Capítulo 2

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Soy mitad agonía, mitad esperanza.

—Jane Austen

Mis manos empujaron suavemente la madera de la puerta de mi casa

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Mis manos empujaron suavemente la madera de la puerta de mi casa. Era un pequeño apartamento en uno de los suburbios de la ciudad. No es como si mi hermana ganara suficiente como para vivir en el centro de la ciudad.

Pero para ambas esta casa era todo lo que teníamos.

Cerré la puerta detrás de mí y me encaminé hasta una de las dos habitaciones que poseía la casa. En cuanto entré lancé la mochila junto a la puerta y me lancé a la cama con las manos dentro del buzo para sacar el deteriorado aparato.

Saqué la pequeña memoria negra que se encontraba intacta y le di un par de vueltas en mis dedos mientras un suspiro largo salía de mis labios.

Dejé el aparato y la memoria sobre la mesita de noche y volví a mi posición con los ojos cerrados. Solo me quedó imaginar la música en mi cabeza para poder calmar la agonía que se iba extendiendo por todo mi ser.

La sonrisa de mi madre llegó a mi e inevitablemente una lágrima rodó por mis ojos recordando el momento en que sus manos me entregaron el pequeño aparato.

Mamá, ¿qué es? una sonrisa se extendió por sus labios cuando me mostró el objeto blanco.

Aquí puedes escuchar las canciones que suenan en la radio, hay cinco mil canciones ahí y siempre habrá una que te va a identificar, siempre habrá una que va a definir exactamente la forma en la que te sientes explicó cuando te sientas sola, solo deja que la música fluya llevándote a tu lugar feliz una lágrima rodó por su mejilla antes de dejar un beso en mi frente, darme un fuerte abrazo y salir por la puerta.

Ese día me despedí de ella igual que otras veces en las que salía sin saber que sería la ultima vez que la vería, apenas tenía diez años.

Intentando no ahogarme en sentimientos que creía olvidados me levanté de la cama y tomé los libros que había ido a buscar a la biblioteca para comenzar a hacer la tarea. Para mi todo lo que hablara del antiguo mundo era fácil, toda mi vida había leído para saber las razones detrás de todas las guerras que habían tenido.

Todas eran por avaricia, pero la ultima ni siquiera fue una guerra, fue una masacre en la cual ninguna de las armas conocidas funcionó en contra de las sombras.

Ellos pertenecían a la oscuridad misma pudiendo tomar cualquier forma que quisieran, no usaban uniformes por lo que no podían identificarlos y solo tenían que adoptar una forma humana y tocarte el pecho para absorber toda tu luz y volverte cenizas.

Por ello se rechazó la luz y se aferraron a la oscuridad como un salvavidas para pasar desapercibidos frente a ellos, aunque la guerra no acababa eso nos daba una considerable ventaja frente a ellos, todo hasta que descubrieron lo que habían estado haciendo para camuflarse en su ambiente. Pero había pasado el tiempo suficiente como para que cada ciudad de EuroAsia hubiese creado una fortaleza a su alrededor después de haber recibido a los sobrevivientes de cada recóndito lugar del mundo, aunque muchas ciudades se quedaron sin un descendiente otras lograron sobrevivir.

Kingdom of ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora