Te quiero como para leerte cada noche, como mi libro favorito quiero leerte, línea tras línea, letras por letra, espacio por espacio.
—Mario Benedetti
—¿Por qué te irrita tanto que haya llegado sin avisar? —cuestionó su hermana en el sofá que se encontraba frente a nosotros.
Haytan estaba junto a mi leyendo algo en su teléfono y yo estaba con mis pies sobre el sofá comiendo una barra de chocolate que la morena había ido a comprar.
—Porque pensaba cogérmela todo el día y me arruinaste los planes —mis mejillas se tiñeron de rojo ante la vergüenza.
—Pero lo puedes hacer, yo no te impido nada.
—Ella es muy ruidosa y se contendrá porque tu estas pululando por los pasillos y a mi me fascina escucharla —su hermana sonrió en mi dirección mientras se metía un puñado de palomitas a la boca.
—Yo estaría encantada de escucharla —comentó con la boca llena, pero lo suficientemente cerrada para que no se viera antiético.
—Olvídalo —su hermana rio.
—¿No me la prestas? —Haytan bajó el teléfono para enfocar la vista en su hermana.
—Le tocas un solo cabello de forma sexual y te juro que yo mismo me encargo de quemar a la última bruja que queda —ella rodó los ojos dejando de lado el humor.
—No me digas bruja —susurró y en ese momento supe que ese era su talón de Aquiles.
—Bueno, yo me iré a dormir —me levanté del sofá y crucé junto a Haytan, pero este tomó mi muñeca jalándome hacia su cuerpo.
Sus labios hicieron contacto con el mío y él degustó el sabor a chocolate de mis labios antes de soltarme.
—Buenas noches, preciosa.
Con la vergüenza a flor de piel me despedí de Hayle y me encaminé a la habitación de Haytan para lavarme los dientes y lanzarme a dormir esperando no amanecer tan adolorida al día siguiente.
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—Niña, despierta —un leve empujón me hizo abrir mis parpados para encontrarme con los ojos hipnotizadores de Hayle.
Al darme cuenta de que la observaba directamente bajé la mirada a su torso observando el top de cuero que llevaba.
—Buen día, hermosa —saludó y yo hice a un lado las sábanas para levantarme de la cama en tanto restregaba mis ojos.
—Buen día, Hayle —dije caminando hacia el baño.
—La ropa que te prestaré esta sobre la cama, la mayoría son cosas que no me he puesto, pues casi no vivo aquí —yo asentí antes de cerrar la puerta y hacer mi rutina correspondiente.
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Kingdom of Shadows
General FictionUn rey jodidamente ardiente, sádico, descarado por mucho y con un ego tan elevado como las nubes. Cruel como un diablo y hermoso como un ángel. ◅▻◅▻◅▻◅▻◅▻ La mejor forma de liberarse de la oscuridad es caer en ella. Ese ha sido...