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El entrenador Ukai vino con buenas noticias, Daichi no tenía heridas graves en la cabeza. Solo que permanecería descansando por más tiempo, por lo que tendríamos que arreglárnoslas hasta terminar nuestro partido. Tuvimos que ir a tercer set dado que nos ganaron en el segundo. Los chicos le pidieron al entrenador si podía permanecer en la cancha, hasta que terminara el partido. No hubo problema, solo que no sabía que más hacer ahí. Pero según me dijo Ukai, los chicos parecían tener otra energía que cuando empezaron a jugar. La opinión de Takeda-sensei iba por el lado de que yo había sido un impulso para los de tercero, el cual se fue traspasando a los de segundo y los de primero.

—Ellos te ven como su razón de dar lo mejor de si —dijo en cierto momento—. Supongo que por eso te llaman su arcángel, ya que es un espíritu protector.
—No sé si la palabra espíritu iría con este concepto, sensei —respondí.

Al final, logramos ganar el partido contra el Wakunan y nos fuimos a ver el partido que se realizaba en otra cancha, definiendo a nuestro próximo rival. El enfrentamiento sin duda alguna, era algo que deseaba ver con muchas ganas, sobre todo la cara de Oikawa al enfrentarse al Muro de Acero. Como lo escuchan, el próximo a vencer podría ser el Seijoh o el Dateko. Sinceramente, no sabría decir contra quien sería mejor enfrentarnos en la semifinal, ya que ambos equipos tienen una fortaleza ya sea en ataque como en defensa. Todos los de primero fuimos camino a las escaleras, para tener buenos lugares de donde presenciar el partido (salvo Yamaguchi, quien fue a los baños) mientras que los de segundo y tercero seguían atormentando a Daichi para saber como se encontraba y como le había parecido el partido, porqué vio gran parte de él sin que ninguno de nosotros se diera cuenta.

Ya en el palco, Kageyama y Hinata se abalanzaron al barandal, para ver mejor en tanto llegaba el resto del equipo. Vi que los de tercero con los que se enfrentaron los chicos en la primera instancia no estaban, es más, tenían un nuevo armador en el equipo que era bastante alto. Otra cosa a considerar si nos tocaba enfrentar al Date. Aún que, su técnica no es muy buena que digamos. Sería igual o peor que Hinata cuando entró al equipo.

[...]

Oficial, el encuentro de la primera instancia volvería a pasar. Jugaríamos contra el Seijoh por el puesto para jugar en la final contra el Shiratorizawa. Una parte mía sentía pena por no poder jugar con el Dateko y su nuevo muro de acero. Los de tercero del Date llegaron para el comienzo del segundo set, en donde veíamos que su antiguo capitán estaba más nervioso de como presentaba a su equipo renovado en vez de ver como se enfrentaban a los rivales.
Previo a entrar a la cancha para el encuentro, Yamaguchi estaba demasiado nervioso. Más de lo habitual. Supongo que tiene algo que ver con lo que pasó la última vez. En cuanto Ya-chan lo animó a contar su problema de nervios, confirmó mi teoría. En su lugar, también habría reaccionado así la primera vez que me pusieran de sacador suplente para dar buena racha al equipo en el segundo set (dado que en el primero habíamos perdido). Tan así era la transmisión de sensación que mi amiga parecía sufrir un ataque de nervios peor a cuando nos encontrábamos en épocas de exámenes. Al volver a estar todo en orden, entramos a la cancha donde tendríamos el partido.
En todo momento, evitaba tener algún tipo de "contacto" con Oikawa en esos pocos minutos en donde cada equipo calentaba por su lado. Me mantuve al lado de Ya-chan, en caso de que cualquier pelota mal disparada acabase con ella si no prestaba atención. Entonces, vimos una pelota que venía hacia nosotras, pero el objeto no era lo único.

—Disculpen, ¿podrían alcanzármela? —era uno de los chicos del Seijoh. Ya-chan estaba a punto de inclinarse para alcanzarle el balón hasta que...
—¡Cuidado! —escuchamos que alguien gritó del otro lado de la red. Vi que una pelota iba directamente a la cara de mi amiga, así que la intercepté a tiempo con una recibida de abajo.
   —¡________-hime-chan! —saludó Oikawa desde el otro lado de la red—. Todavía sigo esperando a que...
   —Esta vez no te dejaremos salirte con la tuya Oikawa —escuché a Suga refunfuñar, mientras hacia unos pases. Lo único que hice fue enarcar una ceja ante ese comentario, ya que normalmente no era de estar molesto—, hoy, cuando esté en la cancha, te haré sentirte miserable.
   —Em... Takeda-sensei —me acerqué al profesor en busca de respuestas, porque ampliando la vista, casi todos los chicos estaban igual o peor que Sugawara—, ¿qué fue lo que pasó en el último partido contra el Seijoh? 
   —Verás... —Takeda-sensei me explicó que cuando Oikawa no paraba de proclamarme su futura esposa, Suga por poco no lo derriba diciendo que no permitiría que dijiera tales cosas sobre mí, Noya no paraba de tener su actitud demoníaca y hasta Yamaguchi se mostró agresivo—. En resumen, todo eso.

Tanaka le entregó al del Seijoh una pelota que encontró por ahí y Kiyoko-san se nos acercó para asegurarse de que estuviésemos bien. Luego fuimos al palco con los adultos, solo que esta vez, Takinoue-san se nos unió al espectáculo. En esta ocasión, Karasuno no tenía ninguna intención de perder, es más, querían demostrar que el partido anterior solo los fortaleció más.

[Lamentó si no me detengo a explicar en profundidad lo que fue el partido contra el Seijoh, pero es mucho y, además, de todos los equipos es el que más detesto]

En todo el partido nos daban altos y bajos de animo, no teníamos un momento de descanso. Fue entonces, cuando ya estábamos en el tercer set del partido. El remate de Hinata para definir el partido era tan emocionante que casi me caigo del palco por inclinarme de más del barandal. Al terminar, fuimos a esperar a los chicos fuera de la cancha, yo estaba esperando poder saltarles encima y festejar con ellos la victoria contra el Seijoh. Mi alegría fue interrumpida por una llamada de Ushijima. Dijo que me esperaba en la entrada sur para discutir algo con Oikawa y conmigo. Al menos esta vez se había dignado en decirme todos los detalles.
Me disculpé con Ya-chan y le pedí que festejara con los chicos de mi parte en cuanto los encontrara. Le expliqué rápidamente que me estaban esperando del otro lado del gimnasio y que los alcanzaría antes de que llegara el autobús a recogernos. Corrí lo más rápido posible hasta llegar al lugar acordado, donde los otros chicos de tercero ya estaban esperándome.

—Una advertencia, Oikawa —dijo Wakatoshi, quien le daba la espalda, cuando Oikawa estaba viniendo en mi dirección—. No elijas el camino equivocado otra vez, porque ya lo hiciste al ingresar a la preparatoria. Había un lugar en dónde podrías haber alcanzado tu potencial, pero tu orgullo inútil fue el que te cegó.
—Admito que el juego de hoy fue entretenido, __________-chan —dijo el capitán del Seijoh, poniendo una mano sobre mi cabeza y luego volteó a ver al capitán del Shiratorizawa—. Dices que tendría que haber ido contigo en vez de entrar al Seijoh, ¿no? De todas formas, ningún equipo tiene la victoria garantizada —volvió a centrar sus ojos en mí, solo que en esta ocasión, su cara revelaba su verdadera sensación en este momento: disgusto.
—Si se puede decir de esta forma, que mi equipo es el más fuerte de la prefectura en estos momentos —respondió el inexpresivo—. No estoy ansioso de ver lo que será nuestro enfrentamiento contra el Karasuno, __________. Pero sí me alegra poder ver que fue lo que aportaste al equipo masculino, en preparación a nuestro encuentro de mañana.
—Creeme, hice todo lo posible para prepararlos en caso de que tuviésemos la oportunidad de enfrentarnos a ustedes.
—¡Oigan, no me ignoren! —saltó Oikawa dramático, como siempre—. Presta atención Ushijima, mi recorrido en el volley no ha terminado, así que espero que me veas de nuevo y vuelvas a hablar sobre mi orgullo inútil de otra manera la próxima vez. Además, si te centras tanto en nosotros, terminarán apuñalándote en donde menos lo esperes.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntó Ushijima.
—Habla de nuestro armador —respondí, adelantándome a Oikawa.
—Mi antiguo kohai, no es tan listo y hábil como yo. Sin embargo, ahora no está solo. Es muy fuerte —aclaró Oikawa, mientras se retiraba.
—Tan fuerte que terminó por destruirte en el partido de hace unos minutos —me burlé de él.
—¡No seas tan cruel conmigo, Hime ___________! —lloriqueó el armador del Seijoh mientras me miraba con cara llorosa.
—Dejame darte una advertencia yo a ti, Ushijima —le dije mientras me iba en dirección a la salida más cercana, teniendo en cuenta que los chicos podrían estar esperándome—. Una bandada de cuervos puede destrozar un gran águila.

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora