Capítulo 16

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...Y yo bailé con el demonio que llevó al cielo.

—David Sant

Mis ojos se abrieron con molestia al sentir la luz del sol impactar contra mi rostro dejándome saber que las cortinas estaban abiertas, se suponía que yo las había cerrado anoche para que no pasara esto

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Mis ojos se abrieron con molestia al sentir la luz del sol impactar contra mi rostro dejándome saber que las cortinas estaban abiertas, se suponía que yo las había cerrado anoche para que no pasara esto.

—Despierta —me zarandearon por mi brazo y un gemido de dolor escapó de él.

—Es domingo, puedo dormir todo el día —las sábanas fueron arrancadas de mi cuerpo con violencia.

—Hace tres días que no sales de esta casa —me reprochó la voz de Naila. Yo abrí mis ojos sorprendida.

—¿Qué demonios haces aquí? —cuestioné rabiosa —tu no sabes donde vivo.

—No sabía —corrigió —tu hermana me trajo —dijo simple —ahora levántate para que vayas a desayunar, tenemos cosas que hacer.

—No quiero salir, además debiste avisarme antes —me quejé.

—Si hubieses ido a la universidad el viernes te hubiese dicho, pero no lo hiciste, así que te aguantas.

—No fui porque me sentía indispuesta —ella ladeó la cabeza y se sentó junto a mí.

—¿Qué tenías? —señalé el brazo que ella había zarandeado y se percató del pequeño moretón.

—Mi hermana me puso una inyección anticonceptiva y al otro día desperté mareada, con vómitos y sin ganas de vivir —dije simple.

—Debiste ir al médico, no puedes ponerte esas cosas sin que un médico lo verifique —yo le sonreí.

—Mi hermana es médico —solté poniéndome de pie.

—¿Enserio? ¿Y por qué no ejerce? —yo me enredé la lengua para no decirle que ella había hecho que un paciente tuviese una sobredosis al darse cuenta de lo que me había hecho a mi.

—Porque no le gusta.

Me iba a encaminar hasta la puerta, pero Naila se me cruzó en el camino.

—Dúchate primero, me lo agradecerás luego —refunfuñando me metí al baño para cepillar mis dientes y ducharme rápido.

Amarré mi cabello en un moño alto y me puse unos shorts con una polera gris larga. Descalza salí de la habitación hacia la sala en donde los gritos me hicieron sobresaltar.

—¡Feliz cumpleaños! —una sonrisa apareció en mi rostro sin poder evitarlo.

Había estado tanto tiempo encerrada en mi habitación que me había olvidado de que ¡era mi cumpleaños!

—Oh por Dios ¡Gracias!

Detrás de la mesa se encontraban Naila, Alina, Adrik, Raian y Cassidi una amiga de mi hermana. En medio de la mesa se encontraba un pastel enorme con un desayuno de lo más tentador alrededor de él.

Kingdom of ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora