Sin duda soy yo un bosque y una noche de árboles oscuros; sin embargo, quien no tenga miedo de mi oscuridad encontrará también taludes de rosas debajo de mis cipreses.
—Friedrich Nietzsche
Había despertado con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, me había dormido con la sudadera de Mails sin importarme que aun oliera levemente a sangre, me había destrozado llorando la noche anterior, pero al levantarme me propuse resolver la situación, llorando no lograría nada y yo no estaba dispuesta a perder lo que me había ganado.
Después de haberme duchado me coloqué unos leggins, un top de deporte y una sudadera gris importándome muy poco que la prensa me encontrara en la calle y subiera una foto en primera plana de la novia desaliñada del rey.
Recogí la mochila que cargaba siempre y luego de colocar todas mis cosas salí de casa directo a la fortaleza llegando en menos de quince minutos gracias al taxista. Me había mentalizado todo el camino que debía volver a entrenar, tenía días sin hacerlo y debía recuperar mi ritmo si no quería volver al inicio.
Me había dado cuenta de que sí servía de algo, aunque todos hubiesen entrenado toda su vida dejándome en desventaja, lo descubrí ayer con **Él. El haberlo reducido haciéndolo huir me había hecho sentir poderosa, que era capaz de hacer cualquier cosa que me propusiera.
Al entrar al salón de entrenamiento me encontré con Raian y Adrik entrenando a los soldados mientras que ellos acataban todo lo que se les ordenaba.
—¿Puedo unirme? —cuestioné suavemente al estar frente a ambos.
Raian enarcó una ceja y Adrik se encogió de hombros.
—Así no se les habla a sus superiores, soldado —al escuchar sus palabras lancé la mochila hacia los casilleros y le di un saludo militar que nos sacó una sonrisa a ambos —calienta y luego ponte los guantes, te quiero en el saco.
Durante la siguiente media hora me dediqué a calentar mi cuerpo en ejercicios de resistencia para luego tomar las vendas que iban envueltas en mis manos antes de ponerme los guantes negros brillantes. Había ignorado por completo las miradas lascivas que recibía de parte de los soldados tanto mujeres como hombres, ignoré a Naila que estaba más concentrada en derribar a un enorme tipo lleno de músculo, pero sobre todo ignoré olímpicamente a Dorian que había intentado acercarse en más de una ocasión.
Me paré frente al saco y di un par de saltos mientras observaba a Adrik acercarse.
—Practicaremos artes marciales mixtas.
Hice cada cosa que me indicó de la forma en la que la explicaba comenzando a sudar por el esfuerzo, cada vez que hacía un movimiento mal debía repetirlo una y otra vez y mis manos dentro de los guantes dolían levemente.
Pero no me quejaba, estaba haciendo eso porque cuando llegara la oportunidad quería estar preparada, lista para enfrentar a cualquiera si era necesario, y los entrenamientos junto con el fuego que sabía podía crear me salvarían de morir.
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Kingdom of Shadows
General FictionUn rey jodidamente ardiente, sádico, descarado por mucho y con un ego tan elevado como las nubes. Cruel como un diablo y hermoso como un ángel. ◅▻◅▻◅▻◅▻◅▻ La mejor forma de liberarse de la oscuridad es caer en ella. Ese ha sido...