Epilogo 5 ♥️🏐

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   —¡Salud! —chocamos nuestros vasos con jugos, mientras celebrábamos mi mudanza a Tokio con Lev.
—No puedo creer que dejaras Miyagi para venir a vivir aquí en Tokio —comentó mi amigo, bebiendo un sorbo de su bebida—. Vaya, para ser un jugo tiene un sabor algo extraño.
—¿Verdad qué si? —pregunté algo divertida mirando mi vaso—. También celebramos que hayas conseguido ese contrato de modelaje, me cuesta creer que Alisa-chan te convenciera de entrar en ese mundo.
—Es que, quizás sea un talento de familia —dijo Lev, mientras hacia una pose extraña. Yo solo reía ante su acción—. Me ofrecieron varios contratos para jugar profesionalmente, pero no sentía que fuese mi lugar. Amo jugar voleibol, solo que no siento que sea mi carrera ideal.
—Sabes que no necesito explicaciones, Lev —apoyé mi mano sobre la suya—. Te apoyaré en lo que necesites, es lo que siempre hiciste conmigo.
—Gracias _____________ —sonrió Lev en respuesta, luego levantó el brazo con su vaso en mano—. ¿Podrían traernos otra ronda de jugos?

Decidí mudarme a Tokio, después de mi graduación para no tener problemas entre ir y venir de los entrenamientos. Al principio, Kageyama me ofreció compartir el apartamento para minimizar los gastos, pero tuve que negar la oferta ya que había quedado con una compañera de equipo. Se lo había propuesto a Saito-senpai, pero desde que sale con Nishinoya-kun, vive viajando feliz a su lado (también me dijo que no pudo ingresar como jugadora nacional, por un incidente que tuvo el año pasado). En realidad, ahora estaba sola en ese apartamento ya que esa compañera tuvo problemas para mudarse estos días. Llegaría dentro de un mes.
Lev me había ayudado a buscar alquileres y elegir el más conveniente por ubicación y transporte. Estaba a menos de quince minutos en bús hasta la cacha de entrenamiento y tenía varios supermercados o tiendas para abastecer el departamento. Además, nosotros comenzamos una relación como pareja hace poco. Resulta que, después de asistir a su graduación se me declaró y yo no podía negar los sentimientos que tenía hacia él.

Habremos permanecido en el restaurante en donde cenábamos por unas tres horas, por suerte estaba cerca de mi departamento. Como era tarde y yo no tenía entrenamiento al día siguiente, le ofrecí a Lev quedarse conmigo esta noche. Él aceptó sin problemas. Esa noche, luego de que entramos a mi departamento se volvió un nublón enorme. Solo recordaba levantarme al día siguiente con un inmenso dolor de cabeza y con el cuerpo que no se separaba de la cama por ningún motivo.
Pasado los dos meses de esa reunión, Lev comenzó a trabajar activamente en su carrera de modelaje mientras que yo entrenaba constantemente. Mi compañera de departamento era tan buena persona, que congeniamos a los pocos minutos que se instaló. Ella era la armadora del equipo y yo al ser su rematadora lateral más fácil para armar, ayudaba a nuestra comunicación.

—Oye ___________-chan —me dijo una mañana antes de salir para un partido que tendríamos esta tarde—, ¿estás bien? Te noto algo pálida.
—Tranquila, estoy bien —respondí mientras terminaba de armar mi bolso para el partido—. Probablemente se me habrá bajado la presión, me revisaré antes de jugar el partido.
—Hace días que te sientes extraña, ¿segura qué no quieres que llame a Haiba-kun? —ella sabía mi relación con Lev, hubo veces que vino a visitarme, por lo que surgió la oportunidad (naturalmente) de que ambos se conociesen—. Deberías quedarte aquí, le diré a la entrenadora que no te sientes bien.
—No es necesario, Toshinori-chan —respondí tranquila, entonces unas ganas inmensas de vomitar me invadieron—. ¿Sabes qué? Tienes razón, no estoy para jugar un partido. Mejor iré a que me vea un médico.
—Te acompaño, no importará que llegue tarde al entrenamiento —respondió ella con una sonrisa.

Ambas fuimos a una clínica que estaba a unos 500 metros de distancia, me atendieron al instante. Me realizaron distintos análisis, tuve las preguntas rutinarias del doctor, todo. Pero una cosa que me preguntaron me rondaba por la cabeza. Me torturaba internamente, intentando buscar la inquietud ante mi incertidumbre hasta que volvió el médico con los resultados de mis análisis. Toshinori-chan se había ido al entrenamiento, porque la entrenadora había comenzado a mandarnos mensajes como loca, preguntando nuestro paradero.

El arcángel de los cuervos (Haikyuu x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora