DIANA AYLEEN
Soledad.
Un sentimiento que para mi es tristeza en su máximo esplendor. Me he pasado la vida entera tratando de evitarla, con hombres todas las noches en mi cama, con personas que me piden algo a cambio de su compañía.
¿Para qué? Para no que la voz no se intensifique en el silencio de la oscuridad, para no darle más importancia al pasado que recae en mis hombros cada vez que pienso. Pero vagar sola en las calles, con 21 dólares y los pocos vestidos que yo tenia antes de llegar al castillo, me hicieron darme cuenta de que no solo perdí personas, también comodidad y dinero, mucho dinero.
¿Qué digo al respecto? A la mierda todo.
—Me da dos hamburguesas vegetarianas con queso, una coca cola de fresa, unas papas fritas grande. —El pelinegro tomó mi orden, tecleando en la pantalla. Me fije en la cuenta: $18—Y una cajita feliz, espero que traiga felicidad ahí adentro.
Subió a 21 dolares.
Ahogue una risa al pensar lo que haría más tarde, el adolescente me miró extrañado unos segundos y rodar sus ojos. De pura vergüenza me tropecé al pagar la comida. Con la bandeja en mis manos, me di cuenta de que me encontraba desolada en el restaurant 24hrs.
Me senté en una mesa junto a una ventana, con la espalda recta y contemplando la comida como si fuera mi más grande enemiga. Alce mi reloj de muñeca. 23:04pm.
Me deje caer en el sillón acolchado resoplando de aburrimiento, incline la cabeza hacia la ventana con un poco de suciedad en los bordes, mire a las calles oscurecidas por la poca y nada de iluminación que les daba el gobierno a los barrios más pobres de Francia.
Un vagabundo llamó mi atención, estaba tan solo como yo en la calle, sentado en pedazos de cartón viejos y húmedos. Mi corazón se estremeció al recordar a ese hombre que fue mi mundo entero por dos años: Barbosa.
Les contare una historia de una completa desconocida:
Una niña pequeña de 10 añitos, no más, fue abandonada en un orfanato de mala muerte. Sin una nota que explique su origen. A aquella niña le pasaban cosas muy peculiares en la noche con hombres que la iban a visitar: martes, jueves, viernes; ella creía que la amaban, porque siempre se lo decían en el oído.
Esa niña, conoció a un amigo, un chico mayor de 13 años. Era un chico que también la amaba, pero no de la manera que los otros hombres se los demostraban. Se amaban tanto, que una noche, cuando las luces se apagaron, hicieron un pacto de sangre: tenían que escapar juntos, y jamás abandonar al otro. Poco después, algo habría salió mal en el escape. Esa noche llovía a cantaros, esa niña pensó que el cielo se caería en cualquier segundo, entonces ayudó al chico a subir primero la cerca de seguridad, y cuando el niño debió ayudarla no vio la forma, la dejo tirada, en manos de aquellos hombres.
Robó su sangre, su fuente de vida y solo la abandonó para que siguieran abusando de ella todos los martes, jueves y viernes. Muy pronto, esa niña moriría de tanto "amor" que le daban esos monstruos. Pero algo sucedió esa noche, que la pobre e inocente niña no entendió; despertó en una oscuridad tenebrosa, sin una pizca de oxígeno y un olor a putrefacto la hizo llorar con más fuerza pidiendo ayuda.
Pero su historia no acaba ahí.
Un humano oyó aquellos quejidos agudos provenir de un contenedor de basura, aquel señor socorrió apenas por su pata coja a los lamentos. En una bolsa negra, algo se movía con desesperación en la basura, jamás espero ver cuando abrió la bolsa de un tirón una melena rojiza y crespa....para encontrarse con esos ojos pardos y pecas castañas debió sacarla de contenedor, era una niña sucia y con marcas moradas en los brazos y cuello.

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Black Onyx [1]
Teen FictionLa piedra de onyx negro te brinda protección de todos los males, quien la posea debe ser una alma pura e inocente. como Diana Ayleen, una chica que aspira a ser la mejor versión de ella y que lucha constantemente con esos pensamientos endemoniados ¿...