CAPÍTULO 17, PARTE 2

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LOS PAPELES DE ADOPCIÓN

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DIANA AYLEEN

Han pasado horas desde que Liayh se despidió de mí, la noche estaba llegando, y yo ya había cenado. Y ahora me encontraba dando vueltas en mi habitación, analizando el mismo tema que ha saturado mi mente toda la semana.

Zept. Adopción. Familia.

Decidí dejar de lado el internet, y volví a las películas sobre maternidad como: "Un sueño posible" de Sandra Bullock, o una que se llama "no se aceptan devolución", de Eugenio Derbez y "entrando a Papá", "un papá genial"

Y no aprendí nada, además de llorar y reír, no pude sacar conclusión alguna. Yo quería una familia. Pero no es solo mí decisión, es la de Zept también. Yo quiero, pero debía de ser de parte de ambos. Chasqueo mis dedos.

¡Eso es!

Quiero adoptarlo, él es independiente. Yo solo debo ser su tutora,darle compañía, apoyo y enseñarle a ser buena persona, tal y como lo hizo Barbosa, pero sólo eso, no haré lo que él hizo conmigo. Esto tendrá un final feliz. ¿Eso crees? Quizás nos convirtamos en Barbosa, y hagamos lo mismo que él esa noche lluviosa.

Hago una mueca, y callo esa voz.

Estaba en baby doll, y afueta de mi habitación hacia un frio tremendo, así que me puse una chaqueta y salí apresurada con los papeles en mano.

Baje a su estudio, no estaba. Entonces, con toda la pereza del mundo, subí hasta el último piso para llegar a su habitación. Pegué mi oreja a la puerta, no escuche ruido alguno, golpeé un par de veces, pero nadie abrió. Decidí entrar, la puerta estaba sin seguro. Sí no quiere ser molestada, debió cerrar con seguro. Me excuso con eso, y me mata.

Ay, cuanta limpieza y orden, me queman los ojos. Se que es neurótica con el orden y la perfección, pero esto era para manicomio. Me acerco a la cama y la admiro unos segundos, abri ligueramente mi boca, sin poder creer que no habia ni una sola pelusa en ella.

¿Cómo es que logra que la cama se vea sin arrugas?

Escucho como alguien se aclara la garganta. Apreté los papeles en mis manos, y me di ánimos para voltear.
Me congele completa, Jessica estaba recostada en el marco de puerta del baño, solo con un conjunto de ropa interior negra puesta.

Su cuerpo de gimnasio y piel sin ninguna mancha estaba en su máximo esplendor con la luz azul de la habitación, abdomen marcado, pechos firmes...

Irónicamente: ¡Madre mía!

—Amm, este... ¡ay!— arrojé los papeles al piso por los nervios, solté una risita estúpida y me arrodillé para recoger el desastre.

A lo que viniste, Diana. Al objetivo. Tuve que recordarme para reacionar. Con manos temblorosas recogí cada maldita hoja, con lentitud. Al tenerla todas en mis manos, me levante de suelo a duras penas y mire a la rubia quien gozaba de la situación con una sonrisa y escuchando mi corazón latir a mil por segundo.

—¿Estas ocupada? —Pregunté.

Ella se cruza de brazos, y responde:

—Depende de lo que vienes a hacer.

Bien, recuerda. La adopción, cierto, ¡Zept! Apegue los papeles a mi pecho, pero las palabras no salían de mi boca. Pídele que se ponga ropa. Pídele.

Black Onyx [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora