Capítulo 9

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Te besaré tan ardientemente que sentirás el calor de mil infiernos. 

—DarknessYFS

Mi espalda se encontraba contra la puerta con el cuerpo de Hayden cerniéndose sobre el mío

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Mi espalda se encontraba contra la puerta con el cuerpo de Hayden cerniéndose sobre el mío. Sus manos estaban a cada lado de mi cuerpo evitando que escapara de la posición.

Podría decir que no tenía idea de como habíamos llegado a la posición, pero si lo sabía, él la había provocado aprovechándose de la situación.

—A ver, tienes dos opciones. O te quedas aquí en la fortaleza sola o dejas que yo te lleve —giré mi rostro hacia la pared para no tener su rostro tan cerca, pero él tomó mi barbilla y me hizo mirarlo —pero sabes que todo tiene un precio ¿no? —cerré mis ojos incómoda con las sensaciones que me embargaban al ver el azul de sus maravillosos ojos.

—Claro, para las personas oportunistas —él rio y sentí un beso sobre uno de mis parpados.

—No me prives de esos maravillosos ojos, preciosa.

Mi corazón comenzó a palpitar con velocidad al escuchar como me había llamado, mis extremidades dejaron de funcionar y abrí mis ojos para mirarlo incrédula.

El apelativo se repetía una y otra vez en mi cabeza sin poder apartar mi mirada de la suya que me escaneaba con lentitud.

—¿Cómo me llamaste? —cuestioné sin poder creerlo.

Una sonrisa apareció en sus labios y sin apartar la mirada susurró la palabra que hizo que dejara caer todas mis barreras.

—Preciosa —susurró.

Durante toda mi vida había recibido un montón de nombres: Elin, Lin, Eli, Lucecita, Farolito, Chispitas, Insurgente, mundana, aberración, hasta zorra me habían llamado.

Pero él; él no uso ninguno de esos apelativos que tanto detestaba, aunque no lo aparentaba.

Él me había llamado preciosa y eso solo hizo que cayera por él. Había luchado tantas veces con ese sentimiento que me embargaba cada que lo tenía cerca, pero todo eso quedó en el olvido cuando me miró directamente a los ojos con ese fuego ardiente que brillaba en ellos y me llamó de una forma que nunca me habían llamado:

Preciosa

Y en ese momento no caí por él, simplemente me lancé sabiendo que si él no me sostenía caería y el golpe sería más fuerte de lo que podría imaginar.

Su rostro se acercó con lentitud al mío, la primera sensación fue la de su nariz acariciando la mía, para luego sentir como sus labios hacían contacto con los míos, al principio solo fue una leve presión que se convirtió en rose de labios hasta que entreabrí los míos y dejé que me besara como era debido, como ese día en el que estuve a punto de morir y su beso fue lo que me salvó.

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