Balher

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Bien dentro de cinco días será el ataque a Balher y es hora de que dirija hacia allá, mientras me preparaba para irme Balia entró a mi habitación y me miro algo molesta, luego de eso empezó a hablar.

– entonces, te vas
– si, quiero ver con mis propios ojos de lo que son capaces los demonios
– ....
– pasa algo?
– no solamente pensaba en lo que podría pasar si no vuelves
– aque te refieres?
– simplemente pienso que tendríamos que buscar a otro trabajador si mueres
– ya veo, por un momento pensé que te preocupaba mi bienestar o que simplemente te gustaba o algo así

Rápidamente la cara de Balia se puso completamente roja, mientras que bajaba la mirada para evitar que la viera, no me sorprendía desde que llegué ella ha sido quién a estado pendiente de mí, me ayudó a adaptarme a este trabajo y también me ayudó a aprender a vivir como un humano, pero en el proceso no fue inevitable el que ella y yo en algún momento hayamos sentido algo el uno por el otro, aunque no sé si era yo realmente el de los ideales.

– Balia tengo una pregunta
– que te arrepientes de ir?
– no es eso dime algo ¿yo te gustó?
– .... No
– bien eso resuelve las cosas, bien me voy despide a los demás de mi parte
– bien

Dicho esto salí por la ventana y empecé a correr hacia las puertas de la capital, estas estaban apunto de cerrarse y rápidamente use mi viaje sombrío para pasar atraves de las puertas, una vez afuera empecé a correr directo a Balher, según los mapas Balher se encontraba a siete días montando a caballo de la capital, me pregunto cuánto me tomaría a mí.

Rápidamente empecé a correr más y más rápido hasta que lo logré, llegué a la ciudad de Balher en tan solo una tarde, supongo que esa era mi velocidad actual, al llegar entre en la ciudad y empecé a recorrer está como lo que era alguien nuevo en esta.

Obviamente no faltaron aquellos que con tan solo ver a alguien nuevo en la ciudad ya lo marcaban de objetivo, entre en una taberna y al entrar pasó lo mismo que con la taberna de Boris todos me miraron está vez con miradas de intriga, odio y miedo.

Me senté en la barra y pedí algo de beber al rato me trajeron una cerveza, de la nada una chica se sentó a un lado mío y a su lado un joven chico no tuve que preguntar para darme cuenta de quiénes eran.

– puedo saber que hacen aquí?
– te podemos hacer la misma pregunta
– es cierto nos dejaste como si no pudiéramos ayudarte
– pues lamentablemente es así no tienen el poder para ayudarme en esto
– vamos Damián nos ayudaste es justo que nosotros hagamos lo mismo
– está bien.

Con esto aclarado o bueno más bien de lado pues la verdad no tenía intenciones de hacer que Dylan y Lyan volvieran a Dolhet, luego de un rato la función empezó, soldados de Balher entraron, estos parecían confiados con ganar está batalla, mientras veía está escena una chica encapuchada se sentó a mi lado está pidió un trago de lo que fuera, por los que solamente la mire tomar, en lo poco que pude ver fue que está tenía la piel blanca, el pelo azul oscuro y los ojos rojos como sangre, por alguna razón las chicas a mi alrededor tenían los ojos rojos, no entendía el porqué, luego de un tiempo, los soldados de Balher empezaron a beber más y más licor, era demasiado para alguien que pronto se dirigiría a una batalla a muerte, mientras bebían y celebraban empezaban a decir estupideces, la verdad no me molestó pero a la chica sentada a mi lado parecía afectarle poco a poco, mientras que Dylan, bueno el solo se concentraba en comer su pila de carne y Lyan pues ella solo bebía moderadamente a gran diferencia de mi.

Luego de unos minutos uno de los borrachos soldados se levantó y empezó a brindar con todo aquel al que veía, esto era algo molesto, en el proceso se podía ver qué este estaba algo más que borracho y luego de ver la belleza de Lyan intento seducirla, este no era muy diferente a los soldados de Dolhet que me tocó lidiar aquella vez, solo que este fue rechazado de inmediato por Lyan y defendida por Dylan, esto molesto gravemente al soldado haciendo que no solo derramará su cerveza sobre la cabeza de Dylan si no que azota su cabeza contra la barra rompiéndola.

Muchas veces había visto lo que Dylan era capaz de hacer por su hermana, pero lo que Lyan hacia por su hermano eran cosas bestiales, aquel hombre había perdido su vida en el momento en el que empezó a beber, Lyan ante tal acto lanzó una fuerte mirada a aquel soldado el cual parecía algo ofendido e intento golpear a Lyan, está no necesito de usar su magia para vencerlo y solo necesito usar su meñique para romperle el brazos aquel hombre, este soltó un fuerte y satisfactorio grito de dolor, esto dejo aterrorizado a los demás, mientras que por otro lado Dylan se levantaba lentamente y de la nada se empezaba a sentir una fuerte ola de calor, con esto el pelo dorado de Dylan empezaba a tornarse tan dorado como una suave llama, mientras que miraba al grupo de soldados los cuales parecían asustados.

Gritos, súplicas y sangre eso y más se escuchó y llovió en aquella taberna, luego de eso la chica a mi lado me tomo del brazo y me empezó a llevar a lo que sería un callejón oscuro, en este se quitó la capucha que no me permitía verla bien, como lo imaginaba, esta tenía el pelo azul oscuro y la piel blanca, así mismo sus ojos eran de un rojo carmesi está era una chica muy hermosa, pero al mismo tiempo emanaba una escénica peligrosa esta me miró fijamente y lo dijo.

– necesito tu ayuda
– ¿?

La Voluntad Del ReencarnadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora