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La mala racha con respecto a los puntos de los partidos, iba creciendo considerablemente. Teniendo en cuenta que todos intentaban cambiar algo en su forma de juego, las combinaciones al atacar o estrategias (tomaría tiempo en que se adaptaran lo suficiente como para lograr ejecutarlo todo en un partido de forma exitosa). Cada uno hacía el mayor esfuerzo posible, a excepción de uno. Tsukishima. No entendía el porqué se había anotado en el club si vivía repitiendo la misma frase todo el tiempo "Es solo un club" o "No veo la necesidad de dedicarle tiempo a algo que solo haré en preparatoria". Los nervios se me iban por las nubes últimamente a causa de ese patán.
Salía antes del gimnasio donde se jugaban los partidos, para ayudar a las managers a preparar algo de la cena. Cuando terminamos, me cambié de ropa y me fui a la colina que estaba detrás del gimnasio. La vista del campo con algún toque urbano, bajo el árbol con la vista del atardecer era hermoso. Cerré los ojos e inevitablemente comencé a cantar. La hermosa vista me pedía a gritos que la homenajeara y dejara de lado toda la frustración y rabia que tenía dentro. Al quedar poca luz solar en el ambiente, volví colina abajo y busqué a la manager del Shinzen. Quería practicar algunas cosas que sentía la necesidad de mejorar desde el encuentro en Tokio. Mako Ōtaki, la manager del Shinzen, me dijo que había varios gimnasios abiertos a nuestra disposición para hacer practicas luego de los partidos.

   —Vaya, vaya. ¿Qué es lo que nos regala el destino esta vez? —dijo Kuroo, entrando con compañía—. No pensé que practicaras también.
   —Cualquier momento disponible que tenga, me sirve para pulir mis habilidades —dije orgullosa—. No eres el único que busca mejorar sus habilidades en el voleibol, Kuroo-kun.
   —Ejem... —uno de los acompañantes de Kuroo fingió una tos—. Vamos Kuroo, no seas egoísta y presentanos a la chica formalmente.
   —Hazlo tú mismo, Bokuto —se burló el capitán del Nekoma—. Siempre presumes que tienes un buen tacto con las chicas.

Para mí, las presentaciones eran innecesarias porque sabía perfectamente quienes eran aquellos dos, desde el encuentro anterior. La estrella y el armador del Fukurōdani. Kōtarō Bokuto es un chico de contextura mediana, de ojos dorados, pelo grisáceo veteado con rayas negras y en punta. Y a su izquierda, Keiji Akaashi. Un chico bastante serio, de pelo negro desordenado y ojos azules metalizados. Al principio no entendí que hacían ahí, luego me explicaron que Kuroo estaba esperando que Lev pasara el examen de Yaku-senpai con las recepciones para que él terminara el entrenamiento, mientras que los dos chicos del Fukurōdani querían buscar a gente para el bloqueo.
Consideré en hacer los bloqueos para Bokuto-san, pero sabía que yo sola para los bloqueos era muy "peligroso". Preferiría contar con un bloqueo doble, antes que enfrentarme cara a cara con sus remates. Opté por moldear la recepción de Lev, quien llegó en ese instante. Después de varias pelotas, Lev se tiró al suelo completamente muerto por la cantidad de remates que hice. Gran número de esas pelotas no fueron bien recibidas, entonces Kuroo intervino para mostrarle la forma adecuada.

    —¡Oye tú! ¡El de lentes del Karasuno! —gritó Kuroo, llamando la atención de alguien que pasaba por afuera. Bajo esa descripición tan vaga, supe que se trataba de Tsukishima—. ¿Por qué no vienes a practicar unos bloqueos con nosotros?
   —Yo ya me iba, con permiso —la típica actitud evasiva de Tsukishima.
   —¡No tiene caso practicar remates sin un bloqueador —se quejó Bokuto, quien estaba al lado de Kuroo—, vamos!
   —¿Qué acaso nadie del Fukurōdani puede practicar con ustedes? —preguntó Tsukishima.
   —Cada vez que Bokuto-san practica remates, los demás salen corriendo —respondió Akaashi-kun.
   —Además yo tengo que poner en línea a este tipo —dijo Kuroo, señalando a Lev quien todavía seguía derrotado en el suelo.
   —Dije que yo bloquearía —se quejó Lev. Yo solo agarré una pelota y empecé a hacer saques con salto.
   —¡Si vas a ser un titular en el Nekoma, tienes que poder recibir un balón! —le recriminó El capitán del Nekoma—. Deberías aprovechar la oportunidad, ya que este tipo es uno de los cinco mejores rematadores del país.
   —Eso ni siquiera lo posiciona entre los tres mejores —lo rebajó Akaashi, haciendo que Kuroo se "disculpara".
   —Ustedes pierden el tiempo si creen que lograran convencerlo —dije cuando terminé de hacer otro saque, haciendo que todos pusieran su mirada en mí—. A él no le interesa el volley en lo absoluto, teniendo en cuenta que no practica para mejorar sus bloqueos mediocres.

 A él no le interesa el volley en lo absoluto, teniendo en cuenta que no practica para mejorar sus bloqueos mediocres

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Ahí le di en el punto débil de Tsukishima, su orgullo. Conocía cada aspecto de este maldito larguirucho creído. Nuestros hermanos mayores eran compañeros de club, ambos en el equipo de voleibol del Karasuno. Yo conocía perfectamente porque pasó de tener tanto entusiasmo por el deporte, decayó a un estilo lo suficientemente decente para su paramento de estabilidad emocional. Seguía siendo un misterio el porqué sigue practicando el deporte, sin mostrar pasión cuando juega. Es por eso mismo, que me dejaba en momentos de crisis nerviosas. El chico posee muchas cualidades que le abrirían varias puertas en este deporte y que también por mis celos ya que quisiera tener esa altura.
El rubio entró al gimnasio, mientras los senpais me miraban con admiración. Al principio dejé que se hundiera por si mismo, ya que mis palabras no tenían significado vacío. En estos momentos, varios de sus bloqueos nos habían costado muchos puntos. Luego de varios remates, dejé a Kuroo a cargo de Lev y me uní a Tsukishima para hacer un bloqueo doble. Había estudiado a Bokuto lo suficiente para entender su estilo de juego. Como Hinata siempre le remarca a los rivales, la altura es algo importante en el volley, pero no significa que no podamos pelear en cualquier área de la cancha. A mi criterio, si los seis jugadores coordinan y logran mantener la pelota en juego... Todo tendrá su recompensa.

   —Encargate del recto, dejame el resto a mí —le avisé a Tsukishima, antes de que pusiera una sonrisa irónica me adelanté y aclaré—. Confía en lo que te digo y no uses la cara que le pones a Hinata o a Kageyama. Hazlo cuando aprendas a utilizar bien los bloqueos.

En el momento que Akaashi armó para Bokuto, Tsukishima saltó y yo esperé un poco. Vi los ojos de Bokuto, obteniendo la información que quería y salté para bloquearle el amplio. Yo celebraba mientras Bokuto se quejaba, sin embargo, su compañero me felicitó a mí pero dejó a su rematador con el sabor amargo del bloqueo. La estrella del Fukurōdani fue tan directo con respecto a los bloqueos de Tsukishima, que quería tirarme al piso a reírme. Solo me aguanté las ganas, por saber que lo más probable sea que se rindiera sin más. Pero cuando Kuroo tocó la rivalidad entre Tsukishima y Hinata, se notó la búsqueda del rubio en escapar del lugar. Tuvo la oportunidad perfecta para salir corriendo, cuando entraron algunos chicos del Nekoma.
Yo me fui a los pocos minutos. Comí con Kiyoko-chan y Hitoka junto con las demás managers. Luego, ya en la cama, Hitoka-chan me interrumpió al estar solas.

—________-chan, cuando fui a rellenar las botellas vi que estabas en la colina y había una hermosa melodía —me tensé tanto que no sabía que hacer—. No sabía que tú...
—Por favor, te lo ruego Ya-chan. No digas una sola palabra de esto —le rogué mientras miraba paranoicamente para todos lados—, me da vergüenza que los demás sepan de esto.
—Ahhh, pero si cantas hermosamente. ¿De qué te avergüenzas?
—Odio que me pongan bajo un foco para un público en silencio, al cantar frente a otros me siento un adefesio —en ese momento, era el único ejemplo que coincidía con la descripción en mi mente—. Sé que no es muy coherente, pero en pocas palabras: me siento incómoda cantando en público.
—Bien, no diré nada —prometió levantando una mano—. Aún que podrías disimularlo un poco, los chicos dicen que desde hace poco tiempo oían el canto de un ángel. Estoy casi segura de que se referían a ti.
—Me preocuparé de eso cuando volvamos a Miyagi.

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora