Capítulo 21

14K 1.6K 356
                                    

Nunca una canción había identificado tanto un capítulo. 

Tienes que morir unas cuantas veces antes de que realmente puedas vivir.

—Charles Bukowski.

Estaba confundida, cansada y mi cuerpo me pedía a gritos un descanso, pero la situación no me dejaba irme al mundo de la inconsciencia, por más que mi cuerpo lo pedía no podía y eso solo hacía que me rompiera un poco más cada que analizaba la form...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba confundida, cansada y mi cuerpo me pedía a gritos un descanso, pero la situación no me dejaba irme al mundo de la inconsciencia, por más que mi cuerpo lo pedía no podía y eso solo hacía que me rompiera un poco más cada que analizaba la forma en la que me miraba.

Luego de unos segundos en los que solo pude jadear buscando aire él se acercó a la criatura con pasos lentos analizando cada movimiento mío. Cuando estuvo frente a tal animal se acercó al cuello que una de las cabezas le ofrecía y arrancó una pequeña escama para girarse hacia mí.

Mi cuerpo estaba completamente tirado en el piso sin importarme las sustancias que estuvieron ahí minutos antes. El dolor en todas mis extremidades era latente y el aire que me azotaba me hacía estremecer dolorosamente.

Su anatomía se cernió sobre mi cuerpo y quitó los restos de tela quemada de mi hombro antes de llevar su brazo hacia atrás y dejar que la criatura arrojara fuego sobre nosotros, fuego que ni siquiera lo tocó como si frente a su cuerpo hubiese un escudo que lo protegía.

La pieza que tenía entre sus dedos se calentó a tal manera que se veía al rojo vivo como si estuviese hecha de metal y esa misma pieza fue pegada a mi espalda sacándome un grito desgarrador cuando hizo contacto con la piel desnuda de mi hombro.

—No, no —me retorcía en el suelo intentando que se alejara, pero solo lograba que presionara con más fuerza.

La criatura detrás de mi soltó un rugido angustioso como si él también estuviese sintiendo la quemadura de primera mano.

Las lágrimas salían sin control y la sangre comenzó a salir de la herida quemándose al instante. Luego de los segundos más dolorosos que alguna vez pude haber sentido su mano se separó con la pequeña pieza entre sus dedos y sin dirigirme una sola palabra me levantó del piso cargándome en brazos.

Mi mente estaba apagada, no pensaba en nada y mi cuerpo exigía que descansara, pero mis ojos se mantenían tan abiertos como era posible. Al pasar por el pasillo poco iluminado no pude evitar llevar mi rostro hasta su pecho para evitar observar los cuerpos mutilados en las celdas.

Lo que sentía era tan inexplicable, porque, aunque no quería tenerlo cerca, ni quería que me tocara otra parte de mi se reconfortaba al tenerlo cerca.

Las lágrimas seguían haciendo su recorrido por mi rostro y me cuestioné que tantas lágrimas podría soltar si la noche anterior me había deshidratado haciéndolo.

La luz del pasillo golpeó mi rostro haciendo que entrecerrara mis ojos por la molestia, los mantuve cerrados sintiendo como se desplazaba por el pasillo y luego hasta las escaleras para terminar abriendo las puertas de una habitación.

Kingdom of ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora