23 🏐 (Partido Shiratorizawa 🦅)

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La mañana de nuestro encuentro contra el Shiratorizawa fue algo estresante para mí, apenas si pude dormir en la noche. No era una cuestión como la que tenía que enfrentar en casa, el ruido de las discusiones de mi madre y su pareja, más si algún vecino se quejaba en voz alta o lo que fuera. Supongo que tener que ver a Ushijima jugar contra el Karasuno me estaba afectando peor que si yo tuviera que jugar contra él. Ya-chan tuvo que despertarme varias veces de mi insomnio diurno, preguntándome si no sería mejor que me reuniera con el equipo después de empezar el partido. Me negué rotundamente, le dije que solo necesitaba tomarme un energizante y estaría como nueva.

   —Quizás deberías dormir en el camino al gimnasio, ¿tan malo te resultó el colchón qué te presté? Lo siento, no quise hacerte sentir incómoda y menos... —ahí íbamos de nuevo con la preocupación innecesaria de mi amiga.
   —No es eso, Ya-chan —dije buscando la mejor manera de calmarla—. Apenas si pude conciliar el sueño, después de recordar el intercambio de palabras con Ushijima.
—¿Acaso dijo algo malo? —preguntó mi amiga algo preocupada.
—No, nada importante. Solo que... Hay veces que no entiendo a ciertas personas.

De camino al gimnasio fue más silencioso que un funeral, supongo que nadie quería decir algo de lo que nos arrepentiríamos más tarde. Cuando llegamos al gimnasio en donde sería el encuentro, las chicas del equipo femenino (en realidad, solo eran las de tercero) se acercaron al equipo. Al principio me preocupé, porque pensaba que venían por mí, después noté que en realidad Michimiya quería intentar coquetear con Daichi. Así que, Suga nos sacó a todos de ahí, poniendo una excusa de preparar el calentamiento. Sin embargo, Suga pasó uno de sus brazos por mis hombros y me atrajo hacia él dejando en claro el mensaje "No volverán a hacerle daño, no en mi presencia al menos". Fuimos a la entrada, la cual ya estaba llena de chicos de distintas escuelas, algunos estudiantes tanto del Shiratorizawa como del Karasuno y gente de la televisión.
Unos pasos más adelante estaba el mismo viejo, que desde el primer partido de los de tercero, iba sin falta a todos los partidos del Karasuno. Todavía vive aquel recuerdo en donde el equipo había perdido desastrosamente ese partido oficial y me encontraba con Asahi, Daichi y Suga cuando hizo aquel comentario despectivo. Cuando me di la vuelta, los tres ya lo habían divisado y tenían una cara terrorífica. Intenté por cualquier medio de que no se enfocaran en ese cascarrabias y se concentraran en el partido.

En la cancha, todo fue empeorando de apoco. Habíamos entrado con grandes ánimos y deseando vencer al mejor equipo de la prefectura, pero no tuvimos en cuenta la magnitud y los nervios que tendrían los chicos para el momento de estar realmente en la cancha. Tsukishima era el único que parecía mostrar a distancia su goce ante la situación, por lo cual tuve que callarlo para que no empeorara las cosas. Vi la presencia de alguien familiar en la zona en donde estaba la audiencia por parte de nuestra escuela y cuando se permitió ver mejor, noté que era el hermano mayor de Tsukishima, Akiteru-senpai. Entonces, fui yo la que se aprovechó y me burlé un poco. Lo único que obtuve en respuesta fue que desviara la mirada.
Y, de la nada, la banda y las porristas del Shiratorizawa comenzaron a cantar la porra. Con ella, anunciaron la llegada del equipo contra el que jugaríamos. Empezamos a hacer el calentamiento de verdad. Mientras el Shiratorizawa comenzaba a calentar, le recordé a Yū y a Hinata que no se desesperaran con los remates de Ushijima, sobre todo al líbero. Durante nuestro turno, nos habíamos dividido la cancha en dos. Por un lado, se practicaba los remates, mientras que yo pasé al otro lado de la red para ayudar a Nishinoya con la recepción. Empecé con un remate simple, pero con fuerza con el pase de Suga. Luego, me acerqué a la línea y realicé un saque con salto utilizando mi mano izquierda.

—Veo que mejoraste tus saques —se me acercó Ushijima, después de realizar el saque—. Hasta hiciste un saque similar al mío.
—No. Estoy consiente de que tus saques son más fuertes y más precisos —dije sin mostrar alguna emoción—. Apenas si pude hacer que la pelota pasara por la red.
—¡Hey Wakatoshi-kun! —se acercó un chico pelirrojo, alto y con los ojos bien abiertos—. No seas grosero y presentanos a la chica que te roba la atención más de una vez —me señaló con uno de sus dedos, pero en todos tenían vendas.

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora