Black Onyx [1]

CAPÍTULO 2

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EL BOSQUE

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DIANA AYLEEN

— Me va a matar en el bosque, que original— Susurre entre respiraciones cortas y agitadas, intentando caminar sin caerme por las rocas como si fuera una acrobata.

—¡Podrías apurarte, rulos! — Amina me grita de otro extremo del río.

Soy una chica con sobrepeso, poca coordinación, y un déficit atencional sin medicar, por un milagro no me he caído aún.

Me centre en las rocas que no estaban húmedas para dar pasos seguros, pero los gritos de Amina me exasperaron más.

—¡Guarda el colmillo, amiga! —Por culpa de mi grito, pise mal y resbalé, pero logré evitar caer al piso por una gigantesca roca.

Segundos después, Amina se encontraba junto a mi. Su preocupación no pasó desapercibida, por lo que había leído era una vampira guardiana de lunas Favre, su familia le ha servido a la Alianza durante trecientos años. Así que su preocupación viene de su instinto.

Solo pude reír, ella me miró inexpresiva

—Eres una idiota — La mire ofendida.

Me extiende su mano, la acepto y me ayuda a cruzar el río  sin problemas; nos hubiera ahorrado los veinte minutos que llevaba intentando cruzar.

Seguimos caminando en un silencio un poco incómodo pero soportable, eso me ayudó a admirar el paisaje de los gigantescos árboles y flores silvestre por todos lados donde girabas la cabeza, si duda era un bosque magico.

Amina se detiene y por inercia yo también, levante la mirada para saber la razón.

—¡Oh! — Exclame— Es...

El claro frente a nosotras era simplemente de otro mundo.

—Liayh — Se me adelanta.

Parecía un santuario pero sentía como otra dimensión, su estatua era de mármol y brillaba con los rayos del sol, los árboles la rodeaban en un perfecto círculo.

Sonreía cómo en la foto, pero era una sonrisa de victoria y en sus manos tenía un ramo de flores que miraba con tanta admiración, las flores estaban delicadamente esculpidas que parecían haber sumergidas en mármol, llevaba un vestido largo y su cabello suelto con algunas flores en él.

Me volteo a ver a Amina para darle las gracias por traerme a este maravilloso lugar, pero ella no había avanzado ni un paso dentro del claro. Extrañada me acerque a ella.

—¿Por qué no entras? —Pregunté confundida.

—No se me permite, Luna— Arruge las cejas.

Hace cinco minutos me llamó idiota, y ahora me trata con cortesía y respeto.

—¿Pero por qué?—Arrugue mi nariz, sin entender.

De pronto, sentí una mirada, y una energia buena me abrigo el cuerpo con amor.

—Creo que yo responderé esa pregunta— Dice una dulce voz a mi espalda.

Me doy media vuelta,  y me encuentro con la brujita de cabello blanco y largo.

— ¿Nara? — Pregunte con sorpresa al recordar la foto que vi en un libro, hace una reverencia cuando escucha mi voz. 

Leí sobre ella, bruja de la Manada. Aún no creo que una chica de 17 años es la bruja más poderosa de todas.