada, me resbalé sin darme cuenta y por poco no caigo al suelo porque sentía que alguien me sujetaba por debajo de las axilas.

—¿Estás bien? ¿No te lastimaste? —era el actual capitán del Dateko. Ahora lo recuerdo, tendríamos un amistoso contra el Date Industrial. Me incorporé y enfrente al Muro de Acero.
—No, estoy bien. Lamento haberme caído —hice una reverencia algo avergonzada. Escuché un golpe algo fuerte, al levantar la vista, veía que Aone le había pegado duro al capitán en la nuca, esté se estaba sobando la zona del golpe.
—Lamentamos sorprenderte de alguna forma —se acercó su entrenador—, ¿podrías mostrarnos dónde queda el gimnasio donde entrenan?
—Por supuesto, de hecho, yo estaba llegando tarde —le señalé el camino—. Es por aquí.

De camino al gimnasio, oía algún que otro comentario de los jugadores (la mayoría eran sobre mí) a los cuales, la respuesta de Aone era un golpe suave para él pero fuerte para los demás. En la entrada, anuncie que el Date ya estaba esperando para comenzar el partido y me fui a cambiar los zapatos antes de entrar.
El saludo por parte del Dateko impresionaba de tal forma que daba miedo, veía que Asahi y Yachi no podían moverse del miedo. El colocador del Dateko parecía bastante animado de ver a Hinata y Tsukishima (en el caso del último, noté la molestia de Yamaguchi por haberle robado el apodo). Aone se me acercó y me preguntó si me sentía mejor del resfriado que tuve hace días, le respondí que ya estaba mejor y que no había de que preocuparse.

—¡Hola! ¿Tu eres ________-chan, verdad? —me preguntó el colocador del Dateko—. Soy Koganegawa Kanji, primer año y armador del equipo. Es un placer conocerte.
—Lo mismo digo —hice una reverencia—. Supongo que fue Aone-senpai quien te habló de mi.
—En realidad, durante el campamento del Shiratorizawa, Hinata, Tsukki y los chicos del Seijoh o del Shiratorizawa te nombraban bastante —dijo totalmente tranquilo, claro que luego recibió algún que otro golpe ligero de los chicos de primero que él mencionó.

  Si hablábamos de apariencia, era bastante alto, no tanto como Lev pero si deberá medir al menos 1,90. Rubio, aún que tiene el fleco negro y en punta, ojos de pupila muy pequeña y era otro quien aparentemente lleva una sonrisa estampada en el rostro.
  Cuando empezó el partido, notamos que el Dateko había cambiado desde la última vez que los vimos jugar. Debieron haber practicado bastante para poder enfrentar a cualquier equipo de nuevo. Comencé a preocuparme por Kageyama, debido a que notaba que durante el campamento juvenil algo había hecho para que su actitud en juego cambiara. A cierto punto del partido, llegaron los antiguos jugadores de tercero junto con la pancarta del "Muro de Acero" de su preparatoria.

Presentía que algo no andaba bien. No fue hasta que Noya hizo su típico "Rolling Thunder" que lo noté. Kageyama le había dicho a su senpai de que estaba bloqueando la línea trasera. Eso impactó a todo el equipo (vi la cara sorprendida de Kiyoko ante esa respuesta, supongo que será la última vez que la vea así). Algo en mi interior comenzaba a preocuparse por la actitud iracunda de Kageyama. Ni siquiera ciertas jugadas de bloqueo que el Dateko hacía, daban razón para esa reacción.
En el tiempo muerto, Kageyama explotó exigiendo que hicieran bien los remates. Antes de disculparse como es debido, Hinata lo interrumpió y cambio el ambiente. Admito que es algo que admiro de Hinata, sabe como hacer que los demás no sientan la presión que tenían antes. De todas formas, parece que el Date se esforzaba y daba lo mejor en todas las técnicas de bloqueo adquiridas. Pero nosotros tampoco nos habíamos quedado atrás en el tiempo, con respecto a lo que podíamos encontrar en el torneo. Luego de ocho sets de juego a veinticinco puntos cada uno, todos terminaron agotados.

   —__________-chan —Aone-kun se me acercó una vez que terminaron de, más o menos, organizar todo el gimnasio—. Ten, devuélvemelo cuando hayan regresado como campeones del torneo.
   —¡No podría! —me estaba entregando una especie de almuerzo envuelto en un pañuelo simple—. Ni siquiera sabemos cuando estaremos de regreso, además me olvidaría que es tuyo...
   —Es para que evites resfriarte antes de ir a Tokio —se acercó Futakuchi, mientras recogía algunos balones, al mismo tiempo que recibía una mirada asesina de Aone—. Lo preparó especialmente después de enterarse de que te resfriaste.
   —Emm... Muchas gracias —hice una reverencia a lo que él correspondió de la misma forma que yo.
   —Bien, es hora de irnos —dijo el entrenador del Dateko y echó una mirada rápida a Nametsu Mai, la manager del Dateko.

  Por lo que me había contado Aone, me dijo que era una chica de segundo año quien había sido presionada entre Kamasaki-san y Futakuchi-kun (la única vez en donde ambos se pusieron de acuerdo en algo, buscar a alguien para que sea manager del equipo). Una chica algo más baja que yo, aún que ahora al menos alcance los 1,72, pelo castaño, ojos marrones y tiene un buen sentido del humor.
Despedimos a los chicos del Dateko y nos quedamos a practicar algunas cosas hasta tarde. En la mitad de la practica, había comenzado a estornudar muy seguido. Tuve que dejar de enseñarle a Noya como mejorar su recepción de arriba por eso. 

   —Deberías ir a casa a descansar, _________-chan —me reprendió mi senpai—. Ya me manejaré mejor, entrenando un poco más mi recepción de arriba.
   —Pero... ¡Achú! —quería protestar, pero los malditos estornudos no me lo permitían—. ¿Cómo lo harás si... Si... Si... —tenía otro estornudo atravesado, pero no quería salir—. Si apenas puedes posicionarte en el lugar correcto? ¡Achú!
   —Nosotros nos ocuparemos de que no se sobrepase con el entrenamiento —dijo Tanaka—, será mejor que vayas a casa a descansar. Porque no nos iremos a Tokio sin ti.
   —Pero...
   —Sin peros, _________ —Daichi activó su mirada y tono peligrosos—. Te llevaré a casa ahora, ¿entendido?
   —Sí señor —respondí totalmente rendida.

  Fui a recoger mis cosas y mi abrigo para tomar el camino a casa, Yamaguchi y Tsukishima decidieron acompañarme hasta estar en la calle de mi apartamento. Caminamos con el sonidos de nuestra conversación entre Yamaguchi y yo, por otro lado, Tsukishima se distrajo escuchando música con sus auriculares. Revisé mi teléfono móvil rápidamente y noté que mañana tendría que despertarme temprano para ir a trabajar. Me despedí de ambos chicos y fui a mi departamento, pero alguien estaba esperándome en la puerta de este.
Era un hombre de estatura mediana, calvo, ojos negros y cejas pobladas que esta formarían una uniceja, corpulento y de manos enormes. Estaba recostado en la pared pegada a mi puerta, con la mirada al frente y fumando un cigarrillo. Su nombre es Aisaka Haruto, el novio de mi madre y el asesino de mi padre. Había leído que él y mi madre se habían borrado del mapa después de que mi hermano levantara una denuncia en su contra por negligencia infantil y homicidio.

—¿Qué haces aquí? —pregunté cortante. El sujeto tiró su cigarrillo al piso y pisoteó sobre este—. La policía está cerca, además hay cámaras...
—Lo sé, de hecho están abajo esperando a que termine aquí —tenía una sonrisa cínica en el rostro—. Después de eso, me entregaré. Solo vine a entregarte esto —extendió su brazo, con un trozo de papel—. Ahí encontrarás a tu madre. Tranquila, no le he hecho nada.
—¿Qué te hace creer que iré a verla? —pregunté con rabia—. Gracias a ella, sufrí por todos los años en donde duró su relación...
—Más allá que no te quisiese como mi hija, mocosa desagradecida —se acercó amenazante—, yo la amo. Además, está enferma.

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora