Cuanto más perfecto luzca uno por fuera, más demonios tiene por dentro.
—Sigmund Freud
Tomé la perilla de la puerta en mis manos y adentré la navaja en el cerrojo para luego darle un par de vueltas y abrir la puerta sin problemas. La abrí despacio agradeciendo el que no chirriara y la cerré detrás de mi en cuanto crucé el umbral.
El departamento no era tan grande, pero si lo suficientemente espacioso para una sola persona por lo que me fue fácil encontrar la única habitación. Supuse que aún se encontraba dormido, ya que el departamento se mantenía con todas las cortinas corridas cortándole el paso a la luz dejando el lugar en penumbras.
Al llegar a la puerta me arrimé de ella dándole vuelta a la perilla con suavidad intentando emitir el menor de los ruidos. Cuando estuvo parcialmente abierta crucé por ella y me acerqué a la cama de la persona que yacía completamente dormida y saqué la navaja enterrándola entre uno de sus espacios intercostales.
Sus ojos se abrieron con rapidez un grito de dolor salió de sus labios en tanto una de sus manos se dirigía a mi cuello intentando apartarme. Una sonrisa cruzó mis labios antes de dejar que las llamas se apoderaran de mis manos y tomaran su antebrazo pasándole el calor de mi fuego.
—¿Sabes? Fui una estúpida —aseguré sacando la navaja y enterrándola una vez más en su cuerpo dejándolo indefenso.
Mi rostros se acercó a él en tanto negaba.
—Confié en ti aun teniendo las evidencias en la puta cara —el pánico empañaba su rostro y yo reí sin poder evitarlo.
—Creíste que moriría, pero mírame aquí, malditamente viva —presioné con más fuerza la navaja y un grito más doloroso que el anterior salió de su garganta —dime quién es tu líder —ordené haciendo más presión.
Él me empujó y yo saqué la navaja antes de alejarme dejando que intentara levantarse. Su cuerpo se levantó por unos segundos antes de caer al suelo en un golpe seco bañando de sangre el piso de mármol.
—Recuerdo la forma tan despectiva con la que me miraste el día en el que te conocí, como cada golpe que lanzabas hacia mi cuerpo iba dirigido con demasiada fuerza, pero sobre todo recuerdo la forma en la que te metiste a mi vida, debí suponerlo, porque de inmediato te aseguraste de mantenerme cerca de ti para vigilarme, pero estaba tan confiada que no vi nada de eso.
Él se arrastró por el piso alejándose de mi cuerpo, en vano, porque las heridas que le había hecho habían sido en puntos clave que le estaban dando el peor de sus dolores.
Me acerqué a su cuerpo y le di la vuelta con mi bota para luego pisar la profunda herida cerca de su pecho antes de agacharme y enterrar varias veces la navaja en sus piernas logrando que la sangre salpicara hacia mi rostro y cuello.
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Kingdom of Shadows
General FictionUn rey jodidamente ardiente, sádico, descarado por mucho y con un ego tan elevado como las nubes. Cruel como un diablo y hermoso como un ángel. ◅▻◅▻◅▻◅▻◅▻ La mejor forma de liberarse de la oscuridad es caer en ella. Ese ha sido...