38 🏐 (Inarizaki pt.1) 🦊

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  Luego del tormento por parte de los chicos, mientras el entrenador Ukai me vendaba la zona del pie y tobillo, se pusieron el uniforme alternativo, ya que no podríamos usar el uniforme usual. Debido a que Inarizaki tenía negro al igual que nosotros, ellos habían pasado la primera ronda automáticamente por eso tenían la ventaja de usar su negro oficial. Me reía de la disputa por la "mandarina parlante" como le había llamado Kageyama a Hinata por el uniforme naranja. Normalmente, es Noya quien lo usa, pero por este partido tuvimos que cambiar los colores. Al salir hacia las cachas, escuchamos a la banda de la preparatoria Inarizaki resonar por todo el gimnasio. Sabíamos que sería un problema al momento del partido, por lo que ya habíamos ingeniado un plan para que no interfiera tanto en las jugadas.

  Miraba el reloj constantemente, mientras que le hacía compañía a Ya-chan desde afuera de las canchas. Tengo que admitir que no me gustaba estar aquí, sentía la ansiedad de pisar y hacer el calentamiento oficial que hacíamos siempre. Pero el entrenador Ukai como Takeda-sensei, me habían prohibido hacer esfuerzos por mi lesión. El personal del gimnasio me acercó una silla en una zona segura por los saques, me senté y todavía se podía ver el juego perfectamente.
  La banda del Inarizaki, como me lo había advertido Aki-kun cumplía dos funciones en los partidos: la primera, era para alentar a los jugadores en cancha a dar lo mejor de sí y la segunda, era para destruir la moral del contrario de apoco con cierto ritmo. No quise creerlo hasta que lo presencié por mi cuenta. El primer saque fue de ellos, con Atsumu quien era capaz de hacer los dos tipos de saque. Comenzó con darle al Inarizaki un punto con su saque de remate.

—Su remate es impecable, aunque no entiendo porque tiene una cara de repugnancia —comenté en voz alta, no esperaba que mi amiga me hiciera caso, pero miró el rostro del armador del Inarizaki para comprobarlo.
—Lo más probable es que, cuando pidió silencio al momento de sacar el público hizo ruido —dijo mi amiga en respuesta a mi teoría.

  Después, nos desconcertamos al momento en el que Hinata estaba por hacer su ataque y no remató la pelota gritando: "Olvidé de darle a la pelota". Claro que Kageyama le lanzó las mil críticas con eso. Yo solo esperaba a la señal para dirigirme al palco, mi celular sonó. Hora de enfrentar a Inarizaki de forma justa. Le pedí a Ya-chan que me ayudara a salir de las canchas. Me miró dudosa por unos segundos y después no dijo nada, solo asintió. Pasé un brazo por encima de sus hombros y dando saltitos con mi pie sano, llegamos a la puerta donde un hombre de unos treinta años, alto, pelo negro y con uniforme tradicional me estaba esperando.
  Este hombre, al ver mi pie, parecía dudar de si iba a poder hacer lo que tenía que hacer, pero lo hice olviarse de ese detalle para llegar lo antes posible al palco y darles una mano a los chicos. En el camino, me fui poniendo el uniforme de taiko de Karasuno (una bata sin mangas negra con bordes rojos, pantalones negros, una tira negra en la frente, una cinta blanca en la cintura y protectores de antebrazos negros) y me encontré con Saeko-neesan junto con el resto del grupo. Shimada-san y Takinoue-san miraban con algo de molestia a la mujer y no los culpo, hubiese hecho lo mismo si no fuese porque teníamos que concentrarnos en el ritmo. Tomé la flauta y junto con otra chica a mi derecha comenzamos a tocar.

—Llegas tarde —le recriminó Shimada-san a la rubia.
—Lo siento, es que nos perdimos —se disculpó ella, yo solo miré al resto del grupo y ellos negaron con la cabeza.
—No es momento de discutir eso, déjenlo para después —interferí en la charla de los adultos—. Saeko-neesan, necesitamos un ritmo no tan fuerte para opacar a los animadores de Inarizaki, pero lo suficiente como para que nuestro saque no quedé a merced de ellos.
—Muy bien, haremos la opción tres para los saques —me extendió un pulgar en alto.
—De acuerdo.
—Por cierto, ________-chan. ¿Desde cuándo practicas taiko? —preguntó Takinoue-san.
—Hará casi un año, Saeko-neesan me llevó a rastras a practicar y terminó por gustarme —respondí mientras rascaba mi nuca.

  Las jugadas eran buenas por ambos equipos, pero la verdad Inarizaki daba miedo. Los bloqueadores sabían enfrentar el señuelo de Hinata, los saques eran imposibles de predecir en donde caerían y además, lo hermanos Miya eran de temer. Incluso cuando intentaron copiar el ataque rápido de Hinata y Kageyama, el cual les salió a la perfección. Esa combinación no les duró por mucho, ya que Tsukishima los bloqueó con su sonrisa desagradable. Típico del larguirucho rubio.
  A un punto de diferencia para estar a la par de Inarizaki, el entrenador decide poner a Kinoshita-kun para hacer el saque flotante. No era como Yamaguchi-kun, quien ya había salido varias veces a hacer eso, por lo que los nervios que mostraba ahora los veía cualquiera desde donde sea. Luego de algunos puntos, bajé con ayuda de uno de los chicos de taiko hasta las canchas, no me cambié el uniforme porque sabía que regresaría al palco en algunos minutos. Yachi me llenó de preguntas al igual que Takinoue-san, pero las dejamos para después del partido.

   —Inarizaki es un buen rival para enfrentar —volví a comentar en voz alta, mi amiga solo logró asentir—, la verdad no creí que hubiese un rival tan perseverante como ellos.
   —Quizás porque Inarizaki también necesitaba de un rival que estuviese a la altura del desafío —opinó Ya-chan.

  Terminando el primer set, sacaron a Yamaguchi-kun a hacer saques flotantes. Probablemente, Kinoshita-kun tome nota de esta experiencia. Estuvimos en situación de deuce por los bloqueos hacia Tanaka, muchas veces era frustrante, aún que sabía que de todos los chicos no iba a rendirse fácilmente frente al rival. Ganamos el primer set, los vítores por parte del Karasuno eran ensordecedores. Apenas si pude festejarlo, porque Inouka-kun se apareció frente a nosotras.

   —¡¿Inuoka-kun?! —preguntamos ambas sorprendidas por la aparición del chico del Nekoma—. ¿Qué...?
   —Lo siento por adelantado, _________-chan —dijo el castaño, cargándome sobre su hombro sin darme la posibilidad de opinar al respecto—. Pero Nekomata-sensei fue muy claro, tengo que llevarte a nuestra cancha.
   —¡Espera! ¡Inuoka-kun! —gritaba en protesta, pero no había caso. El chico me cargó sobre su hombro y me llevo a la cancha D.
   —Bien hecho, Inuoka —escuché la voz de Nekomata-sensei—. ¿Qué tal el partido contra los gemelos Miya, _______-chan?
   —Aún en progreso —miré el marcador, habían ganado el primer set, pero ahora los estaban paliciando—. ¿Qué pasó con su estrategia, sensei? Además, sabe que el entrenador Ukai se las verá conmigo en cuanto se entere de todo esto...
   —Yo me encargo de Keishin luego, necesitamos tu consejo en primeros auxilios...
   —¡¿Quién está herido?! Si a caso fue Lev, me importa un comino mi pie torcido... —miré al mestizo del equipo, quien estaba en la banca saludándome con una sonrisa—.
   —Deja que se siente, Inuoka —sentenció el rival de Ukai-kun—. Tranquila, nadie lastimo a nadie. Solo que Kenma pareciera que se va a desmayar.

  A decir verdad, lo veía bastante pálido y sudoroso. Conociendo al pudín, no era su mejor momento para molestarlo y mucho menos como para soportar un tercer set de ser necesario. Busqué en el botiquín del Nekoma algo que les sirva a los chicos en caso de terminar rápido, sobre todo para Kenma quien ya se tropezó al intentar llegar a una pelota mal recibida. Por suerte pidieron tiempo muerto. Le pedí a Naoi-sensei que me sostuviera, mientras los chicos ocupaban la banca.

   —¡Idiotas! —fue lo primero que salió de mi boca—. La estrategia es buena, pero un partido de esta índole no es lugar para experimentar.
   —Je, je, je. Tienes razón, _________-chan —comentó Kuroo-san, al cual le dirigí una mirada fría—, todo fue idea de Kenma.
   —Lo siento... —comenzó a hablar el armador, pero lo calle metiéndole una botella de agua y un poco de gelatina en la boca.
   —No hables y traga —parecía cruel, pero ellos no me daban de otra—. Ganen este partido para que él pueda descansar como se debe.

  No necesité de otras palabras para que entendieran mi punto. Lo peor de todo, es que tuvieron que mantener el ritmo hasta los treinta puntos a regañadientes. Ya que ninguno de los dos equipos quería ceder, porque la defensa de ambos eran igualadas entre sí. Por fin ganaron 30-32, la verdad el Nekoma no es lo que era. Cuando terminaron, Lev me llevó sobre su espalda hasta la cancha en donde estaba jugando Karasuno.
  En cuanto Ya-chan nos vio llegar, comencé a regañar a los chicos de primero del Nekoma por llevarme sin decirme nada al respecto. Observé el marcador y el segundo set ya era algo preocupante, íbamos perdiendo por seis puntos.

   —Si ganamos este partido, la batalla del basurero en la cancha naranja se hará realidad.

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora