Mi Vida Como Saiyajin

Capítulo 11: El malvado Raime

  Esta vez me enfoco en el enemigo, era mi primera vez viéndolo de cerca. Raime era bastante parecido a Grumi, posiblemente de la misma Raza, con un cuerpo muy musculoso, de piel roja, y con dos cuernos que a diferencia de Grumi, los cuales eran rectos, los de Raime se doblaban como los de un toro. Era un hombre fornido y bastante alto, pasaba los dos metros con facilidad, incluso diría que está cerca de los tres metros de alto.

 Sin más preámbulo entre los cuatro atacamos a Raime, pero él parecía solo enfocado en defenderse. Aun así su defensa era muy buena, apenas si logramos tocarlo. Incluso si algún golpe pasaba su defensa parecía no hacerle daño.

 A este paso no conseguiremos hacerle daño y se recuperara lo suficiente como para vencernos. Sin mucha alternativa me dispongo a usar una técnica que estoy desarrollando. Luego de que May me enseñara su técnica familiar, la cual le da un incremento de poder al ponerse en un estado de frenesí. Con esta técnica como base y usando el control de energía que gane con el entrenamiento, desarrolle una técnica donde utilizo mi energía para forzar a mis músculos a funcionar al máximo posible.

 El único problema es que aun no la domino, mis músculos quedan en muy mal estado después de usarla aunque ganó bastante poder, diría que triplico mi poder con la técnica actual, pero si fallo quedare totalmente fuera de combate. Solo que no hay lugar para dudar, es todo o nada.

 Sin mucha preparación activó la técnica y salto en un ataque directo al corazón de Raime. Él estaba defendiéndose de las demás por lo que mi ataque es prácticamente perfecto. En menos de un parpadeo estaba a punto de golpearlo cuando de repente detiene mi brazo con su mano. Él ignoró completamente a las otras tres y detuvo mi ataque con una sola mano. Cuando aún estaba en estado de shock un puñetazo impacto en mi rostro haciéndome a volar más de 10 metros.

 Al aterrizar escupe una bocanada grande de sangre, aunque el puño de Raime me hizo daño, lo que verdaderamente daño mis órganos internos fue el contragolpe de mi propia técnica. En este momento no podré pelear contra él, no, apenas si puedo ponerme de pie, mierda.

- ¡Aikon, ¿estas bien?!

- Malditos chiquillos, primero me roban a la niña y luego van y me atacan. Realmente me hicieron enojar mocosos. 

- Bastardo, tu provocaste esto, como te atreves a tratar de secuestrar a nuestro amigo.

- Callate niña, yo tomo lo que quiera, todos ustedes ya son de mi propiedad, en solo un momento les pondre el collar de esclavitud y no tendrán más alternativas que servirme.

- Tu eres el que debería callarse, padre, ninguno de nosotros te pertenecemos. El dia de hoy te derrotare y por fin seré libre de tí.

- Oh, así que finalmente apareciste Grumilite. Deberías de haber confiado en estos mocosos para derrotarme pero ahora que apareciste es mi victoria.

 Junto a Grumi también había llegado Onnio, al parecer fue a buscarla para que nos ayude. Por lo que veo son padre e hija, eso explica el parecido. Tal trato a su propia hija, Raime realmente es una persona de corazón oscuro. 

 Mientras acomodaba mis pensamientos Raime saco una especie de control remoto de su bolsillo.

- Y eso ... eso es ... ¡¡TODOS SAQUENLE ESE APARATO YA!!

 Pero mi grito fue  demasiado tarde, con un comando de Raime, Grumi empezó a atacarnos para defender a su padre. No era que ella lo quisiera así, pero ese control que sacó de su bolsillo es el control de su collar de esclavitud.

 Entre Onnio y las chicas trataron de defenderse sin lastimar a Grumi, de sus ataques pero ella era más poderosa que ellos. Realmente se estaban llevando mucho daño del intercambio. Tengo que conseguir el control remoto de las manos de Raime ahora mismo o pereceremos aquí, el problema es que apenas si pudo mantenerme en pie mientras miro su batalla. Tiene que haber una manera. 

 Mientras trataba de pensar una idea para obtener el control me di cuenta de algo, no hace falta que se lo robe, con solo destruirlo debería ser suficiente. Con esa idea en mente creó una pequeña esfera de energía, tan pequeña como una canica. Durante mi entrenamiento, pasaba mucho tiempo controlando una esfera de energía similar. Con todo mi esfuerzo y tratando que Raime no me descubra, controlo la pequeña bola de energía haciendo que rodee toda la zona para posicionarla en el punto ciego de Raime.. 

 En un momento la batalla se acercó demasiado a mi posición y casi pierdo el control de la energía. Por suerte pude controlarla antes de que desapareciera. Aunque estoy prácticamente agotado ya estaba muy cerca, con un último esfuerzo la acerco sin que lo note y hago que explote junto al control remoto. 

 Pero me descubrio en el último momento y elevo la mano a toda velocidad y evitó que el control se dañe.

- Maldito niño casi me la haces, me la pagaras por es...

Puum, una explosión interrumpió a Raime. En lo que se distrajo para amenazarme Arugu, quien se había dado cuenta de mi plan, atacó un su energía destruyendo el control. Por suerte, funcionó y Grumi volvió a la normalidad. 

 Ya con Grumi de nuestro lado vencer a Raime fue sencillo, aunque nuestros ataques parecían no tener efecto, Grumi pudo con un poco de ayuda atravesar su corazón con su mano.

 Una vez terminada la lucha yo caí rendido. Ya no pude soportarlo más. Aunque mi daño era mucho me recupere en una semana dentro de la cápsula de recuperación, y cuando recobre la conciencia Onnio me contó que los demás piratas espaciales simplemente huyeron cuando vieron el cadáver de Raime. Onnio y los demás aprovecho la situación y tomaron control del castillo y de los esclavos. No sabían qué hacer con ellos, por lo que estaban esperando a que me despertara para decidirlo.

 Yo tampoco tenía ningún plan para ellos, por lo que les di la opción de irse o quedarse a trabajar para nosotros, de los más de 200 esclavos que habían más de 60 se fueron, pero los demás eligieron quedarse y ayudarnos. Obviamente no iban a ser maltratados y recibieron un trato como cualquier trabajador. Además las personas natales de este planeta decidieron hacernos su líder por lo que a partir de este momento, habíamos tomado el control de todo el lugar.